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A Madrid 2020 no le salieron las cuentas

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Madrid 2020 busca razones para entender su derrota

El sueño de Madrid 2020 se disolvió tristemente en un tormentoso día en Buenos Aires. Llegaba confiada, con ventajas objetivas e inequívocas, puso "todo el corazón", como destacaba el príncipe Felipe, y era optimista tras la presentación de su proyecto. Hasta el apagón que por dos veces interrumpió la señal internacional de televisión parecía una anécdota y no un presagio.

La candidata española no lo sospechaba, pero fue la rival más débil, e incluso, pese a presentar una candidatura consolidada, fue la Madrid más débil. Tanto Madrid 2012 como Madrid 2016 obtuvieron un máximo de 32 votos. Duele que tras la progresión en posiciones de las anteriores intentonas, la tercera no haya sido la de la victoria, sino la de la eliminación más temprana y la del peor resultado.

Al filo de las 21:00h de la noche, los españoles se encontraron con una inesperada sorpresa que torcía la sonrisa de la delegación española. En la primera ronda, mientras Tokio confirmaba su condición de favorita con 42 votos, Madrid y Estambul empataban a 26 votos, el menor número de apoyos recibido en sus anteriores candidaturas, dos menos que en Copenhague en 2009, cuando competían cuatro ciudades. En el desempate para decidir la primera eliminada, Madrid cayó al quedarse con 45, por 49 de Estambul.

No eran los turcos un rival de entidad suficiente para impedir el claro triunfo de Tokio, 60-36, casi una réplica del 66-32 con el que Río de Janeiro doblegó a Madrid hace cuatro años.

¿Qué ha fallado?

Pronto surgirán explicaciones sobre qué falló aptas para todos los gustos, algunas relacionadas inevitablemente con lobbies, camarillas y alianzas en la 'corte' del COI, entre ellas la habitual teoría de la rotación continental, que establecería una entente europea para despejar el camino a las próximas candidaturas de París o Roma -retirada en esta carrera por la crisis económica- a albergar los Juegos de 2024.

El COI, tire o no de turnismo geopolítico, prefirió virar de América a Asia y dejar de nuevo a Madrid como la única gran capital europea que no ha celebrado unos Juegos Olímpicos de verano. Esquivando la incertidumbre económica en España, la inestabilidad política en Turquía y la mancha deportiva del dopaje en ambas, Tokio fue la favorita desde el principio en la elección definitiva.

La cruz de la crisis económica

Las principales amenazas para Madrid eran tan previstas como peligrosas, pero los hechos externos apuntan a la economía como la principal cruz sobre las aspiraciones españolas.

No se escapaba a nadie que Madrid defendía sus Juegos en tiempos de crisis y necesidad, y tanto el príncipe Felipe como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se afanaron en convertir el defecto en virtud, en presentar una candidatura sensata, con los deberes hechos y poniendo Rajoy al Gobierno como garante de la inversión que falta.

La defensa de unos Juegos "low cost" no ha persuadido a los miembros del COI

El resultado lleva a creer que el "nuevo modelo de Juegos" -Alberto de Mónaco dixit- de Madrid como Juegos "low costno fue lo bastante persuasivo, aunque las cifras evidenciaran que serían más baratos que si los organizasen Estambul o Tokio.

En ese sentido, las buenas palabras del informe de la Comisión de Evaluación del COI, que hace poco más de dos meses calificaba el riesgo financiero de Madrid como "manejable" en los próximos siete años "teniendo en cuenta las garantías del Gobierno" y que situaban a la candidatura española en un nivel de "muy alta calidad" se las ha llevó el viento a la hora de la votación.

Tokio partía como la candidata más fiable y solvente en el apartado financiero. Eficiencia que se plasmaba también en lo compacto de sus instalaciones, que en un país tan populoso ofrecía las distancias más cortas y los desplazamientos más rápidos entre las sedes.

Tokio suple la falta de apoyo con una candidatura fiable, solvente y compacta

Lo que ha dejado claro es que su escaso apoyo popular del 66% a los Juegos, manifiestamente inferior al español, no era condición suficiente para apearla. En su caso, parecía dejar ver Jacques Rogge, el proyecto atraerá el apoyo y no al revés. "Ganó de manera convincente y eso demuestra que Japón apoya el movimiento olímpico", destacó de la sede vencedora.

Los japoneses, que albergarán los segundos Juegos Olímpicos de verano de su historia tras los de 1964, encarnaron una remontada nacional e internacional en un épico periplo de dos años marcado por el tsunami de 2011 y las fugas radiactivas de Fukushima. El espíritu olímpico, que sopla donde quiere, también recompensa las historias de superación.

