Eduardo Vegas, con TEA y miembro de la ORCAM: "Mi pasión es la música"
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Cuando Eduardo Vegas canta, el tiempo parece detenerse. Sus ojos se iluminan, su voz se eleva clara y segura, y una gran sonrisa se dibuja en su cara. La música no es solo un talento en su vida, es su refugio y su alegría. Eduardo tiene TEA (trastorno del espectro autista). “Siento alegría en el coro. La verdad es que me lo paso muy bien y me hace feliz porque esa es mi pasión”, dice con una sonrisa en el programa De Seda y Hierro.
Eduardo Vegas junto a sus compañeros de 'Coro Abierto'
Esa pasión lo ha llevado a ser parte de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM), donde su voz y su oído extraordinario lo han convertido en solista. “Edu es un alumno excelente, es un chico que canta muy bien, es una persona afinada, por eso es uno de nuestros solistas, porque tiene mucha presencia en el escenario”, cuenta con orgullo Carmen Sanchis, su profesora de Coro Abierto.
El Coro Abierto es un proyecto social de la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid que incluye a personas con discapacidad intelectual y promueve el desarrollo personal de sus participantes a través de la música.
“Eduardo se refugia en la música“
Para la madre de Eduardo, Mª Pilar Ochoa, la música es más que un talento en su hijo: “Le gusta la música porque es una manera de estar en su mundo. (…) Se refugia en la música, es donde más feliz le veo”.
En casa, la música también ocupa cada rincón. Eduardo guarda con cariño más de 500 cintas, 300 CD y unos 5.000 vinilos, un tesoro que colecciona con el mismo entusiasmo con el que recuerda cada detalle de su vida. Porque si la música es su pasión, la memoria es su aliada más sorprendente.
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Con apenas dos notas es capaz de identificar una canción, saber quién la compuso y localizarla en el tiempo. Esa capacidad asombra a quienes lo escuchan, pero para él es tan natural como respirar. Su madre, Mª Pilar Ochoa, recuerda cómo comenzó todo con un Larousse: “Lo que le gustaba del Larousse se lo copiaba en un cuaderno. No se copió el Larousse entero porque cambió al móvil”.
El golf: disciplina y libertad
Pero la música no es su única pasión. Un día, Eduardo llegó a casa con dos palos de golf y un anuncio claro: “Me tuve que presentar en casa con dos palos de golf y decir que quería jugar a eso”. Desde entonces, este deporte se convirtió en un espacio donde disciplina y alegría se encuentran.
Su padre, Pablo Vegas, recuerda con orgullo su trayectoria deportiva: “Es campeón de España de golf 14 veces y ha jugado 16. Fue él el que lo promovió e insistió”. Con solo 16 clases, Eduardo ya disputaba su primer partido. Cada torneo no solo representa un trofeo más, sino una victoria personal, un recordatorio de que con constancia y pasión no hay límites.
Una familia que acompaña
“Cada paso que da es muy gratificante“
Detrás de cada logro está el amor y el apoyo de su familia. “Es muy gratificante cada paso que da”, dice emocionada su madre. “La emoción de haber sido capaz de llegar ahí, estar cantando con sus compañeros… la satisfacción lo es todo. Hemos llegado hasta ahí, una cosa más: es feliz, y detrás de la felicidad no hay más”, añade.
El acompañamiento profesional también ha sido clave. Eduardo trabaja en la Fundación A la Par, donde comenzó una formación en jardinería para personas con discapacidad intelectual. “A la Par tiene algo fundamental para nosotros y es que tienen un equipo psicosocial que le va fenomenal, le atienden, le escuchan, le ayudan. Nos da mucha tranquilidad”, explica su madre, destacando cómo el cuidado integral ha potenciado sus talentos y su bienestar.
De Seda y Hierro