España pule su propuesta en el segundo ensayo de Eurovisión Junior: más conexión y más magia
- Gonzalo Pinillos lleva su actuación un paso más allá y perfecciona cada detalle
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La magia ha llegado al el escenario de Eurovisión Junior 2025. Gonzalo Pinillos ha completado esta mañana su segundo ensayo en el Pabellón de Gimnasia de Tiflis, emocionando de nuevo a la delegación española con una actuación que promete ser mágica, inmersiva y llena de fantasía. Este ha sido su último ensayo antes de la gran cita del viernes, cuando se jugará el 50% de la votación del jurado profesional. La jornada ha servido para pulir y perfeccionar los detalles de realización, coreografía y vestuario, y ha confirmado el gran estado de forma de la candidatura española en la 23ª edición del festival, con una propuesta que invita a seguir soñando.
Gonzalo ha regresado al escenario acompañado por su dúo inseparable, los bailarines Daniela Valladolid y Álex Zamora. Tras un primer ensayo sobresaliente, los tres han aplicado hoy todas las mejoras trabajadas en estos días, afinando cada elemento para que la puesta en escena de "Érase una vez (Once Upon a Time)" brille al máximo el próximo sábado 13 de diciembre, día de la gran final. El trabajo se ha centrado en perfeccionar planos, visuales, coreografía y efectos, manteniendo intacto el concepto original: un viaje por la imaginación a través de los libros.
Inicio de la actuación de España en Eurovisión Junior 2025
En RTVE Play puedes ver en exclusiva unos segundos de la actuación, grabados desde el interior del estadio, como adelanto de lo que España llevará al escenario el sábado en La 1 y en RTVE Play a partir de las 17:00 horas. ¡Dale al Play!
Ajustes para una actuación más limpia y conectada
Juan Sebastián, director artístico de la propuesta española, tenía una idea clara: "Nos interesa que se vea la conexión de los tres cuando están 'jugando' sobre el escenario". Por eso, tras el primer ensayo, el equipo ha trabajado en ajustar varios planos que habían quedado demasiado cortos o demasiado lejanos y que impedían apreciar la complicidad entre los artistas. "También es importante cómo Gonzalo conecta con la cámara. Esos han sido los ajustes principales", ha explicado.
La coreógrafa Mónica Peña también ha introducido cambios "muy sutiles" para que todo quede más limpio y mejor integrado con el juego de cámaras. Ha trabajado especialmente con los bailarines, Daniela y Álex, para que fluyeran más sobre el escenario, realizando pasos y movimientos más fluidos, naturales y con mayor intencionalidad, aportando ese toque interpretativo que caracteriza la propuesta española de este año. "En el primer ensayo salimos muy contentos, pero sabíamos que podíamos dar un poquito más todavía", ha añadido.
Los niños, parte activa del proceso
Tanto Gonzalo como Álex y Daniela han bajado del escenario con mejores sensaciones que nunca. Los tres empiezan a adueñarse de un escenario que Gonzalo definía el lunes como "enorme", pero que hoy ya sienten como suyo. Tras identificar la posición de las cámaras, cada uno sabía dónde mirar y cómo jugar con las miradas para reforzar esa conexión con el público que será clave el sábado, cuando se jueguen el 50% restante de los votos.
Contar con la participación directa de los tres ha sido fundamental para la delegación española, que desde el principio ha querido que tanto Gonzalo como los bailarines tengan voz y voto en la propuesta. Al final, serán ellos quienes la defiendan la propuesta sobre el escenario, y su opinión es crucial para que todo salga bien: "Hemos querido que los chicos formen siempre parte del proyecto porque al final ellos son los protagonistas", ha explicado Juan Sebastián. "Contamos mucho con su opinión. Les enseñamos siempre el material para que opinen y sean partícipes, no solo figurantes. Y es verdad que ellos aportan cosas que a nosotros se nos pueden escapar, porque ellos lo viven en el escenario: desde la posición de la petaca, que puede molestarles al bailar, hasta cómo se siente Gonzalo a nivel de voz o postura".
Efectos especiales y visuales inmersivos, así nace la magia
Los efectos especiales y los visuales inmersivos se han convertido en una de las grandes apuestas de la delegación española para la puesta en escena de Gonzalo. Desde el inicio, el equipo tenía claro que quería llevar la magia al escenario, y para ello Juan Sebastián recurrió a una inspiración muy personal: los libros de Elige tu propia aventura que leía de niño. "A medida que avanzabas, ibas saltando capítulos y creando tu propia historia. A partir de ahí construí los visuales", explica.
La actuación arranca con la apertura del libro "Once Upon a Time", y desde ese momento todo se transforma en un viaje entre capítulos y mundos fantásticos: piratas, sirenas, robots, ciencia ficción, escenarios medievales con dragones y unicornios, el universo de Alicia en el país de las maravillas, el de Peter Pan… Todo ello envuelto en una explosión de colores vibrantes: "La idea es que dentro de un libro pueda haber infinitas posibilidades de soñar, viajar e imaginar", resume Sebastián.
El escenario se convierte en una gran biblioteca de historias
La magia de la propuesta española comienza incluso antes de los efectos visuales. Juan Sebastián y su equipo han aprovechado las propias estructuras del escenario para integrarlas en la historia: los laterales, concebidos como grandes peldaños que evocan las montañas de Georgia, se transforman en lomos de libros gigantes inspirados en clásicos de la literatura infantil como Pinocho, El patito feo o Alicia en el país de las maravillas. La gran escalera central funciona como una pantalla adicional que se suma a este universo, convirtiendo todo el espacio escénico en un libro abierto que invita al público a imaginar.
Los visuales de la actuación de España en Eurovisión Junior 2025
El trabajo con los overlays, un recurso audiovisual que superpone imágenes, texturas o efectos sobre la señal original, ha sido uno de los mayores retos técnicos. "Tienen que estar absolutamente coordinados con la música y con el movimiento de los intérpretes", explica Juan Sebastián. España los utiliza en cuatro momentos clave: el polvo de hadas que recuerda a Campanilla, el instante Polaroid con Gonzalo y Daniela que nos devuelve al presente, y la transformación final de Gonzalo en una silueta que evoca a Peter Pan. Estos recursos, pensados como guiños universales al público infantil y adulto, aportan capas de lectura a la actuación sin recargarla.
De entre todos los efectos, hay uno que se ha convertido en el favorito del equipo español. Hacia el final de la actuación, decenas de libros comienzan a girar alrededor de los tres niños, un momento que Juan Sebastián describe como "pura fantasía": "Aparecen un montón de libros girando alrededor de los chicos. Entran y salen de la pantalla con polvo de hadas, creando una transición muy mágica". La imagen se completa con humo bajo en el arranque para reforzar la intimidad del momento de lectura y un toque final de pirotecnia que cierra la historia por todo lo alto.