La losa del dopaje

Si la amenaza de ETA fue un golpe bajo en 2005, el dopaje era en esta ocasión un ataque previsible, y por lo tanto una oportunidad para defenderse, que surgió en el turno de preguntas. Lanzó el guante Adam Pengilly, entrenador de bobsleigh y competidor de skeleton en los Juegos de 2006 y 2010, interesado por la Operación Puerto y la "desaparición de bolsas de sangre" a petición, según dijo, de algunos deportistas.

"Hemos adaptado la ley a todas las exigencias de la AMA. Por número de controles, la calidad de nuestros deportistas y el compromiso de todos, no tengan dudas de que España es uno de los socios fiables para acabar con esta lacra. Creemos en el deporte limpio, creemos en el atleta", esgrimía con serenidad Alejandro Blanco.

Rogge: "Claramente los miembros del COI prestan mucha atención a la lucha contra el dopaje"

No sería lógico que la mancha de la Operación Puerto lastrara las opciones españolas en primer lugar si se tiene en cuenta que Estambul se enfrentó al mismo el envite y a la vergüenza de 31 casos de atletas dopados el pasado mes de junio; y, aún más, que su candidatura llegaba también precedida de las protestas y la represión a los manifestantes del parque Gezi este mismo verano, en una imagen poco edificante para el espíritu olímpico.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que lideraba a la delegación autodefinida como euroasiática, dejaba en la puerta del hotel Hilton a un centenar de manifestantes armenios y argentinos de izquierdas acusando a su país de "estado genocida" y a su gobierno de xenófobo, discriminatorio y violador de los derechos humanos.

Sin embargo, el propio presidente del COI, Jacques Rogge, no aclaraba el peso del dopaje en la suerte de España al preguntarle la prensa si las cuestiones realizadas a ambas candidaturas sobre el dopaje eran las que las habían llevado una tras otra a la eliminación.

"Claramente los miembros del COI prestan mucha atención a la situación de la lucha contra el dopaje. Pero es difícil evaluar si tuvo un rol preponderante en la votación", concedía y esquivaba a la vez.

¿Y ahora qué va a pasar?

La derrota de Madrid dejó a la ciudad muda y estupefacta. Tres rechazos consecutivos a un proyecto sólido, bien evaluado y con el respaldo popular tan manifiesto son un varapalo a las aspiraciones olímpicas. ¿Lo bastante para decir adiós?

Por el momento, los representantes de la delegación española tiraron de espíritu deportivo y olímpico para seguir adelante con la cabeza lo más alta posible. "Ánimo para levantarnos de nuevo, seguir trabajando, promocionando el deporte y continuar el camino. No queda otra", decía el príncipe Felipe ante la prensa en Buenos Aires.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, subrayó que "no se gana siempre", pero que la decisión del COI no afectará al ánimo del país. La alcaldesa de Madrid, Ana Botellaavistó "muchísimos retos que afrontar" para la ciudad, pero no especificó que el olímpico siga siendo uno de ellos.

"Podemos perder, pero nunca seremos vencidos", prometía Alejandro Blanco, presidente del COE, muy emocionado. La nadadora Gemma Mengual quiso mostrar su apoyo a otra posible presentación de Madrid en el futuro. "Si deciden seguir a 2024 ahí estaremos apoyando".

Jesús Carballo: "Nos agarrábamos, quizá demasiado, a que Madrid fuera olímpica para revivir"

Por los deportistas no será, aunque planea sobre muchos deportes la incertidumbre, sobre todo el deporte base y las federaciones no bendecidas con la fama y los patrocinios, que veían una "tabla de salvación" en una Madrid olímpica.

"Han sido unos últimos años duros en la gestión del deporte y nos agarrábamos, quizá demasiado, a que Madrid fuera olímpica para revivir un poco", analizaba a TVE Jesús Carballo, exatleta olímpico y ahora presidente de la Real Federación Española de Gimnasia.

"Mantener el nivel de España en el deporte es difícil sin medios y recursos. Ahora tocará reinventarse. Espero que alguien tenga un plan B para motivarnos a todos".

Sin novedades sobre la aspirante Madrid, hay otra tentativa olímpica por delante, con la decisión de Barcelona de entrar en la pelea de organizar los Juegos Olímpicos de invierno en 2022.  Esa será otra historia, y ojalá no sea la del día de la marmota.