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El Congreso envía al Senado la ley de seguridad con los votos del PP y el rechazo de la oposición

  • Un diputado de UPN y otro de PAR ha votado también a favor
  • Toda la oposición rechaza la ley que denomina "mordaza"
  • El PP la defiende y dice que la norma "protege a todos
  • La regulación de las 'devoluciones en caliente', lo más criticado

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El Congreso envía al Senado la ley de seguridad ciudadana con los votos del PP

El proyecto de ley de seguridad ciudadana ha pasado su trámite en el Congreso con el único apoyo del PP, junto con un diputado de UPN y otro del PAR que han votado a favor, y el rechazo en bloque de la oposición, al que se han sumado protestas para escenificar que se trata de una norma "mordaza" que pretende "acallar" la protesta ciudadana.

Ante la presencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha asistido al debate desde el banco azul del hemiciclo, todos los grupos parlamentarios salvo el PP han votado en contra del proyecto, que ahora tendrá que superar el trámite parlamentario del Senado antes de su aprobación definitiva.

No han faltado en el debate los "incidentes". Así, el presidente de la Cámara baja, Jesús Posada, ha tenido que pedir dos veces a siete diputados de la Izquierda Plural que se despojaran de las mordazas blancas con las que se habían tapado sus bocas para expresar gráficamente su rechazo al texto.

Y justo cuando empezaba la intervención del portavoz del PP, Conrado Escobar, se ha podido escuchar desde la tribuna de invitados "La canción del pueblo", de la obra 'Los Miserables', interpretada por mujeres del grupo "Solfónica", a las que Posada ha ordenado expulsar del hemiciclo.

El PP la defiende: "Protege los derechos de todos"

El portavoz del PP, Conrado Escobar, ha rechazado las acusaciones de la oposición subrayando que se han incorporado, total o parcialmente, enmiendas de todos los grupos, y que la ley "protege los derechos de todos".

De hecho, ha asegurado que las manifestaciones "van a ser más libres" porque estarán "protegidas de violentos", y la intervención siempre será "gradual y proporcionada" y la disolución "siempre la última y excepcional medida aplicable".

Las protestas de la oposición, ha sentenciado, son solo "un numerito más de todos contra el PP".

PSOE e Izquierda Plural se comprometen a derogarla

"Aberración", "mordaza, "locura política" o "ataque endemoniado" son algunos de los calificativos que han usado los grupos en el bronco debate.

Tanto el PSOE como Izquierda Plural e incluso ERC se han comprometido a buscar acuerdos amplios para derogar la ley en la próxima legislatura.

CiU, el único partido que ha defendido "cosas buenas" del articulado, también ha dicho que en el futuro habrá que cambiarlo "de arriba a abajo".

Uno de los puntos que más críticas ha generado por parte de la oposición es la enmienda introducida en la ley por el PP mediante la que se regula el rechazo de inmigrantes en la frontera de Ceuta y Melilla.

El diputado del PSOE, Antonio Trevín, ha dicho que es "otro error" y ha instado al Gobierno a que, si quieren cambiar la Ley de Extranjería, que lo hagan "de frente" y no por "la puerta de atrás".

Los grupos coinciden en que es "innecesaria"

Según el PSOE, esta es "una ley innecesaria" que supone "una vuelta al Estado policial" y que va en va "en contra de la Constitución".

Ha argumentado que un 82% de los ciudadanos se opone a este texto, "el mismo porcentaje que se oponía a la intervención de España en la guerra de Irak". "¿Es que no aprenden?", ha preguntado.

Por su parte, el diputado de IU Ricardo Sixto ha calificado esta ley como un "despropósito" y ha lamentado que este día es "una jornada infausta".

En relación con la devolución de los inmigrantes en la frontera, ha avisado de que si se les echa por la puerta de la valla a Marruecos no es posible saber si son solicitantes de asilo, un procedimiento que va en contra de la ley y por ello ha pedido a las fuerzas de seguridad que la incumplan si es necesario.

El diputado del PNV, Emilio Olabarria, ha afeado al ministro del Interior por sus declaraciones en las que ha propuesto enviar a los inmigrantes a los domicilios de quienes se opongan a sus políticas en esta materia.

Los nacionalistas vascos consideran que esta ley "acredita una derrota en materia de extranjería y de inmigración".

Feliu Joan Guillaumes (CiU) ha anunciado el voto en contra de su grupo a la ley, aunque ha admitido que "tiene cosas buenas" y se ha referido a la cuestión competencial, las medidas contra el top manta o la prostitución. Aun así ha reprochado que no se avance en otras cuestiones como compartir ficheros policiales.

A su juicio "lo más escandaloso" de esta ley es la regularización del rechazo de inmigrantes en frontera, un asunto que no estaba en el proyecto de ley, sino que el PP lo introdujo después vía enmienda "ahorrándose los informes de los órganos consultivos".

Por parte de UPyD, Toni Cantó, ha hecho hincapié en que no se puede regularizar la ilegalización del derecho de asilo y el derecho de reunión.

El portavoz de ERC, Joan Tardá, ha lamentado que por la mayoría absoluta del PP "hoy no será posible frenar esta locura política y ataque endemoniado a las libertades que quedan supeditadas a la arbitrariedad del Ejecutivo".

Xabier Mikel Errekondo, de Amaiur, ha criticado que la ley va "contra el pueblo vasco, contra la población minera, contra el campo andaluz, contra el 25S o cualquier tipo de marea".

La diputada de Geroa Bai Uxue Barkos cree que el Gobierno ha utilizado la crisis para "poner en vanguardia supuestas necesidades de seguridad contra valores ciertos de libertad".