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Muere Blanca Fernández Ochoa

Blanca Fernández Ochoa, la esquiadora con la que empezaron los éxitos de las deportistas españolas

  • Pionera del deporte de la nieve, fue la primera medallista española de la historia de los Juegos Olímpicos
  • Consiguió el bronce en eslalon en Albertville 1992 y cuatro triunfos en la Copa del Mundo

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Blanca Fernandez Ochoa, la esquiadora de la eterna sonrisa

No solo hizo historia en el esquí español, sino en el deporte de este país: la madrileña Blanca Fernández Ochoa, cuyo cadáver ha sido hallado este miércoles, fue la primera española que se subió a un podio olímpico.

Lo hizo en Albertville, el 20 de febrero de 1992; unos meses antes de los Juegos de Barcelona, donde se multiplicaron los éxitos del deporte español que, en los últimos años, han protagonizado sobre todo las mujeres.

Blanca Fernández Ochoa, precursora de los éxitos femeninos del deporte español

Hoy muchas siguen su estela, pero en la España que salía de la dictadura la participación femenina en el deporte era prácticamente anecdótica.

Ella siguió el camino que abrió en el esquí su hermano mayor Francisco, Paquito, campeón en Sapporo 1972 (y todavía único oro español en los Juegos de Invierno).

La ex esquiadora Blanca Fernández Ochoa recuerda la medalla de oro conseguida por su hermano Paco Fernández Ochoa en Sapporo 1972. También el bronce conseguido por ella 20 años después, en Albertville.

No fueron los únicos esquiadores de esta familia numerosa habituada a la nieve, ya que su padre trabajaba en la escuela de esquí de la estación de Navacerrada, en Madrid.

Hasta seis de sus ocho hijos llegaron a coincidir en el equipo nacional, pero Blanca, nacida en 1963 después de cinco varones, fue la que mejor esquió de la mayor saga de olímpicos españoles.

Para ello, todavía siendo una niña, se tuvo que ir a vivir al Valle de Arán, en los Pirineos, lejos de su familia.

Blanca Fernández Ochoa en el programa 'Fuera de banda' (1972)

Le costó, pero llegaron los resultados. Con 18 años fue campeona de España absoluta por primera vez, y un año después ganó en todas las modalidades del esquí nacional.

Ya en el ámbito internacional participó en cuatro Juegos Olímpicos de Invierno, los primeros los de Lake Placid 1980. En los siguientes, en Sarajevo 1984, ya logró el mejor resultado de una española en la historia del olimpismo (fue sexta).

En Calgary 1988 partía como favorita del eslalon, su prueba preferida. Confirmó las expectactivas en la primera manga, que acabó primera, pero se cayó en la definitiva.

Lo de Calgary fue un auténtico jarro de agua fría

"Lo de Calgary fue un auténtico jarro de agua fría para mí. Llegué a esos Juegos con la sensación de que pillaba medalla fijo. Caerme en la segunda manga cuando iba primera fue una decepción absoluta", comentó en una entrevista con Efe en 2017.

Pero cuatro años después, Albertville, se desquitó logrando el bronce. Además, ganó cuatro carreras de la Copa del Mundo.

Son logros que ha costado mucho no ya superar, sino igualar en España. Tras 26 años de sequía, solo el año pasado volvió a ondear la bandera rojigualda en un podio de los Juegos (cuando Regino Hernández y Javier Fernández fueron terceros en snowboard y patinaje sobre hielo, respectivamente).

Tras su retirada, se desempeñó como asesora de otros deportistas. Se casó, se divorció y con un nuevo marido tuvo dos hijos, que juegan al rugby.

Nunca dejó el deporte, su gran pasión, aunque en los últimos tiempos prefería los palos de golf a los bastones de esquí.

Su desaparición ha estado rodeada de misterio: dijo que se iba a hacer senderismo, pero no concretó dónde. 11 días después de que se la viera por última vez, su cadáver ha sido hallado en la Peñota, en la sierra de Guadarrama. Las montañas de su vida.

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