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Nadal afianza su número uno

  • Su victoria en Wimbledon aumenta en 3.840 puntos su ventaja con el nº2
  • Djokovic arrebata la segunda plaza a Federer por 20 puntos
  • Berdych, finalista en Londres, da un salto de cinco puestos hasta el 8º

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Nadal suma su octavo Grand Slam

Rafa Nadal es más número uno del mundo después de su victoria en Wimbledon. El tenista español se asegura prácticamente hasta el final de la temporada el puesto de honor, puesto que aventaja en 3.840 puntos al serbio Novak Djokovic, que accede al número 2.

Algo que ya se sabía, y que ya refleja la ATP de manera oficial. Sorprende el 'bajón' de Roger Federer a la tercera plaza -a 20 puntos de Djokovic-, un puesto que no ocupaba desde 2003. La temporada de Federer empezó como la de Nadal en 2009 y va tomando tintes similares, sólo que sin lesión de por medio.

La mayor subida la protagoniza el checo Tomas Berdych, que consuela su derrota en la final con los cinco puestos que gana de golpe en el ránking; 1.200 puntos más que le valen para acceder al 'top ten' (8) en perjuicio de Andy Roddick y Fernando Verdasco.

De entre los cinco primeros tenistas de la clasificación, Nadal es quien menos puntos tiene que defender en los torneos venideros: unos 2.400 y donde más en el US Open (720), el único Grand Slam que se le resiste de momento.

Por su parte, Djokovic y Federer defienden algo más de 4.000 y 3.000 respectivamente. El suizo fue finalista en 2009 del US Open y perdió ante el argentino Juan Martín del Potro.

El sistema de puntuación de la ATP deja claro, por tanto, que para ser número uno del mundo la clave está en ganar torneos del Grand Slam y mantenerse después.

Nadal ya lleva ganados Roland Garros y Wimbledon esta temporada, lo que le afianza en la clasificación gracias a que practicamente no defendía puntos respecto a 2009. Federer, por su parte, fue vencedor en dichos torneos la temporada pasada, y sendos tropiezos en cuartos de final le han hecho retroceder en el ránking.

La temporada que viene volverá a ser una incógnita para los aspirantes al número uno del mundo, puesto que tanto el español como el suizo ya han conocido las dos caras de la moneda y saben que la diferencia entre estar arriba o estar agobiado la decide una pelota que cabe en la palma de la mano.