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Alonso vuelve a Hungría, donde empezó su historia

  • Vuelve este fin de semana a Hungaroring, donde cumplirá 30 años
  • Con 22 años Alonso, consiguió su primer triunfo en la F1 en ese circuito
  • El español y Hamilton esperan volver a imponerse a los Red Bull en Hungría
  • En Hungaroring quien consiga la pole tendrá más opciones de ganar

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Fernando Alonso celebra el segundo puesto tras el Gran Premio de Fórmula Uno en Nürburgring
Fernando Alonso celebra el segundo puesto tras el Gran Premio de Fórmula Uno en Nürburgring

Un GP lleno de celebraciones

La undécima prueba del mundial en Hungaroring será celebrada también por Jaime Alguersuari (Toro Rosso) porque en Hungaroring debutó hace dos temporadas.

Jenson Button (McLaren) cumplirá en la pista húngara su carrera 200 en la Formula Uno, y el alemán Nico Rosberg (Mercedes) disputará su carrera 100.

Fernando Alonso (Oviedo, 29 de julio de 1981) cumple este viernes 30 años en un escenario de grandes recuerdos. Fue precisamente en el GP de Hungría donde en 2003 logró su primer triunfo en la Fórmula Uno, aunque el sabor de la victoria ya lo llevaba degustando desde los ocho año cuando levantó su primera copa en Pola de Laviana (Asturias).

De los karts a la Fórmula Uno, Alonso es la viva historia de un genio de la velocidad que ha podido levantar dos veces el título de campeón del mundo.

Quizá debería de haber sumado alguno más, como el de 2010, cuando lo tenía todo a su favor, aunque una estrategia cuanto menos dudosa de Ferrari le negó una victoria que tenía en la mano.

El 'paddock' de Hungaroring se congratula este fin de semana de celebrar el aniversario de uno de los grandes de la Fórmula Uno: dos títulos, 27 victorias, 20 'poles', 19 vueltas rápidas, 68 podios, 959 puntos, 1.414 vueltas siendo primero y 45.910 kilómetros recorridos, todo ello en diez temporadas y en 169 grandes premios.

En aquel 2003 de su primer gran éxito, había conocido el podio en la segunda carrera, cuando fue segundo en Malasia.

Volvió a subir dos veces más al cajón hasta que en el GP de Hungría, tras firmar con 22 años su segunda 'pole', se coronó con su primer triunfo como un serio aspirante a plantar cara en un futuro inmediato a toda una institución como era Michael Schumacher, por entonces con cinco títulos de campeón de mundo de F1.

Aquel acontecimiento ocurrió el 24 de agosto de 2003, hecho que significó que Alonso fulminase otro récord, el del piloto más joven en ganar un Gran Premio. Lo había logrado con 22 años y 26 días, y por 78 días había arrebatado este hecho al neozelandés Bruce McLaren (Cooper-Climax, el 12 de diciembre de 1959, GP de Estados Unidos).

El siguiente salto de calidad llegó dos años después cuando al obtener el campeonato del mundo de F1 en 2005 este título le situó como un icono del deporte español.

También en Renault, volvió a repetir título al año siguiente, a la finalización de cuya temporada McLaren lo fichó, sin saber Alonso que se iniciaba un verdadero calvario, junto a una promesa como era Lewis Hamilton.

Después de uno de los años más duros de su carrera, y acabar tercero en el mundial, Alonso regresó a Renault donde las dos siguientes temporadas ni dispuso de coche competitivo ni de opciones para presionar a los mejores pilotos, hasta el punto de ganar sólo dos carreras (Singapur y Japón, 2008) en este periodo.

Alonso logró uno de sus sueños en la temporada 2010 al subirse por primera vez a un Ferrari, con el que esperaba una alianza que le llevase a lo más alto del éxito en la F1.

No ha sido así por ahora, a pesar de que el año pasado optó en la última carrera en Abu Dabi al título, pero se le escapó de las manos en beneficio de un emergente Sebastian Vettel, que dos años atrás ya le había arrebatado todas las condecoraciones que aún le pertenecían al asturiano: piloto más joven en ganar una carrera, en obtener una 'pole' y hacer un podio.

Alonso y Hamilton, a cuestionar la hegemonía

Ocho años después, Alonso desea que el GP de Hungría sea más que la undécima prueba del Mundial, la última antes del parón veraniego. Es por lo tanto una carrera primordial para confirmar las buenas sensaciones, la famosa "línea ascendente" que viene mencionando el piloto asturiano por la progresión de su Ferrari en las últimas tres carreras, con la importancia de buscar una marca con la que trasladar los miedos a Red Bull.

La hegemonía de Red Bull durante casi todo el campeonato, con el líder del mundial Sebastian Vettel como máxima expresión (seis victorias en diez carreras), ha sufrido dos serios reveses en las últimas carreras, de Silverstone y Nürburgring.

No obstante, Vettel, líder y vigente campeón del mundo, descansa en lo alto de la clasificación con una ventaja amplia y cómoda de 216 puntos que le dan sus seis victorias en diez carreras y haber estado en el podio siempre, salvo el último domingo en Alemania. El segundo es su compañero Mark Webber, con 139, y el tercero es el inglés Lewis Hamilton (134), que con su victoria el domingo le arrebató la posición a Alonso (130), ahora cuarto.

La buena racha de resultados de Vettel y su paseo triunfal en el mundial empieza a cuestionarse y ello, añade emoción al campeonato y permite también calibrar el tono del vigente campeón, como en Nürburgring, cuando los nervios y la ansiedad le llegaron a jugar malas pasadas con fallos en la conducción.

La carrera del GP de Hungría empezará a disputarse ya en la clasificación del sábado, dado que el trazado magiar es de una elevada dificultad para los adelantamientos, por lo que la 'pole' otorgará grandes opciones de triunfo al piloto que la obtenga, al margen de la estrategia que se siga en el cambio de ruedas.

Para la prueba del domingo, la FIA ha instalado una única zona para accionar el DRS, mecanismo que permite que el alerón trasero se abra, impidiendo menos agarre y un pico de velocidad mayor. Esta zona estará situada en la recta de meta, que de hecho es el único espacio donde se puede habilitar esta opción para intentar adelantar.

Por otra parte, la empresa suministrada de neumáticos, Pirelli, proveerá de dos tipos de gomas para una carrera que se prevé en seco y soleada; los escogidos son los blandos y los superblandos. Esta elección se debe a que el circuito húngaro requiere un gran agarre de las gomas sobre un trazado de 4.381 kilómetros donde sólo durante diez segundos los coches corren al máximo régimen de vueltas.