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Wenger - Guardiola: dos estilos, la misma filosofía

  • Los dos técnicos apuestan por el fútbol de ataque sin descuidar los detalles
  • Wenger es un veterano de los banquillos, lleva en Londres desde 1996
  • Guardiola llegó hace una temporada y media y ha ganado todo lo posible

Ver más: especial de la Champions

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A Wenger y Guardiola les unen más cosas de las que les separan.
A Wenger y Guardiola les unen más cosas de las que les separan.

Las 'perlas' de Wenger:

Cesc: Llegó con 16 años y a sus 22 es el líder del equipo

Denilson: Llegó con 18 años del Sao Paulo y sufrió una grave lesión

Walcott: Llegó con 16 años y el Arsenal pagó 17 millones de euros

Bendtner:El danés llegó a Londres a los 16 años desde el Copenhague

Clichy: Otra apuesta personal de Wenger, llegó a los 18 años

Song: Otro compatriota captado a los 18 años en el Bastia

Eboue: El marfileño llegó a los 17 años

Traoré: Wenger le trajó con 16 años desde su ex equipo, el Mónaco

Si hay dos equipos que se distinguen por encima del resto con el balón en los pies, esos son FC Barcelona y Arsenal. Ambos conjuntos se gustan cuando tienen el balón en los pies.

Dos nombres propios están detrás del fútbol bonito, vistoso y efectivo de 'culés' y 'gunners', Guardiola y Wenger. El primero llegó hace una temporada y media como apuesta personal de Laporta para intentar enderezar una nave que perdió el rumbo entre las 'estrellas'.

Tití Henry regresará a la que fue su casa en Londres y se enfrentará a los que fueron sus compañeros. El francés piensa que será raro la vuelta a casa.

El otro es ya un veterano experto que lleva a cargo del Arsenal desde 1996 y con el que ha legado a lo más alto de la liga inglesa, con la única mancha de la Champions.

A primera vista y viendo el curriculum y experiencia de ambos, se podría llegar a la conclusión de que nada tienen que ver, pero nada se aleja más de la realidad.

El galo cuenta con una larga carrera en los banquillos del fútbol profesional y se ha ganado a pulso el título de uno de los mejores entrenadores del mundo y más cotizado, pero nada tiene que envidiarle Guardiola. El catalán ha ganado en una temporada todo lo que ha disputado, sin excepción y va camino de revalidar la Champions y la liga española.

Guardiola ha sabido tomar las riendas de un vestuario que estaba en plena descomposición, limpiarlo y sacarle brillo a una plantilla renovada a base de cantera.

El fútbol bonito como seña de identidad

Tanto Wenger como Guardiola coinciden en la base de su filosofía futbolística, tener el balón con criterio y hacer correr al rival, sin olvidar un ataque exquisito y un mejor centro del campo.

Y para hacer este tipo de fútbol es necesario poder contar con dos de los mejores cerebros del mundo, Xavi y Fábregas, ambos productos de la Masía.

El central barcelonista está disfrutando de su mejor momento desde que está en el club blaugrana, después de haber pasado por el calvario de una larga lesión.

Aunque gran parte de culpa de que Cesc sea un 'crack' es de Wenger. El galo siempre apostó por los jóvenes talentos en formación y con el catalán se doctoró.

El técnico francés se fijó en Fábregas cuando todavía era un adolescente, lo fichó con apenas 16 años y con 22 ya es el capitán del Arsenal y su jugador más valioso. Sin duda, Wenger tiene el mejor ojo para llevar a Londres a futuras promesas del balompié.

Tanto a Wenger como a Guardiola les gusta el trabajo bien hecho, observar al rival y saber donde son fuertes y donde fallan, pero sobre todo saben a lo que juegan a pesar del resultado y del oponente.

El equipo inglés y el Barcelona se han enfrentado dos veces, una en 2000 con victoria para los azulgranas y la más reciente la final de 2006 en la que los culés se proclamaron campeones de Europa.

Es difícil sacar pegas a uno de estos dos 'genios' de los banquillos. Guardiola es un esclavo del trabajo bien hecho y de la observación y en su corta carrera como técnico de primer nivel no se le puede poner ni un pero.

A Wenger tampoco es fácil ponerle un tachón, si bien es cierto que su punto más fuerte como técnico se convierte en su talón de Aquiles en los momentos decisivos.

Cuando la virtud se convierte en defecto

Los éxitos del galo se basan en su apuesta por los jugadores jóvenes, y preciasamente ese es el argumento más fuerte de sus detractores. La falta de experiencia de un equipo tan joven en momentos claves de la temporada les suele pasar una factura demasiado alta.

A los chicos de Wenger se les moja la pólvora en los momentos importantes, cuando enfrente hay un rival de entidad y se juegan el ser o no ser.

El mejor ejemplo es la Premier, el Arsenal siempre arranca como un misil casi imparable, pero cuando llegan los choques con los rivales directos, Manchester y Chelsea, no son capaces de hacer valer su calidad.

Las tres Champions que ha ganado el Barça pasaron en algún momento por Londres, ciudad talismán para los culés. En esta ocasión el Arsenal tratará de romper la racha.

Algo parecido les pasa en la Champions, en los últimos años los 'gunners' con la filosofía Wenger como mandamiento, han conseguido grandes resultados metiéndose en cuartos, semis e incluso en la final de 2006 donde sucumbieron ante el Barça de Rijkaard. Pero la presión en los grandes momentos casi siempre juega en su contra.

El partido que medirá a Arsenal y Barça será algo más que el primer asalto de los cuartos de final de dos clubes que apuestan por el fútbol de calidad.

Será el cara a cara, la toma de alternativa de dos estilos que crean escuela, un Wenger - Guardiola que terminará con uno de los dos en la siguiente fase, donde posiblemente se encuentren con otro grande de los banquillos y con un estilo sustancialmente opuesto, el de José Mourinho, pero eso será otra historia.