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Fútbol | Barcelona 2-2 Real Madrid

Barça-Madrid: todo cambia para que nada cambie

  • Los eternos rivales siguen ofreciendo duelos eléctricos a los aficionados
  • La deportividad regresa a los 'clásicos' y se difumina la tensión anterior
  • Vilanova y Mourinho pasan del enfrentamiento a la cordialidad
  • Messi y Cristiano Ronaldo siguen a lo suyo, meter goles
  • Crónica del FC Barcelona 2-2 Real Madrid | Así lo hemos contado

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El duelo Messi - Cristiano capitaliza el clásico en el Camp Nou

Combate nulo, pero qué combate. El último 'clásico' FC Barcelona - Real Madrid (2-2) teminó en empate, pero no sin antes haber dejado en la retina de los aficionados un espectáculo digno de recordar. Algo ha cambiado, a mejor, pero lo esencial que es la rivalidad deportiva y la competitividad de los dos rivales sigue intacta. Todo cambia para que nada cambie, con permiso de El Gatopardo de Di Lampedusa.

El conjunto azulgrana sigue a ocho puntos de distancia de los blancos, pero la buena noticia es que habrá Liga. También porque a la fiesta se ha invitado un Atlético de Madrid que le disputa el liderato a los culés.

Pero en lo que se refiere al duelo entre eternos rivales, la lucha queda más o menos igual. El Barça sigue invicto y el Madrid sigue lastrado por los tropiezos del inicio de temporada, a pesar de la evidente mejoría en sus recientes partidos.

Tiene más deberes que hacer Mourinho con sus jugadores -pegamento en mano para recomponer el vestuario-, pero tampoco puede descuidarse Vilanova con aspectos como la preparación física.

Tantas lesiones en la defensa parecen algo más que un cúmulo de casualidades desafortunadas y puede pasar factura en una temporada tan exigente, con tanta carga de partidos.

Lo positivo en ambos casos es el resultado, la capacidad de reacción y el espectáculo ofrecido en un partido que, a falta de cifras oficiales, se preveía con un seguimiento de centenares de millones de espectadores en todo el mundo.

Vuelve la deportividad

Algo ha cambiado. Afortunadamente ha vuelto la normalidad al duelo más atractivo de la Liga española y los máximos rivales se van comportando con una deportividad ejemplar.

El punto de partida para la comparación es, claro está, la llegada de Mourinho. El técnico del Madrid se había llevado todas las bofetadas mediáticas como responsable último de las "tortas" que se veían sobre el césped.

El luso era señalado como culpable de enrarecer un ambiente que amenazaba incluso con afectar la convivencia en la selección española de los jugadores internacionales. Tampoco le perdonaban en Barcelona sus críticas a los árbitros y las veladas acusaciones de favorecer al Barça.

Para colmo, con la marcha de Pep Guardiola su sustituto resultó ser nada menos que la última víctima de su "dedo" acusador. Directo al ojo de Vilanova fue el dedo de Mourinho tras la bronca en la Supercopa 2011.

Ahora ambos preparadores se dan la mano y se felicitan por el partido. También hablan de árbitros, cada uno a su manera. Mourinho para "perdonar" a Delgado Ferreiro y Vilanova para recordarle a su querido colega que errores hay para todos. Pero ambos para destacar el espectáculo por encima de la polémica.

Messi vs Cristiano

Sigue igual la lucha entre Messi y Cristiano Ronaldo. Sigue igual pero no del todo. Antes el talento de uno eclipsaba al otro, siendo el argentino el que golpeó primero. 'CR7' pareció enchufarse en los últimos 'clásicos' y venía reclamando su candidatura al Balón de Oro.

Ahora no se esconden el uno del otro, se disputan los balones cara a cara y golean por partida doble; todo en la misma noche. Un regalo para los aficionados y una papeleta para los encargados de elegir al mejor jugador del mundo en enero.

En cuanto a sus números, tras esta jornada están empatados a ocho goles con Radamel Falcao (Atlético). El azulgrana esgrime sus 50 goles de la pasada temporada; el madridista, sus 46 y el título de Liga; y el colombiano su doblete europeo (Europa League y Supercopa de Europa)

Los mismos protagonistas con un guión cambiado y algún invitado, pero el guión ha pasado de ser el de un 'thriller' de acción con escenas de tensión violenta para convertirse en el de una obra épica de aventuras con final incierto.