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Estados Unidos envía dos bombarderos a maniobrar sobre Corea del Norte tras su último misil

  • Las maniobras son "una firme respuesta" a las pruebas norcoreanas, dice Seúl
  • Han ensayado con fuego real ataques a instalaciones clave norcoreanas

Por
Aviones estadounidenses
Los dos Air Force B-1B que ha enviado Estados Unidos a Corea del Sur, en una imagen difundida por el Departamento de Defensa Estadounidense.

El Ejército estadounidense ha enviado este sábado dos bombarderos B-1B a realizar maniobras junto a las Fuerza Aéreas surcoreanas en la península de Corea, en una nueva señal de advertencia tras el último ensayo armamentístico norcoreano, según ha anunciado Seúl.

Los bombarderos estratégicos de largo alcance despegaron desde la base aérea de Anderson, en la isla de Guam, y llevaron a cabo simulacros de ataques de precisión en territorio surcoreano, informó un portavoz de las Fuerzas Aéreas del país asiático a la agencia local Yonhap.

Las maniobras constituyen "una firme respuesta a la serie de lanzamientos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte", según la misma fuente.

Los B-1B Lancers sobrevolaron el Mar del Este (Mar de Japón), se aproximaron a la frontera que delimita a las dos Coreas y posteriormente se unieron a cazas surcoreanos F-15K y F-16 en la provincia de Gangwon (este) para ensayar con fuego real ataques a instalaciones clave norcoreanas, según el portavoz.

Un misil coreano capaz de alcanzar EE.UU.

Estos ejercicios se enmarcan en las amplias maniobras con fuego real ejecutadas por Washington y Seúl para responder al lanzamiento del proyectil intercontinental del pasado martes, que incluyeron el lanzamiento de varios misiles guiados y un notable despliegue de sus fuerzas navales y aéreas.

El último ensayo norcoreano implica que el hermético país ha logrado fabricar un misil con capacidad potencial para recorrer, según el Ejército surcoreano, ente 7.000 y 8.000 kilómetros, suficiente para llegar a partes de Estados Unidos.

Este nuevo avance armamentístico norcoreano eleva un escalafón más la tensión en la península y constituye un elemento que puede modificar el enfoque diplomático y estratégico de Washington para la región.

El régimen norcoreano ha insistido en que no está dispuesto a abandonar sus programas nuclear y de misiles para sentarse en la mesa de negociaciones a menos de que Washington abandone lo que Pyongyang califica de "política hostil" contra el país asiático.