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Los vaivenes en la aplicación de los aranceles de la Administración Trump acaban afectando a la economía global, especialmente a los particulares.

Uno de los primeros efectos en la economía producido por los aranceles cruzados entre Washington y Pekín es un aumento de la inflación global. Los precios aumentan para todos los consumidores, sea cual sea su país de residencia.

En un mundo globalizado donde buena parte de las economías están interconectadas, el sobrecoste arancelario recortará el poder adquisitivo del ciudadano. Este sobrecoste será aún mayor al comprar productos estadounidenses, o ensamblados allí, como un teléfono móvil.

Los aranceles ya encarecen materias primas como el grano. China, al dejar de comprar soja a EE.UU., querrá comprarla en Brasil, que es el mayor suministrador de la UE. Jorge de Saja, director de la Confederación de Fabricantes de Piensos para Animales (Cesfac), aclara que "los fuertes aranceles que China ha impuesto a EE.UU. hace que China vaya a comprar más soja brasileña, lo que reduce aun más los suministro alternativo a la soja americana".

El impacto de una soja o maíz más caros, supone el encarecimiento de los piensos y por tanto la subida del precio de la carne para los consumidores. Este tipo de efectos directos e indirectos pueden hacer rebotar el IPC alimentario.

La decisión de Donald Trump de pausar los aranceles afecta directamente a la Unión Europea, que este miércoles había aprobado su respuesta con una lista de miles productos que gravar a partir de la semana que viene. Hasta hace unas horas, ya había en marcha aranceles generales del 20% ahora, se bajan al 10%. La Comisión Europea dice que está pendiente de conocer más detalles de este anuncio y veremos en las próximas horas el nuevo giro de Trump cambia los planes de Bruselas.

Foto: REUTERS/Yves Herman

Los nuevos aranceles "recíprocos" anunciados por Donald Trump han entrado en vigor este miércoles en todo el mundo, aunque el presidente estadounidense ha anunciado esta tarde una pausa de 90 días para su aplicación. La excepción es China, a quien le ha subido las tarifas arancelarias hasta el 125% —hasta ahora estaban activos aranceles del 104% para el gigante asiático—, por lo que el mandatario considera "una falta de respeto" de Pekín hacia los mercados mundiales.

No es la primera vez que Donald Trump provoca que se especule con los mercados. María Navarro, de VerificaRTVE, explica en Malas lenguas que un bulo "tuvo consecuencias reales en la bolsa de Nueva York". "Todo esto surgió a raíz de una interpretación errónea de una entrevista que dio el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca a la cadena Fox News", indica. Los periodistas preguntaron si el presidente estadounidense tenía previsto valorar la paralización de los aranceles durante 90 días, y el director del Consejo Económico Nacional no expresó realmente qué iba a suponer.

Un arancel no es lo mismo que el impuesto del valor añadido (IVA), tal y como explica María Navarro, de VerificaRTVE, en Malas lenguas. El IVA se aplica a "los productos que adquirimos" dentro de la Unión Europea, "mientras que los aranceles se imponen a los productos extranjeros que importa un país".

Con estos últimos, se defienden "los intereses de los productores locales".

El debate surge a partir de que este miércoles hayan entrado en vigor los aranceles anunciados por Donald Trump, pese a que el presidente estadounidense ha anunciado esta tarde una pausa de 90 días para su aplicación.

La Unión Europea depende de otros países para el suministro de materias primas críticas, entre ellas las denominadas tierras raras, que son fundamentales para la industria tecnológica. Ante el contexto geopolítico actual, cada vez más convulso, Europa pretende explotar sus propios recursos para producir al menos el 10% de los materias primas estratégicas que consume. Pero el camino es largo. Cíclicamente la Comisión Europea actualiza un inventario sobre los posibles yacimientos, los minerales que albergan y los expertos en la materia para poder responder ante una situación de crisis. También está acudiendo al reciclaje de productos eléctricos y electrónicos como patinetes, bicis o discos duros y a los acuerdos con terceros países y territorios como los estados de Asia Central o Groenlandia.

"Es la principal relación comercial del planeta", explica Daniel Flores de RTVE.es Datos. "Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones europeas y, en bloque, la Unión Europea es el principal comprador de productos estadounidenses", comenta Flores.

Añade que la mayoría de los países miembros de la UE tienen un saldo comercial favorable con EE.UU., pero si se "examina país por país esa relación comercial no es tan intensa entre unos y otros", aclara.

Los superávit comerciales son muy pronunciados en países como Alemania, Italia o Irlanda, pero no lo son tanto en Países Bajos, Polonia o la propia España.

El impacto de estos aranceles será desigual, "dependerá de la exposición de cada país y de cada sector a las ventas a Estados Unidos", comenta Flores. Entre los productos más afectados se encuentra el sector automovilístico europeo, con países expuestos como Alemania o Italia, pero los gravámenes tendrán un efecto muy amplio sobre toda la cadena de producción.

En el caso de España, el 4,6% de las exportaciones nacionales tienen como destino los EE.UU. y no es de los más expuestos. "Pero, si se examina por sectores, por ejemplo, el vino, el año pasado fue su segundo mercado", declara. Supone un 10% de sus ventas, 256 millones de euros.