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Sigue la lucha contra la contaminación a una semana de los Juegos

Los índices de contaminación ha bajado consideralemente

Si la polución persiste durante los Juegos el COI replenteará algunas de las pruebas

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Si la contaminación pequinesa se empeña en continuar empañando las vistas de la ciudad, las autoridades aplicarán un plan de emergencia que consistirá en retirar un diez por ciento más de los vehículos de las calles y en detener la producción en 105 fábricas.

Estas medidas, según el portal del Ministerio de Protección Medioambiental, sólo se aplicarán "bajo condiciones climatológicas extremadamente desfavorables".

En comparación con las medidas que algunos expertos habían propuesto la semana pasada, que hablaban de prohibir circular hasta al 90 por ciento del parque móvil de la ciudad, estas nuevas estrategias demuestran de algún modo que Pekín confía plenamente, como ha venido diciendo, en que los pasos dados hasta el momento serán efectivos.

La lluvia que ha caído en los últimos tres días ha limpiado notablemente la atmósfera y cuando resta tan sólo una semana para el inicio del evento deportivo la situación es, a simple vista, bastante menos preocupante que la semana pasada.

El índice de polución del aire estaba ayer en 69, una cifra considerada "moderada", que ya no implica tantos riesgos para la salud de los atletas independientemente de la dureza de la prueba que disputen.

La mejora es ostensible, en comparación con los índices del pasado fin de semana, que estuvieron por encima de 100, lo que sí se considera arriesgado y que, de repetirse durante los Juegos, obligará al COI y al Comité Organizador de Pekín 2008 (BOCOG) a replantearse la reprogramación de algunas pruebas.

Desde el pasado día 20 de julio por Pekín sólo circula diariamente la mitad del parque automovilístico privado, en días alternativos en función de si el número de la matrícula es par o impar.

Además, desde ese mismo día, se han detenido las obras de construcción para limitar el polvo en el aire y las industrias más contaminantes detuvieron su producción, que no reiniciarán hasta el 20 de septiembre, después de los Juegos Paralímpicos.

La contaminación está siendo el principal caballo de batalla de Pekín para estos Juegos Olímpicos, una vez que han introducido una serie de medidas para garantizar la seguridad del evento, prioridad número uno, según la organización.