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Los Trail Blazers vuelven a caer ante los Suns

  • Los 42 puntos de Richardson acabaron con la ilusión de los de Rudy (89-102)
  • El escolta español salió de titular y consiguió anotar 12 puntos

Por

89 - Portland Trail Blazers (16+21+23+29): Miller (11), Fernández (12), Camby (6), Matun (3), Aldridge (17) -cinco inicial-, Howard (4), Diener (-), Webster (14), Pendergraph (2), Cunningham (6), Bayless (14) y Mills (-).

108 - Phoenix Suns

(34+32+15+27): Nash (13), Richardson (42), Collins (-), Hill (8), Stoudemire (20) -cinco inicial-, Frye (4), Barbosa (6), Amundson (2), Dudley (3) y Dragic (10).

Árbitros:

Pat Fraher, Joe Derosa y Bill Kennedy. Señalaron faltas técnicas a Aldridge y Bayless, de los Trail Blazers y a Stoudemire, de los Suns. No hubo eliminados por faltas personales.

Incidencias:

Tercer partido de la eliminatoria de la fase final de la Conferencia Oeste del baloncesto profesional de la NBA, que se disputó en el Rose Garden, de Portland, ante 20.271 espectadores.

La maquinaria encestadora de los Suns de Phoenix volvió a tener al escolta Jason Richardson como la gran figura que anotó 42 puntos para guiarlos a un triunfo fácil de 89-102 frente a los Trail Blazers de Portland en el tercer partido de la eliminatoria de la Conferencia Oeste, que dominan por 2-1.

Richardson, que consiguió su mejor marca como profesional en la fase final, anotó 13 de 19 tiros de campo, incluidos 8 de 12 triples, y 8-10 desde la línea de personal.

Si Jackson fue la máquina de anotar puntos, el base canadiense Steve Nash volvió a dirigir a la perfección el juego de equipo para aportar un doble-doble de 13 tantos y 10 asistencias y el ala-pívot Amare Stoudemire se convirtió en el segundo máximo encestador al conseguir 20 anotaciones.

Los Suns, que tuvieron un 53 por ciento de acierto en los tiros de campo, el 46 (13-28) de tiples y el 70 (21-30) de personal, estuvieron imparables con su ataque para conseguir el segundo triunfo en la serie y ponerse 2-1 en la serie al mejor de siete tras recuperar también la ventaja de campo, que perdieron en el primero. El cuarto partido se jugará en el mismo escenario del Rose Garden, de Portland, el próximo sábado.

No tuvo mucha historia el partido porque los Suns de principio a fin fueron mejor equipo que los Trail Blazers, además con 31 puntos que llegaron a tener de ventaja en el marcador, al final el único interés y algo de suspense lo puso el escolta español Rudy Fernández cuando con tres tiples consecutivos dejo un parcial de 80-91.

Dio algo para soñar, pero muy poco, porque de nuevo la maquinaria encestadora de los Suns volvió a su producción máxima y se fue arriba de los 15 tantos sin que ya esta vez no hubiese ningún tipo de sobresalto.

El entrenador de los Suns, Alvin Gentry, le dio entrada a los jugadores del banquillo en el cuarto periodo para descansar a los titulares y el escolta brasileño Leandro Barbosa jugó 11 minutos para aportar seis puntos después de anotar 3 de 6 tiros de campo, dar dos asistencias y recuperar un balón.

Si a los Suns les había salido todo bien, a los Trail Blazers, de nuevo no tenían suerte con nada, incluyendo el fantasma de las lesiones, que volvió a hacer acto de presencia para que le alero francés Nicolas Batum se resintiese de la que viene arrastrando en su hombro derecho y no pudo jugar en la segunda parte.

El alero-pívot LaMarcus Aldridge con 17 puntos y siete rebotes fue el líder del ataque de los Trail Blazers que también tuvieron 14 tantos de los reservas Martell Webster y Jerryd Bayless, mientras que Fernández, como titular, iba a conseguir 12 tantos, que tampoco eran todos los que necesitaba el equipo.

Fernández jugó 22 minutos para anotar 4 de 8 tiros de campo, que fueron todas canastas de triples en siete intentos, no fue a línea de personal, dio una asistencias, capturó un rebote y recuperó un balón.

El espejismo del primer partido de la eliminatoria al mejor de siete que ganaron los Trail Blazers por 100-105 quedó atrás, y los Suns reivindicaron que son mejores que el equipo de Portland.

Los propios seguidores de los Trail Blazers se encargaron de confirmarlo cuando comenzaron a abuchear a los jugadores después de ver que el marcador señalaba un escandaloso parcial de 37-66, que no dejaba ningún tipo de duda de quien era el mejor y de que tipo de partido estaban presenciando en el Rose Garden.