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El juez de Granada que investiga el caso de abusos sexuales implica a diez curas y dos laicos

  • El instructor levanta el secreto de sumario y alude a cuatro posibles víctimas
  • El juez pide a las partes que aleguen si han prescrito los abusos sexuales

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El juez de Granada que investiga los abusos sexuales implica a diez curas y dos laicos

El Juzgado de Instrucción número 4 de Granada que investiga los presuntos abusos sexuales cometidos por el conocido como 'clan de los Romanones' implica en los hechos a doce personas -diez sacerdotes y dos seglares- como autores, cooperadores o encubridores de las agresiones que habrían sufrido cuatro víctimas, dos de ellas denunciantes y otras dos testigos. El instructor ha levantado el secreto de sumario y ha dado a las partes un plazo de diez días para que aleguen si creen que los hechos y delitos expuestos han podido prescribir.

En un auto notificado este martes, al que ha tenido acceso Efe, el juez Antonio Moreno indica que los hechos son susceptibles de constituir infracciones penales por comisión de delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, en sus formas de agresiones, abusos o exhibicionismo.

El instructor también considera que en los hechos serían aplicables las agravantes de prevalimiento, con diferentes grados de autorías a través de una participación necesaria, cooperación o encubrimiento, e imputables a un total de doce personas, de las que cuatro fueron detenidas y puestas luego en libertad con cargos.

Los arrestados fueron el padre Román, considerado cabecilla del grupo y el único que tuvo que hacer frente a una fianza -fijada en 10.000 euros- para quedar en libertad, además de otros dos sacerdotes y un profesor de Religión.

Asimismo, el juez concede a las partes un plazo de diez hábiles para que, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido hasta que se interpuso denuncia, informen sobre la "posible prescripción" de cada uno de los hechos relatados en relación a cada imputado para así delimitar la continuación del proceso.

En el auto, el juez relata los hechos en relación a los dos denunciantes así como los declarados por dos testigos cuyo testimonio, señala, podrían ser constitutivos de infracción penal.

El juez relata los presuntos abusos a cuatro jóvenes

En cuanto al primer denunciante, un joven supernumerario del Opus Dei que hoy tiene 24 años y cuya denuncia dio origen de la investigación, dice haber sido víctima de continuados o permanentes abusos sexuales por un grupo de sacerdotes de la diócesis de Granada desde el 2004, cuando tenía 14 años, y hasta el 2007, con 17 años.

Este joven puso inicialmente los hechos en conocimiento de la Fiscalía el pasado octubre tras recibir en agosto la llamada del papa Francisco, quien le pidió perdón en nombre de la Iglesia al leer el escrito que le envió relatando los hechos.

El juez aprecia indicios de que el padre Román, que lideraba un grupo de nueve sacerdotes y dos seglares, propuso al denunciante, cuando tenía 7 años, y a su amigo, la otra supuesta víctima, ayudar en la misa como monaguillos.

Tras participar en varias jornadas de convivencia, el joven, ya con 14 años, comenzó a pasar mucho tiempo en una casa parroquial y en otra adquirida por este grupo de sacerdotes en Los Pinillos, donde ocurrieron "los hechos más graves y relevantes penalmente".

Masajes, masturbaciones e intento de penetración

Entre ellos, el juez relata las proposiciones del padre Román para que el joven se quedara a dormir en su cama, habiendo otras libres, a lo que el denunciante accedía finalmente al sentirse presionado "física y psicológicamente".

En el transcurso de esos años hubo supuestamente masajes, masturbaciones e intento de penetración hacia la víctima, a quien los miembros del grupo, que se exhibían desnudos en la piscina, ponían películas pornográficas diciéndole que era algo "normal" y al le instaban a que viviera su sexualidad "sin tapujos".

El segundo denunciante ejerció también de monaguillo para el padre Román, que desde que empezó la catequesis en 1997, con 7 u 8 años, y hasta que se marchó de la parroquia tras confirmarse en el 2004, lo invitaba a merendar los domingos a una casa del Zaidín junto con el grupo de sacerdotes y laicos, que se besaban entre sí, lo que justificaban en que eran como un "familia" y el principal encausado como "un padre cercano".

El joven, que entre los años 2003 y 2004 comenzó a pasar más tiempo en la casa parroquial y otra que disponía el grupo, recibía masajes con "finalidad libidinosa" que le hacían sentir "incómodo".

Para "coaccionarle", el padre Román le decía que viera en él un apoyo "sentimental y de protección", situaciones por las que, según el juez, el joven se encuentra en tratamiento psicológico.

Dos testigos relatan también presuntos abusos

En cuanto a los hechos alegados por dos testigos que pudieran ser constitutivos de infracción penal, uno de ellos recoge que, cuando tenía 14 o 15 años, comprobó cómo los sacerdotes se bañaban en una piscina en la que se cambiaban de ropa, le proponían masajes o le acariciaban el muslo con "ánimo libidinoso".

El otro testigo relata un episodio en una ducha, en la que al parecer el principal imputado habría intentado tocamientos, indica el auto, que también advierte de que todo el grupo de imputados disponía de un "importante patrimonio en común".