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ENTREVISTA

Mara Torres: "He escrito este libro porque lo necesitaba"

  • La presentadora de La 2 Noticias habla con RTVE.es de su primera novela
  • Reconoce que ha cumplido un sueño pero no sabe si volverá a escribir

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Mara Torres, ayer, antes de la entrevista con RTVE.es
Mara Torres, ayer, antes de la entrevista con RTVE.es

Odia los domingos, no sabe decir que no, sale de juerga más de lo que debe y siente animadversión por ese triángulo sofá-manta-televisión en que se apoyan muchas relaciones amorosas. Se llama Fortunata Fortuna, un personaje creado por la periodista Mara Torres que ha logrado, con sus dos vidas –la real y la imaginaria–, introducir de lleno a su inventora en el fascinante mundo de la Literatura.

Para saber, entre otras cosas, un poco más de la divertidísima protagonista de La vida imaginaria, novela finalista del Premio Planeta 2012, entrevistamos a nuestra compañera, que, en este día de la presentación del libro irradia –no es para menos– una ilusión especial.

Tranquila y segura de tener los pies sobre la Tierra, la primera pregunta la hace ella, intrigada: "¿Tú también eres Fortunata?" Cuando escucha un "no" por respuesta, pone cara de que le cuesta creerlo. Puede que tenga razón.

- Te pones a escribir hace unos años la historia de una mujer que se queda sin pareja y acabas hoy aquí, en este pedazo de hotel, presentando tu novela finalista del Premio Planeta, que, por si fuera poco, va a recorrer buena parte del mundo. Sal de la burbujita de felicidad en la que te encuentras, que no me oyes, Mara…

¡No! Ya estoy fuera de la burbuja de felicidad. Estuve dentro de ella durante el proceso de escritura y en el momento final, cuando me dieron el premio. En esos momentos sí estaba en una burbuja. Ahora estoy en otra fase: voy a viajar, a encontrarme con lectores que me van a contar si han empatizado o no con el personaje. Y estoy muy ilusionada.

"La noche que me premiaron fue el momento más feliz de mi vida"

- ¿Qué sentiste la noche en que se fallaron los premios Planeta y sonó tu nombre?

Pues fue el momento más feliz de mi vida. Ha habido otros momentos felices antes, pero ninguno se parece. Yo lo viví como si estuviera en Eurovisión. Cuando veía que el título ficticio de la novela iba superando puestos, le decía a mi chico: “Oye, que sólo quedan tres”. Lo viví con una alegría inmensa, sí.

- ¿No te lo esperabas?

No. Mujer, yo sabía que estaba entre las finalistas… Pero bueno, eso forma parte de la magia. Que estés allí y que, de momento, suene tu nombre es increíble. Y aprovecho para dar las gracias a quienes me han acompañado en ese camino.

- “La vida es una mierda” es la primera frase del libro. ¿Lo piensas a menudo?

¡Que yo no digo siempre, digo ahora!

- ¿Cómo?

Que la novela sigue así, quiero decir.

-Ya, ya lo sé…

Pues eso (Suelta una carcajada). Pero no, al contrario, la vida es maravillosa. De hecho, hay una parte en la novela en la que alguien le dice a Fortunata: “Tú me enseñaste que la vida podía ser maravillosa y tenías razón”. Lo que ocurre es que hay momentos duros. La novela arranca en una circunstancia dura para ella, que se encuentra con un mundo que tiene que reconstruir. Por eso dice al principio eso de que la vida es una mierda y lo de que le da igual que el pruno que hay frente a su casa esté podrido.

- Creo que no te gusta que te lo digan pero me da la impresión de que te pareces un poco a Fortunata.

En realidad me gusta que me lo digáis porque yo la veo mejor que yo. Más simpática, más graciosa, menos dramática… Veo que sabe remontar y que tiene un punto de ingenuidad que da mucha ternura. Así que me gustaría heredar todas esas cosas de Fortunata. En lo que más me parezco a ella es en la vida imaginaria. Yo siempre entendí la vida en dos dimensiones: la real y la imaginaria. Nunca he comprendido una sin la otra. De hecho, cuando era pequeña la dibujaba en dos planos. Y de vez en cuando esos dos planos convergen. Cuando quedé finalista del Premio Planeta, mi vida real se unió a la imaginaria. Luego se han vuelto a separar.

- Haces en el libro referencia a la crisis, a despidos en la empresa… ¿Te está afectando el momento de desolación en el que estamos instalados?

Indudablemente. No sólo me afecta sino que me siento igual de desolada que los demás. Una cosa es cómo le vayan a una las cosas y otra es cómo vayan a su alrededor. La crisis ha afectado a mis amigos, a mis familiares y también a mí porque formo parte de esta sociedad que está siendo vapuleada muy seriamente por una crisis que no hemos creado nosotros. No tenemos la culpa de la crisis y estamos pagando los platos de otros.

“Vivimos en una sociedad en la que tú vales lo que tienes”

- ¿Quién crees que tiene la culpa?

Pues tiene la culpa un sistema que ha demostrado que no funciona. Ese capitalismo exacerbado. Y en lugar de plantearnos que tiene que haber otro sistema que lo sustituya, estamos empeñados en que éste funcione. Vivimos en una sociedad en la que tú vales lo que tienes.

- Aunque es tu primera novela, es tu tercer libro… ¿Vas a seguir dedicándote a la literatura?

A ver, el primer libro que escribí estaba vinculado al programa de radio que hacía, Hablar por hablar. Me lo encargaron. Y el segundo estaba muy ligado al doctorado que estaba haciendo en la universidad, que era el discurso oral convertido en texto literario. Éste es el primer libro que escribo desde la invención pura. Y lo he escrito porque lo necesitaba. Creo que para volver a escribir tengo que volver a necesitarlo y eso no sé si me pasará. De hecho cuando me llaman “escritora”, digo: “A ver, soy autora”. Eres escritora cuando tienes una trayectoria mucho más amplia. Ser escritor es algo que se escribe en mayúsculas.

Así que no sé si volveré a escribir un libro. Nosotros los periodistas estamos acostumbrados a leer y a escribir todos los días. Yo, además, escribo cuadernos desde que tenía 9 años. Pero eso no significa que escriba nada para que sea publicado.

- Fortunata llega a decir en el libro que el amor es como un tiburón que empieza comiéndote los pies y luego las piernas y que acaba arrancándote también el corazón y la cabeza… ¿No crees que eres un poco malvada haciendo sufrir tanto a tu personaje?

(Se ríe poniendo cara de pícara). La verdad es que cuando terminaba algún capítulo pensaba: “¡Pobre Fortunata!”. Ahora me hace gracia pensarlo. De todos modos, el momento en el que ella dice eso del amor es un momento en el que tiene mucho miedo a enamorarse, miedo al compromiso, miedo al amor. Es ese instante en el que sabes que tu vida puede volver a cambiar, pero te da miedo que todo vuelva a ser como antes, te da miedo volver a sufrir… En fin.

- Este personaje le da un cierto aire a Bridget Jones, ¿no crees?

Pues no me importa que se hagan comparaciones. No he leído el libro, aunque sí vi la película. Puede parecerse, aunque Fortunata es muy española. Empezando por el nombre y continuando por la forma de vivir que tiene, que es muy de aquí. Nosotros los españoles estamos mucho en la calle, salimos con los amigos, nos contamos muchas cosas, nos gusta compartir lo que nos pasa.

Lo que me sorprende es que hay muchos hombres lectores que se han sentido completamente identificados con Fortunata. Y creo que es porque el personaje tiene mucho de femenino y de masculino. Es un estereotipo de persona –que no de mujer– que vive un desamor.

“Lo único que tengo en la cabeza es el contacto con los lectores”

- La vida imaginaria es un libro diferente, escrito de una manera sencilla y que va al grano, que provoca en muchas ocasiones la risa. ¿Te planteaste este tono desde el principio o te salió así?

No, el tono de la novela está perfectamente planificado, no sale así a la primera. Hay que pulir y pulir hasta que sale la forma de hablar que tiene el personaje. Y luego mantener esa coherencia durante las 260 páginas de la novela.

- ¿Te planteas un segundo libro con Fortunata como protagonista?

No, ahora mismo lo único que tengo en la cabeza es el contacto con los lectores. Ahora comenzamos un viaje por varias ciudades que me motiva. Me apetece saber si los lectores se han sentido identificados con Fortunata, si se han reído, si se han emocionado.

- ¿Qué te sigue aportando la televisión, si es el caso, después de estar 7 años presentando La 2 Noticias?

En realidad no es la televisión la que me aporta cosas, es La 2 Noticias. Yo siempre dije que no me iba a la televisión, sino a un proyecto que se llamaba La 2 Noticias, que se emitía en televisión. Lo que me aporta este informativo es que mis compañeros tienen una mirada muy rigurosa y única sobre la actualidad. Y ajena a la corriente informativa. Ellos trabajan como creen que tiene que trabajar. Y hoy en día encontrar eso es un privilegio.

- ¿Haces algún ejercicio para no perder el contacto con el suelo, con la vida real?

(Mara niega rotundamente con la cabeza y tarda en contestar). No. Lo único que significa un premio como éste es que es algo soñado y que te acerca al lector. Ahora pienso en disfrutar y en trabajar, porque la burbuja de la que hablábamos antes se ha cerrado y he vuelto a la vida real. Lo vivo con alegría y soy consciente de que soy muy afortunada.