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Eurocopa 2020 | Italia 1(4)-1(2) España

Italia acaba con el sueño de España y pasa a la final de la Eurocopa en la tanda de penaltis

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España cae ante Italia en la tanda de penaltis

Ficha técnica:

1 - Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Tolói, m.74); Barella (Locatelli, m.85), Jorginho, Verratti (Pessina, m.74); Insigne (Belotti, m.85), Chiesa (Bernardeschi, m.107) e Immobile (Berardi, m.62).

1 - España: Unai Simón; Azpilicueta (Marcos Llorente, m.85), Eric García (Pau Torres, m.109), Laporte, Jordi Alba; Busquets (Thiago, m.106); Koke (Rodri, m.70), Pedri; Dani Olmo, Ferran Torres (Morata, m.62) y Oyarzabal (Gerard Moreno, m.70).

Goles: 1-0, m.60: Chiesa. 1-1, m.80: Morata.

Tanda de penaltis: Locatelli: fallo (0-0). Olmo: fallo (0-0). Belotti: gol (1-0). Gerard Moreno: gol (1-1). Bonucci: gol (2-1). Thiago: gol (2-2). Bernardeschi: gol (3-2). Morata: fallo (3-2). Jorginho: gol (4-2).

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Busquets (51) por España; y a Tolói (97) y Bonucci (118) por Italia.

Incidencias: encuentro de semifinales de la Eurocopa 2020, disputado en Wembley ante 57.811 espectadores.

La selección de Italia es la primera finalista de la Eurocopa 2020. tras eliminar a España en la tanda de penaltis. 'Vendetta' de 2008 y tercera prórroga consecutiva que jugaba la Roja, y a la tercera fue la vencida. Partido jugado en Wembley ante 9.000 aficionados españoles, todos residentes en Inglaterra por las restricciones a los viajeros. Su apoyo no fue suficiente.

La selección española jugó con fuego contra Croacia y contra Suiza. En la primera logró evitar la tanda de penaltis y en la segunda se encomendó al acierto de Unai Simón, más que al de sus delanteros. Pero en esta tercera se encontró con un nivel superior, aunque en los 120 minutos de juego no se vio a la Italia tan favorita como parecía al principio.

El primer aviso lo mandó Chiesa al palo a los tres minutos, aunque la jugada estaba anulada por fuera de juego. La Roja se encontró con su némesis en el torneo, porque la presión de Croacia o Polonia en partidos previos no resultó tan feroz como la 'azzurra'.

Con Verratti haciendo de Busquets para Italia, los de Mancini lograban crear más situaciones de superioridad de las que pide Luis Enrique a los suyos. Empezaba otra Eurocopa muy distinta para España.

La selección no se asustó con la salida al campo de los italianos y con paciencia intentó hacer su juego, imponer su propio estilo. Primer objetivo del seleccionador, hacerse con el balón.

A los doce minutos Oyarzabal, sustituto de Morata, no pudo controlar bien un gran envío de Pedri a la espalda a la defensa; se quedaba solo ante Donnaruma. Y dos después Ferrán probaba suerte desde la frontal tras regatear con clase a Jorginho, aunque se le marchó desviado.

A España se le escapó la final de la Eurocopa por el aleteo de mariposa que le dio el pase en Viena hace ahora trece años. Los penaltis le dieron la espalda a la selección de Luis Enrique y tornaron la sonrisa y los brazos abiertos de Cesc Fábregas en 2008 por la carrera incansable de Jorginho hacia su hinchada.

Pero había que estar atento a los posibles errores. Unai Simón estuvo a punto de comprobar el precio de su media salida ante Insigne cuando perdió su sitio bajo los palos y Barella recibió en la frontal. Tuvo que aparecer Busquets providencial, porque Azpilicueta ya había sido regateado.

En esa salida y en la del minuto tres estuvo dubitativo Unai. Mientras, Donnaruma se lucía ante Dani Olmo, que a punto estuvo de anotar tras recoger su propio rechace en el punto de penalti. Era la mejor de España en el partido hasta ese momento.

El balón sí que era de la Roja, con porcentajes que rondaban o superaban el 70, pero Italia también demostraba que sabía esperar y construir jugadas de ataque con su bajo porcentaje. Pedri completó 31 pases de 31 intentos como dato. A pesar de esa estadística, se podía hablar de un duelo equilibrado en la primera media hora.

