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Carlos Alcaraz y Jannik Sinner se vuelven a citar en una final: Cincinnati, cuarta consecutiva del año

  • El español llevaba cinco duelos consecutivos ganados hasta la reciente final de Wimbledon
Sinner - Alcaraz: previa de la final Masters 1000 de Cincinnati
Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, frente a frente en la final del Masters 1000 de Cincinnati. EFE

El duelo está servido... otra vez. Jannik SInner y Carlos Alcaraz reeditan la madre de todas las batallas del tenis actual por cuarta vez consecutiva en una final en lo que va de 2025: el número uno y número 2 del mundo, frente a frente por el título del ATP Masters 1000 de Cincinnati.

En realidad, son cinco finales consecutivas si se cuenta la del Abierto de Pekín del año pasado, donde se impuso el murciano. Alcaraz llevaba cinco duelos particulares ganados de manera consecutiva hasta la pasada final de Wimbledon, tercer Grand Slam del año.

Esto es posible gracias a que ocupan los primeros puestos del ranking ATP y en el orden del cuadro no se enfrentan hasta una hipotética final. En el global llevan 13 disputados, con ocho victorias para el español.

Y eso lo ha facilitado el ascenso de Sinner, algo más tardío que el de Alcaraz. El tenista de El Palmar (Murcia) celebraba su primer nº1 tras ganar el US Open de 2022, cuando el transalpino ocupaba el undécimo lugar.

Desde entonces el español no ha bajado del 'top 3', mientras que paralelamente Sinner iba ascendiendo posiciones hasta el pasado 10 de junio de 2024, día en que se 'coronó' subiéndose a la primera posición para no abandonarlo hasta la fecha.

No ha perdido ranking ni en los meses en que ha estado ausente de las pistas debido a la sanción por dopaje. Regresó a tiempo en el Masters 1000 de Roma para medirse en la primera final entre ambos en lo que va de año, con victoria del español.

Aquel encuentro fue el 18 de mayo, hace tres meses exactos, y será la cuarta final en tan corto periodo. Los datos no desmienten, por tanto, que estamos en el mejor partido de tenis del momento, el que ofrecen los dos mejores tenistas del mundo, los que tienen más calidad y están en mejor forma.

Aunque para hablar de forma, merece Carlos un aparte porque ya lleva siete finales este año, con o sin Sinner, ganando en Róterdam y Montecarlo, dejándose en el camino el Conde de Godó de Barcelona frente al danés Rune, antes de llegar a la de Roma.

Elogios mutuos de los dos más grandes del momento

Y llegan intercambiándose elogios de manera mutua. Sinner no pudo hablar de su rival porque fue el primero en acceder a la final y los elogios se los dedicó al rival vencido, Altmane, merecidamente por la dureza de su semifinal.

Pero el tenista de San Cándido ya elogió a Alcaraz en Wimbledon tras ganarle: "Has hecho un torneo increíble, gracias por ser el jugador que eres. Es muy difícil jugar contra ti. Me voy a quedar este trofeo que tú ya tienes dos".

Por su parte, el murciano sí que se deshizo en elogios hacia su futuro oponente este fin de semana tras vencer a Zverev en Cincinnati: "Creo que Jannik, sin lugar a dudas, es el mejor jugador del mundo sobre pista dura. Y probablemente sobre cualquier superficie en este momento. Esa capacidad de estar ahí mentalmente, punto tras punto, sin tener altibajos en el partido es lo que le hace especial".

El ejemplo del 'big 3' y la reflexión de Djokovic

Se respetan y se admiran, y su rivalidad recuerda a la que a lo largo de los años forjaron Roger Federer con Rafa Nadal y este con Novak Djokovic.

El serbio, ahora en un segundo plano frente a Sinner y Alcaraz, ha hecho semanas atrás unas declaraciones que reflejan fielmente lo que sienten los tenistas cuando encuentran a alguien a quien querer ganar: "Cuando Rafa se retiró, sentí algo que no había sentido nunca. Me dije, ‘¿y qué hago yo ahora?’. Había un poco de eso, sobre todo en la pista, donde me sentía desanimado. Fue duro mantener la motivación sin él".

Son palabras que deberían de servir de inspiración a cualquier deportista, no sólo del mundo del tenis, como muestra de respeto hacia el rival y a la vez motivación para superarlo. Rivales, pero no enemigos.