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El secreto para comer bien y sentirte mejor: la vitamina S de la satisfacción

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Aprende a comer "sin culpa"

Saber vivir empieza, ¡por saber comer! Comer para vivir y no vivir para comer y luego sentirse culpable, que es lo que siente mucha gente por comer en exceso, o por tomar alimentos prohibidos debido a la cultura de la dieta que nos rodea.

Pero la comida está para disfrutarla, cuidando la salud, y de ello nos han hablado la autora de libro y nutricionista "Comer sin culpa", Melyssa Chang,  y la psicóloga Elisabeth Clapés. Ambas han explicado en Saber VIvir, qué pasa cuando nos sentimos culpables por comer “más de lo normal” o por comer alimentos “malos” o “prohibidos”, un círculo del que parece complicado salir y que a nivel emocional tiene un alto coste.

La autora de

La autora de "Come sin culpa" Melyssa Chang y la psicóloga Elisabeth Clapés en Saber Vivir RTVE

La cultura del esfuerzo y la dieta

La 'cultura de la dieta' nos ha enseñado que la pérdida de peso era ganar salud y es todo lo contrario. La nutricionista y la psicóloga nos han contado que “con esfuerzo no se puede conseguir el peso deseado” por lo que la clave está en comer sano sin sentirse culpable por haber tomado lo que “no debes o lo que sí deberías”.

"Pensamos que si nos esforzamos conseguiremos el peso ideal, pero lo real es que nuestro cuerpo nunca va a ser igual porque cada uno tiene una predisposición genética,  corporalidad distinta y eso es difícil de medir con esfuerzo", incide Elisabeth Clapés.

Además, "el 25 % de nuestro peso viene determinado por nuestra genética”, añade Chang, y en cuanto luchamos en contra de esa genética, las alarmas se activan a través del 'peso de ajuste', un peso que cuando intentamos modificar, nuestro cuerpo nos dirá que busquemos comida con señales de hambre, para que salgamos a buscar el alimento que necesitamos.

Melyssa Chang, nutricionista y autora del libro

Melyssa Chang, nutricionista y autora del libro "Come sin culpa" nos da las claves para comer sin culpabilidad RTVE

“Cuando hacemos dietas restrictivas, esas señales de hambre se dispara y vamos incluso a buscar comida", remarca Chang.

Nuestro peso ideal no lo marca el IMC

La autora de

La autora de "Come sin culpa" Melyssa Chang y la psicóloga Elisabeth Clapés en Saber Vivir RTVE

Nuestro peso ideal no es el que marcan el IMC o las revistas,  sino llevar una vida activa, comer saludable e implica comer de todo, y permitirnos comer por placer.

Sin embargo, en esa lucha contra el peso "ideal" las expertas han remarcado que nos echamos la culpa a nosotros mismo y de paso a los alimentos, demonizándolos, entrando en un bucle de —comer, restringir, y volver a comer por haber restringido— del que será difícil salir y que nos llevará a acudir a la comida como una manera de gestionar emociones.

Claves para no sentirse culpable con la comida

Tenemos que rechazar toda esa cultura de dieta, todas las reglas alimentarias que nos lleva a sentimientos de culpabilidad, castigo y falta de fuerza de voluntad.

Una vez rechazada, conectaremos con nuestras señales fisiológicas con las que nacemos (hambre, saciedad…) y que son un medidor de satisfacción.

El amor propio y la autoestima deben girar además en torno a escuchar a nuestro cuerpo, entender qué es lo que quiere y dárselo desde el cariño de uno mismo.

La psicóloga Elisabeth Clapés en Saber Vivir nos habla de la cultura de dieta

La psicóloga Elisabeth Clapés en Saber Vivir nos habla de la cultura de dieta RTVE

Vitamina S, de la "satisfacción"

Nutricionalmente, una manzana o tarta de manzana no tiene el mismo valor nutricional, pero cada una de ellas tiene su momento en el que la vamos a consumir.

Pasa lo mismo con una ensalada, si la restringimos demasiado y la comemos sin aquello que echamos en falta, no la disfrutaremos, por eso la nutricionista Melyssa Chang aconseja añadirle la vitamina S, de 'satisfacción',  de ese alimento que tanto nos gusta. Las expertas también han remarcado que llevar una vida activa y movernos desde el cariño y no desde el buscar encajar en unos cánones de belleza también es importante.