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El Barça desquicia al Real Madrid de Mou

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Mucha tensión en el clásico

La superioridad del Barça en el clásico ante el Real Madrid ha conseguido sacar la peor cara del equipo blanco, que se ha desquiciado ante el toque azulgrana y se ha calentado hasta el punto de perder los papeles al final del partido.

Aunque los jugadores llevaran semanas negando la importancia del partido, cuando saltaron sobre el terreno de juego la tensión era palpable en ambos bandos. Cuando los hombres de Guardiola comenzaron su exhibición en el campo, el ambiente se fue enrareciendo en el equipo blanco, que no podía contrarrestar el juego rival.

Aunque todo apuntaba a que el público azulgrana enfocaría su hostilidad hacia Mourinho, la presión del público pronto cambió de víctima y se dirigió a la prolongación en el campo del técnico madridista: Cristiano Ronaldo. CR7 no estaba cómodo con el devenir del partido y, queriendo o no, rompió el ritmo del Barcelona con la primera polémica del partido.

El portugués reaccionó con un feo gesto a una no menos inadecuada acción de Guardiola y 'se armó el belén' en el Camp Nou. El técnico azulgrana recogió un balón en la banda y en lugar de dársela a Cristiano, la echó al suelo, lejos de su alcance. El madridista, tenso, respondió con un empujón que encendió a todo el Barcelona, que salió en defensa de su 'míster'.

El Camp Nou la toma con Cristiano

Las tres acciones (Guardiola, Cristiano y el Barcelona al completo) denotaron la tensión que se mascaba sobre el terreno de juego. Desde Ronaldo hasta Valdés, que se ganó la amarilla con su protesta desaforada. A partir de ahí, Ronaldo tomó el papel protagonista, silbado en cada una de sus acciones, sobre todo cuando ejecutaba sus habituales disparos lejanos.

Pero el 'crack' portugués no fue el único protagonista de las jugadas polémicas durante el partido. Al filo del descanso, su compatriota Carvalho tuvo un encontronazo con Messi, que se llevó un golpe del madridista y una amarilla por exagerar la caída. Y la tensión de nuevo se dipararaba con un nuevo amago de tangana en el campo.

Aunque estas acciones se quedaron en nada con el paso de los minutos y la cercanía del final del partido. El Barça jugaba a placer, goleaba y el Camp Nou coreaba cada jugada de su equipo. El Real Madrid, poco acostumbrado a perder esta temporada, comenzó a desquiciarse y los 'olés' culés empezaron a contestarse con duras entradas.

No es normal ver a Arbeloa blocando con dureza a Puyol, o a Lass 'cazando' a Messi en colaboración con Ramos. O al propio internacional español empujando a Puyol, Xavi y todo rival que se le puso por delante camino del vestuario tras ser expulsado.

Ramos simbolizó la frustración madridista, que contrastaba con los no menos inadecuadas 'manitas' de Piqué y Valdés, que echaron más leña al fuego en uno de los 'clásicos' más calientes de los últimos años.