Cuando llega el final de junio muchos trabajadores están esperando la paga extra de verano. El origen de la paga está en la posguerra. En diciembre de 1944, se estableció una orden ministerial por la cual los trabajadores cobraron el equivalente a una semana de salario, como un aguinaldo navideño. Tres años después nació la extra de verano para que los trabajadores tuvieran dinero para celebrar la fiesta de Exaltación del Trabajo.
Para los expertos, estas pagas ya no tienen mucho sentido. Distribuir el salario bruto anual en 14 pagas no es una gratificación extraordinaria, al revés, es una pérdida de liquidez mensual para los trabajadores, incluso puede verse como un préstamo a la empresa a interés cero.
La paga extra es un dinero que se añade al salario mensual, normalmente en los meses de junio y diciembre. En España, la cobran todos los trabajadores independientemente de que su contrato sea parcial, temporal, indefinido…
Por ley, se establece un mínimo de dos pagas extras al año. Cada extra suele ser igual al salario base más los complementos fijos, aunque depende del convenio colectivo y del contrato, y no siempre se incluyen horas extras ni ciertos pluses.
En lugar de pagarlas en junio y diciembre, se pueden prorratear y pagar mes a mes, proporcionalmente. Pero eso la empresa no puede decidirlo por iniciativa propia. Solo puede hacerlo si lo dice el convenio o el contrato.
Si el convenio colectivo prohibiera expresamente el prorrateo los trabajadores cobrarán dos pagas, en junio y en diciembre
Si el empleado no trabaja el año completo, las pagas se cobran de forma proporcional. Una paga por seis meses trabajados y media si se han trabajado tres.
En resumen, las pagas se cobran o bien prorrateadas o en junio y diciembre, pero la empresa las tiene que abonar. Lo importante es conocer bien el salario bruto anual y que al final de año lo hayan pagado.