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La última entrevista de Paco Rabanne: el modista habló de su tragedia familiar y el dolor que arrastró toda su vida

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Imagen de Paco Rabanne en su taller de París
Paco Rabanne, el metalúrgico de la moda, muestra uno de sus diseños Getty

Su nombre siempre estuvo ligado al metal, pero el tiempo ha ido desgastando cada letra hasta casi caer en el olvido. Una injusticia más de las muchas que hay en el mundo de la moda. Paco Rabanne fue uno de los más grandes modistos del mundo, un hombre revolucionario y contestatario, un innovador y provocador, pero también un rebelde maldito: inventó materiales, fue el primero en poner música en los desfiles y contratar a modelos negras, y fue un visionario. Llegó a lo más alto en el mundo de la moda, pero algunas de sus declaraciones le estigmatizaron y le llevaron al ostracismo. El mundo conocía sus poderosos vestidos de metal, pero poca gente sabía que desde niño arrastraba un inmenso dolor en el corazón.

De ello habló en su última entrevista, la primera que condecía en veinte años años. Murió poco después, y no pudo ver el documental que se estaba rodando sobre su vida. "Hablar con él fue un proceso muy complicado y largo. Por una parte necesitábamos el permiso de la marca y por otra parte necesitábamos que él quisiera hablar con nosotros. nos llevó mucho tiempo hacerle esa entrevista, por teléfono y en varias partes", cuenta Pepa G. Ramos, que ha dirigido el documental junto a Tirma Pérez.

La última entrevista de Paco Rabanne

Paco Rabanne. Una vida fuera del patrón es el título del documental que, tras pasar por el Festival de Málaga, se estrena en RTVE y RTVE Play. La entrevista es el eje de esta película que retrata al modista pero también hace una sincera radiografía de los cambios que llegaron al mundo de la moda y la sociedad entre los años 60 y 90 del siglo XX. Pero hay más. Los recuerdos personales de Paco Rabanne sirven de guía para recorrer el terrible pasado de una España en guerra, con familias divididas en dos bandos, el exilio, los campos de concentración, la muerte.

Retrato del modista Paco Rabanne

Paco Rabanne nació en Pasaia (Guipúzcoa) en 1934 Getty

Francisco Rabaneda Cuervo nació en Pasia, Guipúzcoa, en 1934. Su familia, salvo su abuelo, eran del bando republicano y él creció en los brazos de una madre de mente abierta, una mujer modera e inteligente. De ella, que era costurera, heredó el oficio, pero la persona que más le influyó fue su abuela, una mujer de espíritu místico con la que meditaba hasta que sentía que su ser abandonaba su cuerpo: fue un niño que creció entre la eterna búsqueda y los dictados de una educación católica. "Mi abuelo me contó que era sonámbulo y que con siete años tuvo su primer viaje astral", recuerda el diseñador Daniel Rabaneda.

Su madre, terrenal y pragmática, y su abuela, espiritual y creativa, marcaron su vida y su obra hasta el final. Rabanne vistió a la mujer como una guerrera cubierta de metal, como una Juana de Arco. Así vio a las mujeres de su familia desde que la guerra hizo que huyeran a Francia a pie, atravesando los Pirineos. Solo el padre se quedó en España, sin tener noticias de él, y cuando llegaron eran trágicas. "Mi madre supo, diez años después, que mi padre había sido fusilado, pero no sabíamos dónde".

Retrato del modista Paco Rabanne

Paco Rabanne fue el primero en poner música en los desfiles y en contratar a modelos negras Getty

El influjo de Cristóbal Balenciaga

Pasó a la adolescencia como el 'chico diferente', pero el patito feo se fue transformando en cisne. Ya instalados en París, su madre trabajó para Balenciaga y el modista de Getaria le marcó el camino. "Yo hacía dibujos y a él le gustaban. Decidí entrar en la moda gracias a él". Empezó vendiendo sus dibujos a las grandes casas de moda, desde Dior a Givenchy, y después botones alhajas y bisutería. Con 32 años pegó el gran salto y lanzó su primera colección: '12 vestidos imposibles de llevar fabricados con materiales contemporáneos'. Corrían los años del gran cambio social, cuando las mujeres abanderaron la revolución y marcaron el camino a la moda. "Se convirtieron en luchadoras y yo les hice la armadura. ¡Para mí fue la Edad de Hierro!", dice en el documental.

Cambió su apellido por Rabanne, porque "sonaba mejor", y cambió la forma de hacer las cosas. Hizo lo que quiso con el metal, exprimiendo todas sus posibilidades, y jugó con el concepto de desnudez, fundiendo el tejido con la piel. Revolucionó la forma y el concepto de la moda. Fue el primero en poner música en los desfiles y en contratar a modelos negras, fue el gran rupturista de la alta costura y se anticipó a lo vendría después.

retrato del modista Paco Rabanne

Paco Rabanne se retiró de la moda en 1999 y vivió aislado hasta su muerte Getty

Rabanne, de la pasarela al cine

Vistió a las estrellas del momento, fue amigo de Salvador Dalí e hizo el vestuario de películas tan emblemáticas como Jane Fonda en Barbarella y a Audrey Hepburn en Dos en la carretera. Arrasó en la moda, subiéndose y en la perfumería, apoyado por el gigante Puig. Logró fama, éxito y reconocimiento, pero seguía arrastrando el peso del dolor. "Franco me invitó a presentar mis colecciones en España, pero no lo hice porque mi madre estaba viva". La muerte del dictador le hace viajar a España para buscar a su padre, acudiendo incluso al programa Quien sabe dónde, de RTVE.

Su padre murió en 1937 y fue enterrado en una fosa común cerca de la cárcel de Santoña. Estar allí no logró cerrar la herida. "Mi madre estuvo más de treinta años sin saber dónde estaba, y eso la mató", dice en la entrevista y revela que siempre lleva consigo la carta que su padre les dejó el día antes de desaparecer de sus vidas. "Nos decía que nos quería mucho y que no tuviésemos odio, que en el pueblo español hay de todo".

Vestido metálico de Paco Rabanne expuesto en Madrid

Tributo a Paco Rabanne que la revista Telva hizo en Madrid en 2017 Rafael Muñoz

El fin del mundo, según Paco Rabanne

Cuando no estaba trabajando le gustaba hablar de la reencarnación, del universo, el karma, algo contradictorio en un hombre tan católico. "Rezo a la inteligencia colosal, que podemos llamar Dios. He visto a Dios tres veces". Rabanne decía que la moda predice el futuro y que él veía un futuro catastrófico. En 1999 dejó la moda, anunciando que un año después llegaría el fin del mundo. Esto provocó la burla y escarnio de la prensa, y también por parte de sus compañeros. Se fue a la Bretaña y se retiró a meditar, leer y dibujar, a conectarse con el niño que nunca dejó de ser. "No me arrepiento de nada", dijo desde ese lugar elegido para esconderse. "No me gusta que me fotografíen, he entrado en tiempos de oscuridad". "Paco Rabanne murió el 3 de febrero de 2023 y el mundo de la moda lloró, por primera vez, lágrimas de metal.