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Miles de musulmanes rusos peregrinan para ver un 'bebé milagro' en el corazón del Cáucaso

  • El niño, de nueves meses, tiene una frase del Corán en la pierna
  • Su humilde casa se ha convertido en un 'portal de Belén'
  • Los fieles lo consideran una señal de esperanza y paz para la región

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Un peregrino muestra la pierna del bebé-milagro.
Un peregrino muestra la pierna del bebé-milagro.

Desde abuelas hasta escolares, cientos de peregrinos hacen cola esta semana para ver durante un momento a un bebé de nueve meses que se ha convertido en un "milagro" que ha traido una esperanza mística a la deprimida comunidad musulmana rusa, desesperada por la creciente violencia islamista.

De color rosado y ocupando varios centímetros, la frase "Está agradecido a Alá" apareció en la pierna derecha del bebé Ali Yakubov, de nueve meses, en claras letras árabes, según líderes religiosos de la zona. Sin embargo, cuando acudieron los periodistas occidentales sólo encontraron una letra porque el resto se había desvanecido.

"El hecho es que el milagro ocurrió aquí como una señal que nos guíe y ayude a nuestros hermanos y hermanas a encontrar la paz", ha asegurado Sagid Murtazaliyev, dirigente de la región de Kizlyar, a 150 kilómetros de Makhachkala, la capital de la región del Dagestán, en el Mar Caspio.

"No debemos olvidar que hay una guerra aquí", ha subrayado ante los líderes musulmanes que han invitado a la prensa a ver lo que consideran una señal inequívoca de Dios.

Una región en guerra

Se considera que el Islam llegó a Rusia en la nación del Dagestán, donde unos tres millones de personas que hablan 30 lenguas distintas y cuyos antepasados proceden de la ciudad amurallada de Derbent, que se considera la ciudad rusa más antigua.

Una oleada de atentados suicidas y ataques armados a la Policía y los servicios secretos de Dagestán, Ingusetia y la vecina de Chechenia, donde Rusia ha mantenido dos guerras contra los separatistas, han acabado con varios años de relativa calma en el Cáucaso norte.

Los líderes locales han pedido al presidente ruso, Dimitri Medvedev que lucha para contener la insurgencia islamista que está llegando a todas las esferas de la sociedad en el norte del Cáucaso.

Lo cierto es que hasta 2.000 peregrinos procendentes del resto de Rusia acuden diariamente a ver al bebé de ojos azules, cuya casa de ladrillo rosado se ha convertido en una especie de portal de Belén.

Miedo al terrorismo

Vladimir Zakharov, vicedirector del Centro de Investigación del Cáucaso de la Universidad estatal de Moscú dice que no está en posición de juzgar la veracidad del milagro, pero tiene claro que nació de la desesperacón.

"El Islam y el miedo al terrorismo dominan totalmente el norte del Cáucaso y quizá lo están usando para escapar de una cierta realidad", ha asegurado a Reuters.

Banderas de verde satén marcan el camino hacia la modesta casa familiar de Kizlyar, un pequeño pueblo con mezquitas encaladas, campos de maíz y carreteras sucias.

La Policía de Dagestán patrulla la casa mientras los imanes cambian fotos de los brazos y las piernas de Yakubov. Su padre, de 27 años, trabaja en la misma Policía, habitual objetivo de los milicianos, lo que consideran una prueba de la intervención divina.

Ascenso del fanatismo

El alcalde de Makhackala, Sayid Amirvo, que ha sobrevivido a una docena de atentados contra su vida desde 1990, interpreta el fenómeno como una señal de aviso.

"Lo que ha ocurrido es un milagro, pero también debería ser un mensaje de no llevar la religión demasiado lejos", ha advertido.

Levantando el pie derecho de su hijo, donde solo queda ya una letra árabe, la madre del bebé dice que no tiene duda de que los versos, que aparecieron por primera vez dos semanas después del nacimiento, están relacionados con el extremismo.

"Alá es grande y me envió este bebé milagro para mantenernos seguros", ha añadido.