La fuerza del grupo que empuja al Sevilla de Matías Almeyda
- Con una filosofía determinante, ha hecho jugar a 28 jugadores de la plantilla y sólo tiene un pero: ganar en casa
- Con 30 años dejó el fútbol, se fue a trabajar en el campo, superó una depresión y volvió a jugar su mejor fútbol con River
Llegó a Sevilla, se puso el mono de trabajo y apostó por la filosofía de la fuerza del grupo para sacar al conjunto hispalense del trauma de la temporada anterior. Matías Almeyda no es un mentiroso: "Yo no vendo humo. Creo en el grupo y en el compromiso. Si no llevara a cabo mi idea, me convertiría en un mentiroso más de los muchos que hay en el fútbol”, dijo rotundamente el técnico, campeón de liga y Copa con el AEK de Atenas en su primera temporada, que ya tiene al equipo andaluz noveno en liga, tras varias temporadas a la deriva.
Tampoco es ningún santo, no es capaz de obrar milagros, pero lo que está haciendo con el Sevilla ha revitalizado las esperanzas de un club completamente deprimido institucional y deportivamente. Ha apostado por la fuerza de un vestuario sin estrellas, sin grandes fichajes, con una máxima: "Para mí los grupos tienen que vivir momentos juntos. A mí me interesa que se conozcan, que sepan qué se come en Nigeria, en Argentina, qué familia tienen... Que se rían, que disfruten. En grupo".
Azpilicueta, Alexis y 26 más
La fuerza colectiva de la que tanto presume el técnico se puede resumir rápidamente en el rol que ha dado a sus jugadores: el Sevilla es el club de la liga que más futbolistas ha utilizado hasta ahora. Prácticamente han jugado todos, los 28, y sólo falta Joan Jordán hasta que se recupere de su hernia discal. También parecía rescatado a aquel Adnan Januzaj lleno de desparpajo, calidad y seguridad, que cayó este miércoles lesionado de un esguince en el tobillo que le hará perderse el partido ante el FC Barcelona. Su jugador favorito, un Agoumé con rendimiento exquisito que es quien más ha utilizado (521 minutos).
También resalta el compromiso de jugadores que se acercan al retiro, como Alexis Sánchez o César Azpilicueta, a quienes alaba porque disfrutan del fútbol desde un prisma que otros no tienen: "Estos jugadores priorizan el jugar y disputar minutos por encima de otras propuestas supermillonarias. Yo no entrené a Alexis, pero es de los que quieren ganar. Los rondos, el larguero...".
El resultado, tres victorias, tres derrotas, un empate y un deber aún por delante: mostrar solvencia en casa, donde aún no se ha ganado. La racha viene de largo. La victoria ante Las Palmas el pasado 13 de mayo es la única del Sevilla como local en todo 2025. Aún con esas, es el mejor arranque liguero del Sevilla desde la temporada 21/22, la última medianamente tranquila, pese a ganar la Europa League al año siguiente.
Un retiro antes de tiempo y una depresión después para volver al 'prime'
Almeyda sabe de lo que habla. Hace poco contó su experiencia, cuando decidió retirarse temporalmente del fútbol profesional para regresar cuatro años después a su 'prime' como futbolista: "Jugué al fútbol hasta los 30 años, decidí retirarme y me fui a trabajar al campo, con las vacas, con los caballos. Tuve una gran depresión y a los 35 regresé a jugar en River. Fue mi mejor etapa de futbolista. Resolvía como nunca". River Plate ascendió de Primera B. Fue un rescate mutuo del equipo al jugador y del jugador al club de su vida. Reconectado con el fútbol, prioriza que sus jugadores amen el deporte y den todo lo que puedan: "Cuando se deja de jugar, al 95% de los jugadores el teléfono no les suena nunca más".
Ahora le viene un aluvión exigente con FC Barcelona este fin de semana, RCD Mallorca, Atlético de Madrid, Real Sociedad y CA Osasuna, antes del parón de selecciones. Tres de ellos (Barcelona, Atlético y Osasuna), en casa para sacarse la negativa racha de encima. El milagro de la estabilidad está puesto en las manos de un terrenal Matías Almeyda.