Porque la sensación era que, pese al dominio español, los italianos podían hacer daño con poco. Así llegó el segundo aviso obra de Emerson, el relevo del lesionado Spinazzola, que la estrelló en la cruceta a pase de Insigne a segundos del descanso.

En la reanudación, sin cambios, España salió a demostrar que también sabía contraatacar y el aviso lo mandó Busquets a centímetros del larguero. De inmediato respondió Chiesa con un disparo raso al que respondió bien Unai.

Chiesa y Morata, intercambio de goles

El partido se puso en un peligroso "ida y vuelta", en el que los italianos supieron sacar petróleo. Precisamente tras una jugada de ataque de España llegó la contra letal de Italia. Laporte se la rebañó limpiamente a Immobile, pero el rechace lo aprovechó Chiesa para ponerla ajustada al palo de rosca (minuto 60).

Como si de un interruptor se tratara, el gol propició cambios en los dos equipos: Morata por Ferrán en España y Berardi por Immobile en Italia. Cinco minutos después del gol volvió a tener una ocasión desperdiciada la Roja, cuando Oyarzabal cabeceó al aire un buen centro de Koke. El propio delantero realista controló en la frontal dos minutos después y cedió a Olmo, pero este disparó desviado. Había actitud.

Más pólvora. Gerard Moreno dio descanso a Oyarzabal y Rodri Hernández por Koke para formar con Busquets un doble pivote. Antes le había parado Unai un disparo a Berardi, porque el partido no había perdido ese ritmo de ida y vuelta que le había costado el gol a la Roja. En Italia Pessina dio el relevo a un Verratti que llegó a la semi forzando, a la vez que Toloi se lo dio a Emerson.

Seguía habiendo también errores en defensa, pérdidas que podían costar goles. La suerte era que el balón caía en los pies de un Berardi sin tino. El que sí lo tuvo fue Morata, que en la siguiente aprovechó para batir a Donnaruma en el mano a mano (minuto 80). Empezaba otro partido de diez minutos.

Cambiaron las tornas y España se iba hacia arriba, pero Busquets no atinaba con su remate de cabeza en el córner después de una mala salida de Donnaruma. La mala noticia era que Azpilicueta pedía el cambio. El físico pasaba factura a algunos y el lateral dejó sitio a Llorente.

El partido no desmereció a las expectativas y tuvo de todo, incluso polémica. El alemán Brych podría haber evitado la prórroga si llega a ver como voluntaria una mano de Chiellini dentro del área. Pero el partido se fue al tiempo extra. Italia salió airoso de uno contra Austria y España de los dos que tuvo contra Croacia y Suiza en las dos rondas anteriores.

Prórroga con historia, penaltis con mala fortuna

Tercera prórroga consecutiva para España, algo inédito. Solo hubo una en la Euro de 2008, la del inicio de todo, también fue Italia el rival; primer aviso. Y el segundo lo mandó Dani Olmo de falta directa, obligando a estirarse a Donnaruma por bajo.

La Roja obligó a la 'azzurra' a replegarse y regresar a los tiempos del 'catenaccio' ante el acoso a la portería del meta italiano. Y es que en la primera parte de la prórroga no existió Italia en ataque.

En la segunda entró Thiago Alcántara por Busquets en España, un cambio más de refresco que táctico. Igual que el de Pau Torres por Eric García, con calambres. En Italia entró Bernardeschi por Chiesa, que también estaba fundido. A Belloti le fue anulado un gol por fuera de juego claro. Los dos equipos iban con el depósito en reserva y parecía que ninguno veía mal los penaltis.

Tocaba jugar a la lotería otra vez. Al menos en el sorteo se vio una imagen simpática entre Chiellini y Jordi Alba, capitán en ausencia de Busquets, cuando el italiano le dio un efusivo abrazo al español.

Ahí se quedó la amistad y Locatelli dio inicio a las hostilidades. Y ahí empezó parando de nuevo Unai Simón, para mayor júbilo del pueblo de San Marcial (Zamora) y los parroquianos del bar 'El Cruce'. Pero a continuación Olmo lo mandó a las nubes. Luego, intercambio de goles entre 'nueves', Belloti y Gerard.

Bonucci consiguió engañar a Unai y Thiago hizo lo propio a Donnaruma. Hasta en eso había igualdad. Bernardeschi la rompió y a Morata se la paró Donnaruma; 'minibreak' y 'match ball' para Italia en las botas de Jorginho. Y pasó Italia con la sutileza de su mejor centrocampista