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Los rebeldes de Wukan piden la intervención del Gobierno central de Pekín

  • Representantes del pueblo aseguran que serán "bienvenidos"
  • Reclaman el cadáver del líder popular Xue Jinbo

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El pueblo rebelde de Wukan, que ha conseguido expulsar a las autoridades después de tres meses de protestas por la expropiación de sus tierras de cultivo, ha pedido este lunes la intervención del Gobierno central para solucionar el conflicto.

Los medios desplazados a Wukan, en la provincia sureña de Cantón (Guangdong) y otras fuentes presenciales indican, a través de los servicios de microblog, que otros alcaldes de la zona se han acercado hasta el pueblo para mediar, por temor a que las protestas se trasladen a sus territorios.

Dos representantes populares les han dicho que eran bienvenidos si venían para prestarles su apoyo, pero que sólo aceptarán la intervención del Gobierno central para solucionar el conflicto, que ya se ha cobrado la vida del líder popular Xue Jinbo, de 42 años.

Según comentarios de testigos en Twitter, estos alcaldes tienen también un historial de expropiaciones y corruptelas.

Confianza en los medios

Los agraviados reclaman ahora la devolución del cadáver de Xue, que según quienes pudieron visitarlo mostraba síntomas de tortura, aunque las autoridades sostienen que murió de fallo cardiaco.

La policía amenaza con arrestar a los familiares de Xue si continúan las protestas, pero, según los pocos periodistas extranjeros que han logrado cruzar el estrecho cordón militar en torno a Wukan, los manifestantes confían en que la presencia de los medios los proteja.

"Queremos dejar claro ante la prensa que no somos rebeldes, apoyamos al Partido Comunista.  Amamos a nuestro país", ha señalado un testigo presencial en su cuenta de Twitter (censurada en China pero accesible mediante un servidor interpuesto de pago).

Uno de los periodistas británicos que logró cruzar el cerco en los últimos días explicó hoy a Efe en conversación telefónica desde Wukan que los manifestantes están en contacto continuo con la prensa extranjera y que "han formado una comuna verdaderamente extraña".

Los militares impiden el acceso de suministros a Wukan, que, con una población de unos 13.000 sublevados, logró echar a las autoridades locales hace semanas y ahora pide elecciones democráticas para acabar con el cacique local durante 40 años, Xue Chang.

Los habitantes de Wukan han ideado un sistema para acceder a alimentos de contrabando, como pollo y arroz, y se están pertrechando con piedras a la espera de una represión violenta, suministros que les llegan a través de motocicletas que logran esquivar el cordón policial.

La resolución del conflicto

Los vecinos, en su mayoría campesinos que reclaman una compensación por la expropiación de sus cultivos -su única fuente de ingresos- y pescadores a los que la policía impide faenar, reparten sus provisiones con los más pobres y con los periodistas, aunque creen que sus recursos sólo pueden durar una semana.

Muchas de las tiendas de Wukan han cerrado y las escuelas no dan clases, señalan los medios de Hong Kong.

Aunque hay periodistas de la agencia estatal Xinhua en Wukan desde hace más de una semana, su medio no está informando del conflicto, censurado en el resto de la prensa y en la red de internet china, que cuenta con 480 millones de usuarios.

El responsable de la ONG Instituto de China y del Mundo, Li Fan, especializado en el experimental sistema de elecciones que el régimen lleva a cabo en algunas localidades de su geografía, ve poco probable la intervención del Gobierno central en el conflicto.

"Es mejor que las autoridades provinciales de Cantón intervengan para resolver este problema, porque para el Gobierno central va a ser difícil. Si Pekín interviene y eleva la compensación a los campesinos de Wukan, otros afectados pedirán lo mismo" ha explicado Li en declaraciones a la prensa de Hong Kong.

De hecho, más de una cuarta parte de las 100.000 protestas masivas que se registran al año en China son por expolios ilegales de cultivos a los campesinos para desarrollar vivienda e industria que siga alimentando el crecimiento de la locomotora china.

En esta situación se encuentran 50 millones de agricultores que perdieron sus terrenos en la última década, por lo que no es de extrañar que ayer, domingo, varios de estos afectados intentaran protagonizar una protesta fallida en Guangzhou, capital provincial.

A pesar de la censura impuesta en la red, quienes pueden permitirse evitarla informan al minuto de lo que allí sucede y muchos se preguntan "¿qué está pasando en Wukan?", "¿por qué los militares los rodean?", mientras que otros recuerdan que "los cambios importantes en China surgieron siempre de los campesinos que perdían sus tierras".