La Unión Europea y Estados Unidos se dirigen hacia un acuerdo comercial que resultaría en un arancel general del 15%, con algunas excepciones que aún deben elaborarse. Hace unos días, el presidente Trump había amenazado con imponer tasas del 30% a partir del 1 de agosto. La negociación se ha acelerado a pocas horas de que se celebre la cumbre económica entre los Veintisiete y China, que tendrá lugar este jueves en Pekín.
Geely es una gran empresa automovilística China que empezó haciendo neveras en el este del país y a día de hoy es una de las mayores empresas del sector en China y la décima más grande del mundo en cuanto a ventas.
Este conglomerado multinacional es propietario de la sueca Volvo y gana presencia en el mercado europeo. A Bruselas le preocupa el exceso de producción de vehículos eléctricos de China. La vicepresidenta de Geely Auto reconoce a TVE, que ha visitado una fábrica de coches eléctricos en China, que existe "una especie de enfermedad", pero no cree que haya demasiado exceso de producción.
En China crece la demanda de coches eléctricos y también en el resto del mundo. Esta tendencia es contradictoria con las trabas a los fabricantes chinos. Bruselas acusa a Pekín de dar subvenciones a estas empresas.
Por otro lado, el Gobierno chino promete regular la feroz guerra de precios, pero el sector también avanza gracias a la tecnología que están desarrollando los grandes conglomerados chinos como Geely, Chery o BYD.
Un motor de hidrógeno y su eficiencia es de casi el 46%, asegura Wang Ruiping, profesor del Instituto de Computación Tecnológica. El otro gigante chino, BYD, reduce el coste al fabricar sus propias baterías. Los vehículos eléctricos se han convertido en el principal escollo en las relaciones comerciales entre la Unión Europea y China.
Ahora, con la guerra comercial entre Estados Unidos y el resto del mundo, Bruselas teme que el excedente de coches fabricados en China vayan a parar al mercado europeo.
Más poder, menos límites y una velocidad de cambios vertiginosa. Desde que volvió a la Casablanca, Donald Trump ha firmado 170 órdenes ejecutivas. En total, en su primer mandato fueron 220.
Su gran prioridad, el control migratorio. Aunque en cifras reales, sus predecesores deportaron más, la militarización y la mano dura no tienen precedentes.
Ha cumplido su promesa de bajar impuestos, sobre todo a los más ricos, y recortar el gasto federal. Despidos masivos de funcionarios, tijeretazo a la sanidad, las ayudas sociales y fin del apoyo a energías verdes.
Con Elon Musk ha pasado del amor al odio. Su antiguo amigo convertido en amenaza de cara a las elecciones de medio término del próximo año. Si Musk consigue un puñado de congresistas y Senadores, sería él quien podría determinar que las votaciones vayan en un sentido o en otro.
En política exterior, se le han atragantado las guerras de Ucrania y Gaza, que prometió acabar en cuestión de horas, sorprendió bombardeando instalaciones nucleares de Irán y ha conseguido que sus aliados se comprometan a gastar más en Defensa. Pero muchos ya no creen sus amenazas tras sus bandazos y su errática política de aranceles.
A nivel interno no consigue bajar la inflación, que incluso repunta. Lo que más factura le pasa entre sus incondicionales: el caso Epstein. Sus seguidores lo que quieren es que se desclasifiquen todos los papeles, como se van a desclasificar los de las muertes de los Kennedy o de Martin Luther King.
La aprobación de sus políticas no deja de bajar, pero Trump sigue desafiando los límites de su poder. Una transformación a marchas forzadas de Estados Unidos que polariza aún más a la primera potencia mundial.
Tras la última amenaza del presidente estadounidense Donald Trump, analizamos las consecuencias que pueden tener para España y la Unión Europea los aranceles del 30 por ciento a nuestras exportaciones a EEUU a partir del 1 de agosto.
Palo y zanahoria. De un lado preparados para devolver la agresión a EE.UU. pero de otro atentos a que el golpe de respuesta no sea demasiado fuerte que puede llevar a otra contrarespuesta aún mayor.
La Unión Europea tiene que mantener ese difícil equilibrio ante los aranceles del 30 por ciento a las importaciones a Estados Unidos decididos por Donald Trump. Se empezarían a aplicar el 1 de agosto después de la prórroga planteada por la parte norteamericana.
Y ese equilibrio hacia Estados Unidos también tienen que mantenerlo de puertas hacia dentro los 27, porque hay algunos países que quieren pasar cuanto antes a la acción y a mostar ya a Estados Unidos que los europeos también podemos hacerles daño. Hablamos de este tema con nuestro corresponsal comunitario David Vidueiro y después lo analizamos con Gustavo Palomares, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNED, Director del Instituto General Gutiérrez Mellado y profundo conocedor de las relaciones entre Estados Unidos y Europa.
La Unión Europea tiene de plazo hasta el 1 de agosto para negociar los aranceles del 30% anunciados por Donald Trump, presidente de Estados Unidos o bien aplicar contramedidas. El Comisario de Comercio, Valdis Dombrovodis, ha mostrado su decepción esta mañana con la carta de Trump porque si se imponen aranceles del 30% sería como prohibir, ha dicho, el comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.
El impacto sería tal que haría imposible la relación comercial. Bruselas confía en la posibilidad de un acuerdo y seguirá negociando hasta el nuevo plazo dado por Washington el 1 de agosto, aunque al mismo tiempo se prepara para responder. La mañana de este lunes la reunión versa sobre los productos a los que se impondrían aranceles si no hay acuerdo. El ministro Carlos Cuerpo dice que hay que tener las herramientas preparadas, no ser ingenuos. Aunque la prioridad según cuerpo siga siendo buscar un acuerdo que, en su opinión, aún es posible.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, ha anunciado que la Unión Europea (UE) mantendrá en suspenso las medidas de represalia contra los aranceles de Estados Unidos con el objetivo de "seguir negociando" hasta el 1 de agosto, cuando se cumplirá la nueva prórroga anunciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, antes de subir al 30% el recargo que ya impone a los productos europeos.
"Siempre hemos tenido muy claro que preferimos una solución negociada", ha dicho la presidenta de la Comisión, que ha añadido que por parte de Bruselas "sigue siendo así", por lo que el Ejecutivo comunitario utilizará el tiempo que queda ahora "hasta el primero de agosto" para tratar de lograr ese objetivo.
Foto: GUILLAUME HORCAJUELO/EFE — La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen