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No es hora de callar

Ante la violencia de género, no es hora de callar

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Jineth Bedoya comparte sus vivencias en el encuentro No es hora de callar
  • “Si el periodismo al final del día no nos sirve para ayudar a alguien no vale la pena ejercerlo”, defiende la periodista colombiana Jineth Bedoya

La periodista colombiana ha protagonizado junto a Elena Sánchez Caballero y la psicóloga Ana Escobar el encuentro responsable de RTVE celebrado en el marco del día internacional contra la violencia sobre las mujeres.

Jineth Bedoya trabajaba habitualmente cubriendo noticias sobre las víctimas del conflicto armado que vivía su país, Colombia. La prisa y cierto mecanicismo la llevaban a pedir un testimonio rápido para elaborar la información. Pero cuando estando ella entubada en la camilla de un hospital tras haber sido secuestrada, torturada y violada, y sin saber si quiera si lograría seguir con vida, unos colegas de la prensa le hicieron de trámite la misma pregunta que ella solía hacer. Se prometió en aquel mismo momento que si lograba salir con vida haría todo lo posible para cambiar ese tipo de periodismo. Se dio cuenta entonces de que antes de pedir una declaración había que intentar ponerse en la piel de quien tenía enfrente. Era mayo del año 2000. Le costó nueve años de silencio y una depresión profunda antes de llegar a ser la activista que hoy es en la denuncia de la violencia que sufren las mujeres.

Jineth ha formado parte de una delegación de víctimas que ha participado en las negociaciones para el proceso de paz en La Habana entre el Gobierno colombiano y las FARC. Las organizaciones de mujeres de Colombia, que son muy fuertes, se estaban dando cuenta de que el tema del género no se estaba teniendo en cuenta en el texto del acuerdo. Su participación ha conseguido que se incluya en el acuerdo que la violencia sexual ejercida en el marco del conflicto armado no sea indultable.

El secuestro le cambió la vida a Jineth Bedoya, pero hablar como una mujer violentada le ha cambiado todavía más. Desde que se decidió a dar este paso se ha convertido en una portavoz y activista contra la violencia que sufren las mujeres. Ella se presenta a sí misma: “Soy Jineth Bedoya, soy colombiana y como yo, millones de mujeres en el mundo también han sido violadas”. Dar este paso no le resultó nada fácil, ella misma lo explica: “Tras el secuestro guardé silencio porque pensaba que como periodista no podía identificarme como víctima. Además, sentía tal vergüenza que para mí era imposible siquiera hablarlo con mi madre. Y era consciente de que aunque denunciase, no iba a pasar nada y yo me iba a desgastar en ese proceso”.

Con la ayuda de Oxfam Inermon y el apoyo de su periódico, “El Tiempo”, decidió contar su caso públicamente y dejó de ser una mera reportera para convertirse en una gran activista, porque entendió que “este no es un problema de las mujeres sino de todos, en el que los periodistas pueden ayudad a erradicar la violencia de género con el uso de la palabra”. Jineth no quiso seguir con un tipo de periodismo que le parecía pusilánime y decidió que este oficio tiene que ser una herramienta social: “Si el periodismo al final del día no nos sirve para ayudar a alguien no vale la pena ejercerlo”.

Violencia de género: no es hora de callar 2

La periodista colombiana compartió sus vivencias con los asistentes al encuentro responsable “Contra la violencia de género, no es hora de callar”, celebrado el 24 de noviembre en el Auditorio de Prado del Rey en el marco de la campaña de RTVE “Concienciados contra la violencia de género”. El encuentro fue presentado por la periodista de RTVE Elena Sánchez Caballero, y contó con un taller práctico dirigido por la psicóloga Ana Escobar, quien habló sobre cómo tenemos en nuestras manos la posibilidad de hacer transformaciones para avanzar hacia la igualdad a través del lenguaje y de las imágenes.

Ana Escobar invitó a los periodistas a estar especialmente vigilantes con el lenguaje, ya que se puede convertir en una herramienta para la desigualdad si bajamos el estado de alerta. El lenguaje publicitario, pero también nuestras crónicas pueden contribuir a la pervivencia de roles que hacen que la figura masculina sea la del poder mientras la figura femenina sea la débil y falta de capacidades.

RTVE

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