Los equipos de inteligencia de Estados Unidos tienen la sospecha de que ciertas personas del Gobierno ucraniano aprobaron el atentado con coche bomba cerca de Moscú en agosto que mató a Darya Dugina, la hija del filósofo ultranacionalista ruso Alexander Dugin.
Tras el ataque, Ucrania negó su participación en el asesinato, mientras que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia acusó a los servicios secretos ucranianos de estar detrás del mismo. Ahora, se han alimentado las sospechas y Ucrania estaría en el punto de mira.