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Obama destituye al general McChrystal por minar el poder civil sobre el militar

  • Obama nombra al general David Petraeus en su lugar
  • Obama quiere mantener la estrategia en Afganistán
  • El Presidente "acepta el debate pero no tolera la división"

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Tanto demócratas como republicanos aplauden la decisión de Obama de relevar al general McChrystal

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha decidido destituir a su general en Afganistán, Stanley McChrystal,  a raíz de las críticas del militar a su administración. Una decisión que el Presidente ha calificado de "difícil pero necesaria", que aparta a un general al que profesa "admiración y respeto".

Obama, flanqueado por el vicepresidente Biden y el general Petraeus, ha asegurado que ha aceptado "con pesar" la dimisión de McChrystal en la breve reunión -20 minutos- que han mantenido ambos en el Despacho Oval. "Es lo correcto para Afganistán, el Ejército y el país".

El Comandante en Jefe ha explicado que no lo ha hecho por diferencias en la política a seguir en Afganistán: "compartimos la misma estrategia". La razón ha sido la conducta de McChrystal frente a sus superiores y el poder político, que "no está a la altura de lo que se debe esperar de un general".

Obama no estaba dispuesto a que se "minara la autoridad civil sobre los militares, que está en el corazón de nuestro sistema democrático". Tampoco a que "se erosionara la confianza en el equipo del Presidente". Da pues la bienvenida al debate en su equipo pero no tolera la "división".

El general Petraeus asumirá la misma estrategia

Obama ha nombrado ageneral David Petraeus en sustitución de McChrystal al frente de las tropas de la OTAN. Petraeus, graduado en West Point, brillante, conservador y actualmente comandante del Mando Central de EE.UU., está familiarizado con Afganistán y Pakistán y aplicó la estrategia contrainsurgente en Irak durante el mandato de George W. Bush.

El relevo subraya la determinación del Presidente de mantener esa estrategia para ganar la guerra: derrotar a Al Qaeda y los talibanes que apoyan a los terroristas, garantizar la seguridad a la población civil e impulsar un gobierno y un ejército autóctono que dé el relevo a EE.UU. a partir de julio de 2011.

Por otro lado será el general británico, Nick Parker, quien dirija las fuerzas de la OTAN en Afganistán a nivel interno.

El problema es que no hay progresos claros en ninguno de los frentes. Y Obama necesita alguno antes de que acabe el año. La perspectiva de que Afganistán se convierta en otro Vietnam es cada vez más ominosa. Los generales ya han sugerido que la estrategia necesitará un mínimo de tres años para dar frutos. Y eso en el terreno estrictamente militar. El político es más incierto todavía.

Pero es posible que Obama no disponga de tanto tiempo. La crisis económica amenaza con obligar a recortar gastos. Y la guerra de Afganistán cuesta más de 100.000 millones de dólares al año y ocupa a casi 100.000 soldados. Crece además la oposición a una guerra que no ofrece resultados y ya ha provocado más de mil muertos estadounidenses.

Afganistán devora a sus hijos

Obama no tenía muchas opciones. El general McChrystal había cruzado la línea roja al descalificar gravemente a su Comandante en Jefe y a su equipo más próximo. Como Douglas McArthur hizo con Truman. Pero más allá de los insultos y la insubordinación, el artículo que publica este viernes la revista Rolling Stone muestra los problemas de fondo en la guerra de Afganistán.

La primera en la frente. El autor recoge la opinión de McChrystal y su "Team America" de que "es una ficción que Estados Unidos tenga aliados en esta guerra". Se ha convertido en su único y exclusivo patrimonio: la guerra de Obama. De hecho, Canadá y Holanda van a retirar sus 4.500 efectivos, el presidente de Alemania ha dimitido a cuenta de la participación de su país y la guerra ha tumbado al gobierno holandés.

Y siendo malo, es peor el desánimo que infecta a las tropas norteamericanas. Desmoralizadas y sometidas a órdenes contradictorias. La estrategia de McChrystal se basa en la contrainsurgencia, la protección de la población civil y la creación ex novo de un gobierno democrático. Eso convierte a "los boinas verdes en un cuerpo de paz", asumiendo no sólo la misión militar sino la gestión política y diplomática. Y no funciona.

McChrystal había asumido en la práctica todos los poderes, minando el papel de "virrey" del embajador estadounidense en Afganistán, Karl Eikenberrry. Había apostado claramente por el presidente Karzaicuestionado abiertamente por la corrupción que infecta su gobierno. Pero nada de esto ha producido avances significativos. La ofensiva sobre Marjal no ha funcionado y la prevista sobre Kandahar se retrasa. Como mucho, "los talibanes ya no tienen la iniciativa, pero tampoco nosotros", según el propio McChrystal.

Un artículo incendiario sella el destino de McChrystal

Y toda estra frustación, junto con las discrepancias evidentes entre los militares y la administración Obama han salido a flote en el artículo de Rolling Stone. McChrystal lo revisó antes sin poner objeciones y dando por buenas las citas que se le atribuyen. El desafío era deliberado.

El general y su equipo más próximo se despachan a gusto con la administración Obama, los "peleles" de la Casa Blanca. Llaman "payaso" al asesor de Seguridad Nacional, James Jones. Juegan con el nombre del vicepresidente, Joe Biden y "Bite me", muérdeme o "vete al carajo" en jerga no generalizada. Otra venganza por las dudas que mantuvo sobre la escalada.

Desprecian al enviado especial de Obama a Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, un "animal herido", un pelmazo que tiene miedo a ser despedido, lo que le hace más peligroso.

Arremeten contra un colega, el general de tres estrellas y embajador en Afganistán, Karl Eikenberry, a quien consideran un oportunista preocupado por lo que dirán de él los libros de Historia. Eikenberry se opuso también al aumento de tropas.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, no. Y tal vez por eso es la única que sale bien parada. Y no es la primera vez que McChrystal se iba de la lengua contra las "palomas". El pasado otoño, Obama ya le llamó a capítulo después de que el general arremetiera en una conferencia en Londres contra los partidarios de la retirada progresiva de Afganistán y el uso de ataques selectivos.