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Se afloja la presión sobre Irlanda, que insiste en que no necesita un rescate

  • Su prima de riesgo baja 100 puntos en una jornada y queda en 584
  • También se reduce un poco la presión sobre España, Portugal y Grecia 
  • Dublín insiste que tiene reservas para financiarse hasta junio de 2011

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Irlanda respira algo más tranquila después de que los mercados financieros hayan cedido este viernes en su presión sobre la deuda de ese Estado. Esa mejora ha llegado gracias al comunicado conjunto de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España, donde se aclara que los inversores privados que hayan comprado deuda irlandesa no sufragarían parte de un eventual rescate a ese país de la Unión Europea (UE).

Esta declaración de las cinco economías más grandes de la UE ha favorecido que el interés que pagan los bonos a 10 años de Irlanda haya quedado en el 7,926%. Eso significa que su prima de riesgo, es decir, el diferencial entre la rentabilidad ofrecida por esas obligaciones irlandesas y la de los bonos alemanes -considerados los más seguros y, por eso, los que sirven de referencia en Europa- se haya reducido hasta 584 puntos básicos, 100 puntos menos que el máximo alcanzado este jueves.

La subida de la prima de riesgo actúa como un círculo vicioso: por  rumores o por indicadores económicos reales, los mercados empiezan a  desconfiar de que un país pueda pagar los intereses que ofrece a  quienes compran sus bonos soberanos; eso hace que ese Estado tenga  que subir esa rentabilidad para poder seguir vendiendo sus títulos y así captar  la financiación que necesita, bien para pagar anteriores deudas, o bien  para financiar su actividad corriente. Pero, al verse obligado a incrementar el interés, eleva aún más su deuda e hipoteca su capacidad de pagar a los acreedores, lo que alimenta las dudas y agrava la situación.

No da miedo Irlanda, sino de la propuesta alemana

Irlanda ha insistido durante toda la semana que no necesita ayuda económica de la UE, ya que tiene cubiertas sus necesidades de financiación hasta junio del año que viene, por lo que no tiene que recurrir a los mercados de inmediato. Por lo tanto, no deberá comprometerse con esa elevada rentabilidad cercana al 8%.

El Gobierno de Dublín ha asegurado que las presiones sobre el interés de su deuda no responden a una falta de confianza en su política económica, sino a la propuesta de Alemania de que en el futuro los compradores de deuda soberana de países europeos puedan sufragar parte del rescate de las economías con problemas de solvencia, con lo que no recuperarían el 100% de su inversión.

Esa propuesta, en palabras del primer ministro irlandés, Brian Cowen, "no ha ayudado" a la situación irlandesa. "La conclusión que ha sacado el mercado ha sido la de cuestionar el compromiso de recompra de la deuda", ha explicado Cowen en una entrevista publicada por el diario Irish Independent.

Para disipar esos temores, desde la cumbre del G-20 en Corea del Sur, los jefes de Gobierno de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España han firmado una declaración conjunta donde confirman que los poseedores de títulos de países del euro no se verán afectados si la UE sigue adelante con la propuesta de Angela Merkel para que los inversores privados puedan verse implicados en los rescates futuros de países que sean incapaces de pagar su deuda.

Después de ese gesto, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, ha querido dejar aún más claro el mensaje y ha destacado que "cualquier posible implicación del sector privado" en el nuevo mecanismo permanente que diseñará la Eurozona para que funcione a partir de 2013, "no es aplicable a la deuda pendiente ni a los fondos vigentes".

Si se aprobase ese aspecto -algo complicado, ya que el Banco Central Europeo (BCE) y muchos países, como España, ya han mostrado su oposición-, entraría en vigor en la segunda mitad de 2013 y, "por lo tanto, esto no tendría ningún impacto sobre el marco actual", ha insistido Lenihan.

La prima de riesgo de España también se relaja

El comunicado llegado desde Seúl también ha aliviado algo la tensión en los mercados de deuda de Portugal, Grecia y España. No obstante, a pesar de la menor desconfianza de los inversores, al cierre de la sesión del viernes, la prima de riesgo española se mantenía próxima a los 200 puntos básicos, el mismo nivel de mediados de julio, antes de la publicación de las pruebas de solvencia a la banca europea.

Así, la rentabilidad del bono español a 10 años ha bajado 11 centésimas y se ha situado en el 4,506%, frente al 2,514% del bono alemán, que subió ocho centésimas.

En el caso de Portugal y Grecia, la caída de las  rentabilidades de sus bonos y con ella, de sus primas de riesgo, ha sido  mayor que con la deuda española. El interés del bono portugués ha descendido 34 centésimas, hasta el 6,540%, mientras que la rentabilidad del griego se ha reducido 21 centésimas, hasta quedar en el 11,184%.

En opinión del responsable de gestión de Inversis Banco, Fernando Hernández, el mensaje de las principales economías de la UE ha servido para "calmar un poco" los mercados, pero ha advertido que la volatilidad no desaparecerá hasta que no haya una decisión definitiva sobre Irlanda.

Dudas sin despejar

Y eso afecta a España, que tiene mucho menos déficit y deuda pública, y una mejor calificación de solvencia, pero que ha sufrido el contagio.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,  ha insistido en "la solidez, la solvencia y la confianza" de la  economía de España frente a la preocupación que genera la irlandesa.

En cualquier caso, este experto descarta que España vaya a tener problemas para acceder a los mercados y recuerda que no hubo dificultades para colocar deuda española en los momentos de máxima tensión de la pasada primavera, cuando se precipitó el rescate de Grecia.

Además, Fernando Hernández distingue la fortaleza del sistema financiero español frente al irlandés, donde el déficit público se ha disparado por encima del 30% debido a la importante inyección financiera que Dublín ha tenido que hacer para rescatar a sus bancos.

Para el director de análisis de MG Valores, Nicolás López, las dudas sobre la capacidad de Irlanda para hacer frente a los compromisos con sus acreedores han recordado a los mercados el riesgo de los países que tienen un alto endeudamiento.

Por eso, explica, se duda también de España, porque el mercado desconoce cómo se resolverá los problemas derivados del estallido de la burbuja inmobiliaria y cómo se absorberá el préstamo al sector promotor.