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Netanyahu gana las elecciones en Israel pero su partido pierde escaños en favor del centro

  • Su coalición obtiene 31 escaños, 11 menos de los que tenía
  • El partido centrista Yesh Atid se coloca segundo con 19
  • Paridad entre el bloque nacionalista-religioso y el centro-izquierda

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La coalición que encabeza Benjamin Netanyahu gana las elecciones legislativas en Israel

Empate a 60 escaños

Aunque el partido encabezado por Netanyahu Netanyahu (el Likud-Beitenu, la unión de su formación con la de su socio Avigdor Lieberman), ha sido la fuerza más votada, con 31 escaños, las formaciones de derecha y religiosas no han logrado una mayoría absoluta y se han quedado en 60 diputados, exactamente la mitad de la Cámara: 11 del Shas, 7 del Judaísmo Unido de la Torá y 11 del Hogar Judío (Habayit Hayehudí).

Los partidos de centro (Yesh Atid con 19 escaños, Laborista con 15, Hatnuá con 9 y Kadima con 2) e izquierda (Meretz con 6 y Hadash con 4), suman en total 52 escaños, que se completan hasta los 60 con los 8 de los partidos árabes, 3 de Balad y 5 de la Lista Árabe Unida-Taal.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahuse ha atribuido la victoria en las elecciones legislativas, celebradas el lunes, pese a que la coalición derechista que lidera ha perdido votos y escaños y no tendrá fácil formar gobierno.

Con el 99% escrutado, la coalición Likud Beitenu, de Netanyahu y su exministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, obtiene 31 escaños, 11 menos que en la pasada legislatura, mientras que la nueva formación de centro Yesh Atid (Hay Futuro), encabezada por el periodista Yair Lapid, ha dado la sorpresa entrando en la Knesset (Parlamento) con 19 diputados, relegando al Partido Laborista a la segunda posición (15 diputados). Los resultados no serán oficiales hasta final de semana, cuando se hayan computado los votos de los desplazados de su residencia habitual.

El ajustado resultado electoral en Israel, con un empate a 60 escaños  entre el bloque de derecha y religioso y el resto de partidos, abre la  puerta a múltiples combinaciones para formar una coalición de Gobierno.

Los resultados muestran también que la preocupación principal de los israelíes, especialmente de la clase media, es la situación económica, y no la seguridad. Y ponen la disputa sobre los derechos de la comunidad ultraortodoxa como primer punto de la agenda política de Netanyahu.

Los ultraortodoxos, primer desafío

La mitad de la sociedad israelí ha votado a partidos que abogan por el fin de los privilegios de los haredim. De ahí el éxito de Yesh Atid y el Partido Laborista, que han sabido aprovechar el resentimiento de la clase media secular que ve cómo el Gobierno carga sobre sus hombros la asistencia social de la dependiente comunidad ultraortodoxa, exenta además del servicio militar obligatorio.

Al primer ministro se le abre ahora una importante dilema ya que tendrá que ver si las aspiraciones del bloque ortodoxo encajan con alguna de las formaciones de centro-izquierda que necesita para formar gobierno, o si apuesta por un Ejecutivo sin partidos religiosos y centrista, algo difícil de imaginar.

Netanyahu, que en sus dos anteriores legislaturas ha disfrutado del apoyo incondicional de los grupos ultraortodoxos, no ha desvelado cómo resolverá el entramdo de alianzas, pero sí ha advertido que buscará una coalición lo más amplia posible.

En su discurso de victoria Netanyahu ha vuelto uno de sus temas favoritos: la amenaza nuclear iraní. Ha reiterado que hará todo lo posible para detener el programa nuclear de la República Islámica, al que atribuye intenciones bélicas. "El primer reto era y es evitar que Irán obtenga el arma nuclear", ha reiterado.

Por su parte, Yes Atid dirigió su campaña a los votantes seculares y de clase media, a los que prometió solucionar el problema de escasez de vivienda; abolir las exenciones del servicio militar para los estudiantes religiosos y reformar el sistema educativo.

Lapid ha pedido a Netanyahu "que construya un gobierno lo más amplio posible para traer un verdadero cambio a Israel".

Los palestinos, ausentes de la campaña

El conflicto con los palestinos ha estado prácticamente ausente del debate electoral. El partido ultranacionalista Habayit Hayehudí, que se suponía que podría ser la gran sorpresa y cuyo candidato, Naftalí Bennett, es considerado el portavoz de los intereses de los colonos, ha obtenido 11 diputados.

El partido religioso sefardí Shas ha obtenido otros 11. A continuación se situan el ultraortodoxo asquenazí Judaísmo Unido de la Torá, con 7; la formación Hatnuah, de la ex jefa de la oposición Tzipi Livni, y el frente pacifista Meretz, ambos con 6.

La Lista Árabe Unida sorprende en estos comicios con 5 escaños, seguida del frente judeo-árabe por la igualdad Hadash, 4, y el Pacto Democrático Árabe que obtendría 3.

En la parte baja de la lista, al borde de la barrera del 2% que se requiere para obtener representación parlamentaria, se sitúa la formación Kadima con 2 escaños.

La participación ha sido del 66%, la más alta en los últimos 14 años.