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El G-8 acuerda reducir las emisiones de CO2 de los países industrializados un 80% antes de 2050

  • La reducción general deberá ser del 50% con respecto a 1990
  • Se pretende limitar el calentamiento global a 2º
  • También se compromete a cumplir la promesa de aumentar la ayuda a África

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La Cumbre del G-8 comienza en la ciudad italiana de L'Aquila

Los países del G-8 han acordado reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2050 con respecto a 1990, mientras que los países industrializados deberán rebajarlas un 80% para limitar el calentamiento global a 2º, según la declaración final de la cumbre de L'Aquila.

"Asumimos la opinión científica general respecto a que el aumento medio de la temperatura global sobre los niveles preindustriales no debe superar los 2º", afirman los países del G-8. 

"Este desafío global sólo puede ser resuelto por la acción global. Por lo tanto, reiteramos nuestra disposición a compartir con todos los países el objetivo de reducción de al menos el 50% de las emisiones mundiales para 2050 (. ..). También apoyamos el objetivo de reducir las emisiones totales de gases de efecto invernadero en los países desarrollados el 80% o más en 2050 respecto a 1990 o años másrecientes". 

Esta última frase deja la puerta abierta a que los Estados Unidos se comprometa a reducir más del 80% en el 2050 sus emisiones con respecto a 2005.

Esta apuesta va contra la postura de China e India, que se niegan a aprobar ese 50% porque, dicen, los "grandes" no han cumplido sus compromisos de ayudas financieras y tecnológicas para dar el paso a las energías limpias, y todo ante la reunión que el G-8 mantendrá con las potencias emergentes mañana sobre este asunto.

Compromiso para cumplir la promesa de aumentar la ayuda a África

El G-8 también se ha comprometido a cumplir con sus promesas de aumentar la ayuda al desarrollo para África y aumentarlo "con otros donantes" de 25.000 millones de ayuda durante el período 2004-2010

"Hacemos hincapié en lo importante que es honrar los compromisos de aumentar la ayuda que hicimos en Gleneagles (Escocia) (...)", se afirma en la declaración sobre "desarrollo y África" de la cumbre.

El G8 también ha destacado que va a "elaborar una propuesta sobre principios y buenas prácticas internacionales para la inversión agrícola", para tener en cuenta las enormes compras masivas de tierras agrícolas en los países en desarrollo y en particular en África.

Trabajar para recuperar la confianza económica

La economía ha sido el otro gran tema de la jornada, con una crisis que presenta ya signos de estabilización, pero que aún da muestras de incertidumbre a los líderes de las siete potencias (EEUU, Japón, Canadá, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido) más Rusia.

Por ello, el G-8 se compromete en su declaración final a "seguir trabajando juntos para recuperar la confianza y devolver el crecimiento a un sendero fuerte, verde, aglutinador y sostenible que incluya el refuerzo de los estándares de integridad y transparencia de la actividad económica".

"Un crecimiento estable y sostenido a largo plazo requerirá una salida suave de los desequilibrios existentes en las cuentas. Reconocemos la importancia de trabajar juntos para asegurar los ajustes necesarios en línea con las estrategias acordadas a nivel multilateral", prosigue el texto, de 40 páginas.

El G-8, que no se olvida de los trabajadores en su declaración final, apuesta, en este sentido, por el mantenimiento de la demanda interna en los países más avanzados y un aumento de los niveles de ahorro en los Estados deficitarios.

"Nos comprometemos a afrontar la dimensión social de la crisis, poniendo en el centro a la persona. El impacto de la crisis sobre los mercados de trabajo puede minar la estabilidad social", reza el texto, en el que se aboga por el saneamiento del sistema financiero mediante la estabilización de los mercados y la normalización de las actividades bancarias.

Concluidas las reuniones de la primera jornada, en la que los líderes políticos pudieron comprobar en primera persona los estragos causados por el terremoto del pasado abril que causó 299 muertos en la zona, queda ahora mirar a la jornada del jueves, cuando la cumbre se abre a más países, entre ellos las potencias emergentes (G-5), Brasil, México, Suráfrica, China e India.

El gran ausente será el presidente chino, Hu Jintao, quien decidió regresar a su país para hacer frente a la crisis étnica de la provincia de Xinjiang.