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Varias personas han muerto tras ser arrolladas por un autobús en Estocolmo, Suecia. El conductor, que iba solo, ha estrellado el vehículo contra una marquesina. Está detenido y siendo investigado por homicidio imprudente. La Policía descarta un ataque terrorista y apunta a un posible problema de salud. Hay también varias personas heridas en el atropello.

Foto: Henrik Montgomery / AFP

En Suecia, un pueblo entero se ha movido de su lugar original a unos cinco kilómetros de distancia. Hace varios años se descubrió en el subsuelo una enorme bolsa de tierras raras y desde entonces la empresa que extrae esos minerales ha convencido a los vecinos para mudarse a otro lado. Estiman en más de un millón de toneladas los minerales bajo tierra, cruciales para fabricar productos como baterías. Un filón frente a la dependencia china. De ahí que asuman el coste total de los traslados de edificios y vecinos afectados.

Foto: Jonathan NACKSTRAND / AFP

"Fingir que no se entiende o no se sabe para evitar responsabilidad o compromiso", esa es la definición, según la RAE, de la expresión "hacerse el sueco"... Una frase popular que, ahora, la embajada de Suecia en Madrid ha pedido cambiar su significado a través de un comunicado, dirigido a los españoles: "¿No tendría más sentido que el significado de esa expresión fuera para algo más sueco? Quizás para llamárselo a las personas que cuidan y se preocupan por el planeta", reza el escrito.

En Suecia, el último tiroteo que acabó ayer con la vida de tres jóvenes cerca de Estocolmo no se trata de un episodio aislado, ya que el año pasado hubo casi 300 tiroteos. El país, conocido históricamente por sus políticas de igualdad social, se pregunta ahora cómo afrontar esta ola de crímenes, en su mayoría vinculados al narcotráfico. Los autores suelen ser menores en riesgo de exclusión y captados como sicarios por bandas criminales dedicadas a tráfico de drogas. El Gobierno conservador, con apoyo de la extrema derecha, quiere permitir las escuchas telefónicas a menores de 15 años que estén bajo sospecha.

Detenido un sospechoso por el tiroteo que dejó el martes tres muertos en Uppsala, Suecia. El detenido tiene dieciséis años y los fallecidos entre 15 y 20, la policía sueca investiga el incidente como un "homicidio". Aunque "no hay pruebas de vinculación con banda criminal", se está siguiendo esa pista, según el jefe de la Policía de la localidad.

La Policía sueca trata de dar respuestas a por qué un hombre se plantó el martes en esta escuela para adultos y mató a tiros a diez personas e hirió gravemente a otras seis. El tirador también disparó a los agentes cuando llegaron y después él se suicidó. Supuestamente entró en la escuela con las armas dentro de una funda de guitarra, fue al baño y se vistió de verde militar. Al salir empezó a disparar con un arma semiautomática mientras la gente corría despavorida. La Policía descarta motivos ideológicos y creen que actuó solo. Hasta ahora se conoce que el tirador tenía 35 años, era un tipo solitario que solía andar con la capucha puesta y no hablaba con nadie.

Al menos diez personas han muerto, entre ellos el presunto autor, y hasta cinco han resultado heridas este martes en un tiroteo en una escuela en Örebro (a unos 200 kilómetros al oeste de Estocolmo), según ha informado la Policía de Suecia. Fuerzas especiales de la policía, servicios médicos y bomberos han refugiado a decenas de alumnos en otros colegios y comercios cercanos

"Me estuve escribiendo mensajes con mi hija durante más de dos horas", cuenta un padre, que señala cómo los profesores la ayudaron a esconderse. "Estar encerrado en un aula temiendo por tu vida es una pesadilla que nadie debería experimentar" ha admitido por su parte el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.

Tras varias horas de angustia, la Policía, que había informado de cinco heridos inicialmente, ha confirmado la muerte de diez personas, entre ellos, el que consideran el autor de los crímenes. Según las autoridades, no tenía antecedentes ni relación con organizaciones criminales, además de creer que actuaba solo.

Han sido tres los representantes del colectivo japonés Nihon Hindankyo los que han recogido el Premio Nobel de la Paz. Llevan 68 años luchando por impedir que se desvanezca el testimonio de las víctimas de los bombardeos nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki y por presionar a su Gobierno para que les indemnicé. Son los "hibakusha", supervivientes del holocausto nuclear. En nombre de todos, Tanaka, de 92, años, ha alertado de la ligereza con la que se amenaza con el uso de las armas atómicas, principalmente por parte de Rusia e Israel.

A Tanaka le escuchaban otros 29 supervivientes, todos ellos niños cuando Estados Unidos atacó Hirosima y Nagasaki. Su media de edad es de 85 años y temen que, una vez todos estén muertos, el tiempo se trague su lucha.