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El Atlético culmina el sueño del regreso a Europa

  • En un gran partido, el club rojiblanco gana al Schalke alemán por 4-0
  • El 'Kun' Agüero, protagonista del partido con un gol y una asistencia
  • El argentino, Forlán, Luis García y Maxi fueron los autores de los tantos

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Diego Forlán celebra su gol con sus compañeros Agüero y Perea.
Diego Forlán celebra su gol con sus compañeros Agüero y Perea.

Sí, sí, sí, la Champions ya está aquí. El Atlético de Madrid logró la hazaña y ha inscrito su nombre en la lista de equipos que disputarán la Champions League la próxima temporada, al tiempo que abre una nueva página en su historia entre lo más granado del fútbol europeo.

Además, lo hizo con contundencia, no sólo por el 4-0 que inutilizó la derrota de Alemania, con tensión y con algo muy necesario en esta competición, jugadores tocados por la mano de Dios -y observados por su enviado en la tierra del fútbol, Diego Armando Maradona-. Fue Agüero, campeón olímpico en Pekín hace cuatro días, el que repartió garra y salvó a un equipo que se había encomendado a él y a su asociación con Diego Forlán. El Atlético de Madrid se ve por fin entre los 32 mejores equipos de Europa.

Un regalo inmejorable para la afición atlética, que vio a su equipo remontar en 90 minutos de ensueño la difícil eliminatoria que le aguardaba para conjurar tantos años de ausencia en la liga de los mejores frente a unos alemanes confiados en poco más que levantar un muro que desquiciara a los españoles y que hiciera bueno el 1-0 del partido de ida.

Y eso que el comienzo no fue fácil, y el equipo rojiblanco, que no es precisamente el mejor dotado para gestionar el sufrimiento en los partidos, lo pasó mal para mantener la calma entre las ansias por ganar sin tener que recurrir a la épica y el miedo a un gol en contra que habría sido fatal. Y el Schalke, vino a hacer su partido, moviendo el balón y esperando un fallo.

Sin embargo, casi una hora después, el Atleti se estaba frotando los ojos de incredulidad, a unos pocos minutos de volver a la Liga de Campones, once años, cinco meses y ocho días después. Acudieron al rescate sus mejores hombres, los de siempre, los que no faltan a la cita, Agüero en la primera parte y Forlán en la segunda lo hacían posible.

Tensa espera entre los goles del triunfo

A base de raza, se fabricó el primer tanto. Después de que un defensor del Schalke sacara bajo palos un remate de Diego Forlán, Perea recogió el rechace para poner un centro que encontró la inusual cabeza de Agüero, quien igualaba la eliminatoria en el minuto 18.

Tras el gol necesario, la estrategia del Atlético se volvió conservadora, algo apocada incluso, igualando la incertidumbre por continuar el mismo guión ofensivo con el miedo a perder por un fallo en la zaga, que daría más de un susto con dubitativas cesiones de Perea.

A cambio, el Schalke no fue lo bastante temerario para tratar de dar el golpe, así que el tiempo transcurrió y se llegó al descanso, con una ocasión perdida de Simao en un contraataque para disipar las dudas.

Fue al comienzo de la segunda parte cuando el Atlético salió decidido a por el partido, y en el minuto 50, Forlán logró el gol que marcaba la diferencia después de un robo y un pase de Agüero. El uruguayo completó la obra al irse de dos defensores y marcar de disparo cruzado.

Respiración contenida y estallido de euforia

El tanto no cambió tanto las cosas, puesto que seguía dejando la eliminatoria a expensas de un solitario gol del Schalke. Fue ahí cuando apareció el tembleque durante unos minutos que avanzaban tensos y lentos, detenidos del susto cuando Westerman tiró un balón al cuerpo de Leo Franco en el minuto 68.

Quedaban 20 minutos y el Atlético sólo pensaba en resguardar su meta, en dejar pasar los minutos. Jugaban los rojiblancos con fuego y con el corazón de la afición, que premió a Maniche, indultado por Aguirre para el compromiso, con una sonora ovación cuando fue sustituido por Assunçao. El portugués se la ganó tras un buen partido.

El brasileño Rafinha, que también estuvo en los Juegos con su selección, dio aire fresco a su equipo en los minutos finales e hizo sufrir a la retaguardia del Atlético. Sin embargo, Luis García despejó los fantasmas en el minuto 81 después de recibir un pase de un agotado Agüero, que todavía pudo centrar tras marcharse de dos defensas.

Con todo el Manzanares en un rapto de éxtasis, el gran capitán, Maxi Rodríguez, remachaba de penalti tras un derribo a Simao la hazaña de la remontada ante los alemanes en el minuto 86, espantando cualquier atisbo de pesadilla y de la mano de una afición que se ha llevado la mayor alegría de los últimos años.