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Valverde cumplió los pronósticos

  • Esta victoria subsana una temporada empañada por la prohibición de disputar el Tour
  • Aún le falta por correr el Mundial de Medrisio, a donde acude como líder del equipo español
  • Se enfundó el 'maillot oro' en la 9ª etapa,  la primera con final en Xorret del Catí
  • La etapa más difícil fue la decimocuarta etapa con final en la Sierra de Pandera
  • Todos los detalles de la Vuelta a España en RTVE.es

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La Vuelta a Europa en 23 días

Todas las quinielas le daban como favorito y al final Alejandro 'Balaverde' Valverde ha puesto el broche de oro (y aún falta por disputar el Mundial en Medrisio, a donde llega como líder del equipo español) a un año muy difícil ganando su primera gran vuelta de tres semanas y se ha podido ver en la Castellana, en lo más alto del podio, mientras suena el himno de España.

Sin duda alguna este año ha sido muy extraño para el murciano. Valverde decidió cambiar su preparación y correr en menos carreras durante la primavera para llegar lo mejor posible al Tour de Francia y ganar por fin la clasificación general, su sueño.

Desgraciadamente se tuvo que conformar con ver el Tour por TVE a pesar de haberlo preparado "mejor que nunca" y no correrlo por culpa de 80 kilómetros que transcurrían por suelo italiano, donde el CONI le había prohibido correr al relacionarlo con la 'Operación Puerto'. 

"Lo pasó mal viendo la contrarreloj de Mónaco. Veía que era un recorrido bueno para él", aseguró el director de su equipo, Eusebio Unzúe. "Se había centrado en el Tour como nunca, creo que venía mejor preparado que nunca", llegó a afirmar Unzúe.

El 9 de agosto, Alejandro Valverde se proclamó ganador en la general de la Vuelta a Burgos por segunda vez en su carrera deportiva con las vistas puestas en la Vuelta: "Seguiré trabajando mucho para llegar al cien por cien a Assen el próximo día 29 de Agosto e intentar conseguir mi primera victoria en una gran vuelta de tres semanas", afirmó.

Después de la desilusión del Tour, era la hora de ganar

Pues dicho y hecho, después de unas primeras etapas en los Países Bajos en los que el peligro por las caídas Alejandro lo evitó estando siempre bien posicionado, la Vuelta se le iba poniendo de cara a medida que se iba acercando a su casa, a Murcia.

En la novena etapa de la Vuelta, la primera con final en alto entre Alcoy y Xorret del Catí, Valverde hizo la primera selección. Sólo Evans y Basso, con Gesink al acecho, supieron rodar junto al murciano, que ante la posibilidad de llegar como líder a su tierra apretó los dientes en busca de enjugar los escasos dos segundos de desventaja respecto al australiano. 

"Estoy muy contento -dijo tras finalizar- y llegando a Murcia todavía más. Coger el maillot oro no ha sido por casualidad, sabíamos que podía cogerlo", comentó.

La etapa más difícil que tuvo que aguantar el Valverde líder fue la decimocuarta etapa con final en la Sierra de PanderaLa tranquilidad salvó a Valverde. En principio no resistió los golpes de Evans, Basso y Gesink, que fueron los que dejaron al aire las debilidades del líder, pero la reacción final le permitió meter tiempo a los citados enemigos.

Valverde subió a recoger su maillot oro con el susto todavía en el cuerpo. "Se me pasó por la cabeza la posibilidad de perderlo todo, no me he puesto nervioso y lo único que he pensado ha sido en coger mi ritmo y no cebarme porque es un puerto en el que te puedes quedar clavado". 

Primero tensó Ivan Basso y seleccionó, después le relevó Evans y descubrió que Valverde y Samuel iban maduros. De inmediato, Gesink aportó su latigazo y puso al líder en clara evidencia. En plenos apuros de Valverde, Mosquera acabó de liarla con uno de sus habituales ataques. El gallego lanzó la carrera, ya descontrolada, pero sin el resultado deseado.

Samuel reaccionó a tiempo. Le estaba esperando una plaza en el podio. Resucitó Valverde, que no se cebó y subió a ritmo. Al final como un cohete fue pasando a los rivales que hacía unos minutos le habían disparado el ritmo cardiaco. Tal vez se estaba jugando la Vuelta y el murciano, con la cara negra, como si hubiera salido de una mina, sacó fuerzas de flaqueza y salvó los muebles.

Valverde aseguró, tras mantener e incluso incrementar mínimamente su ventaja, que tenía ganada la Vuelta en "un 70% después de la semana más dura, la última es más cosa del equipo. Hay etapas que son peligrosas como la de Navacerrada o Ávila, pero creo que el equipo está muy bien y lo vamos a tener controlado", manifestó.

Así fue, como él predijo. La etapa de Guadarrama no era fácil, además la lluvia y el frío lo empeoraba todo. Valverde se demostró como un líder sólido y respondió al ataque que lanzó Samuel Sánchez en el descenso del puerto arriesgando todo.

Al día siguiente, la contrarreloj de Toledo fue una etapa de la que Valverde no estaba muy preocupado antes de tomar la salida cronometrada. Se supo sacrificar y rodar con calma, jugando con las ventajas de la general para no arriesgar y caer.  

El ciclista murciano aseguró que en esta Vuelta'09 ha aprendido a "sufrir y mantener la calma", y ha cumplido lo que ya había avisado antes de empezarla, que llegaba a la Vuelta habiendo "aprendido de los errores del pasado".