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Antonio Vega: un superdotado atormentado hundido en la droga ¿Cómo terminó así?

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Antonio Vega en una de sus últimas actuaciones
Antonio Vega en una de sus últimas actuaciones

Demacrado, excesivamente delgado, taciturno irreversible y cada vez más encorvado. Las imágenes de Antonio Vega en el archivo de la memoria colectiva y de la televisión siempre fueron a peor con el paso de los años. Tuvo que negar, casi desde el principio de su carrera, que estuviese enfermo de sida o en estado terminal. Detrás del deterioro, las drogas que oscurecieron aún más el carácter atormentado de Antonio Vega.

¿Quién metió en las drogas a Antonio Vega?

El documental Antonio Vega. Tu voz entre otras mil, disponible en RTVE Play, recoge los testimonios de quienes convivieron con el genio musical. También las conversaciones que se grabaron durante muchas charlas con su biógrafo. Inevitablemente, contar la vida de Vega, supone que en un 80% del relato estén presentes los porros, la heroína, las papelinas, las agujas y la cocaína.

Posado de Antonio Vega en los 90

Posado de Antonio Vega en los 90

"Tenía un carácter complicado" explica su madre, testimonio duro y crudo que acongoja en la cinta. "Lo llevamos a un psiquiatra amigo nuestro que nos dijo «No os puedo dar la enhorabuena»". Antonio Vega era superdotado. Tenía un coeficiente intelectual de 130 y con esos números el médico le explicó a sus padres que "son todos conflictivos".

Se presentó a Selectividad a regañadientes. La superó sobrado. Probó con Arquitectura, después con Físicas y por último con Aeronáutica. En todas las carreras se le veía capaz, pero desinteresado. Él solo quería su guitarra y sus letras. De forma autodidacta aprendió a tocar y a componer.

Logró que su grupo Nacha Pop fuese un icono en La Moviday entró de lleno en el mundo de la noche, la experimentación y el desfase.

Llegó tarde a las drogas. Aseguró en una entrevista que hasta los 22 años no se había tomado una caña ni fumado un porro. Su exmujer, Teresa Lloret, cuenta, que, en su etapa más joven, cuando amaba la escalada y la montaña igual que la música, odiaba los estupefacientes y huía de ellos.

Entonces, ¿cómo terminó Antonio Vega enganchado a las drogas? Sus compañeros de Nacha Pop reconocen que las probaron y consumían. "Entonces él empezó a tomárselas más en serio y entró en otro nivel de drogas en el que nosotros no estábamos. Eso fue a raíz de la aparición de otra pesona. De una chica". Jaime Conde, miembro de la banda, la señala: "Se llamaba Carmen y era la hermana de Will More que en ese momento lo conocía todo el mundo porque aparecía un poco en la película Arrebato".

El documental charla entonces con los hermanos y ofrece una escena surrealista en la que se ve cómo los dos entran en una acalorada discusión: "Le rompí una guitarra en la cabeza. Podía llevar a mi hermana, a mi melliza, a meterse en las drogas duras", dice Will More a cámara, cuando su hermana interrumpe el relato: "¡Uy! qué valor tienes. Tú estás flipando en colores".

"Él nunca estuvo metido en la droga hasta ese día en aquella casa horrenda con todos los que había allí metidos que eran todos momias vivientes ". Parece que Carmen Alonso-Colmenares tiene localizado el momento exacto en el que Antonio Vega se entregó a las sustancias.

Carmen asegura que Antonio Vega no consumió nunca mientras estuvieron juntos: "Que me cuentes a mí que él antes se ponía, vamos. ¡No te lo crees ni tú harto de vino!". Según Carmen se entregó a las sustancias cuando ella y su familia se marcharon a Londres después de que se quedase embarazada y los suyos pusieran el grito en el cielo, y el mar por medio: "Si fue por lo del niño, no lo sé". La que fuera una de las musas de La Movida cree firmemente que Vega hubiera querido tener ese hijo y lamentó profundamente perderlo.

"Antonio Vega era completamente diferente. No tenía nada que ver con la droga. Nunca le gustó y jamás delante de mí se tomó ninguna poquería de esas." Su primera vez, según Carmen, fue en un encuentro con varios jóvenes en una casa abandonada. Entonces Antonio accedió a probar nuevos estupefacientes. Alonso-Colmenares acusa a Tesa Arranz, de los Zombies, de haber invitado a Vega a pincharse heroína.

El problema es la adicción a Antonio Vega que es más grande que toda la heroína que se ponga en medio.

También a Tesa le da voz el documental: "Todos estábamos metidos en el mismo barco. Ni mujeres ni hombres ni nada. Si uno no quiere, nadie le puede poner nada en su boca. " Y le lanza un dardo a quien la acusa de introducir a Antonio Vega en la heroína: "Cuando Antonio llega a Carmen, era semivrigen y Carmen ya está de vuelta y media. Los dos juguetearon con el mismo juguete durante una temporada. Les unía el tambor de hojalata."

Dice Tesa que el día que conoció a Antonio Vega en el mítico pub El Penta, él mismo le confesó que ya había probado la heroína en Valencia cuando hizo la mili.

Antonio Vega: relaciones tóxicas y drogas

Después de aquellas dos mujeres, llegó su primer gran amor. Su matrimonio con Teresa Lloret duró 18 años. Dos décadas de caída libre individual, pero en compañía. Los dos fueron conscientes de que estaban metidos en una espiral destructiva: "Qué vértigo, ¿en qué estamos metidos? El problema es la adicción a Antonio Vega que es más grande que toda la heroína que se ponga en medio. Te enganchaba."

Vega era droga para Teresa, pero juntos consumieron muchísimo. Y eso, que cuando se conocieron él la rechazaba: "Yo no pensé que él se lo iba a tomar tan a pecho. Porque yo conocía la droga bastante antes que él, pero una cosa que estaba ahí, muy de vez en cuando, pues te dabas una fiesta."

"Si yo en una época de mi vida empecé a consumir drogas fue por un estado de éxtasis o euforia que me llevó a eso. El descubrimiento tan acojonante de la obra hecha por tus propias manos, te lleva a situarte en lo más alto. Si esto yo lo adorno con una sustancia, esto ya va a ser lo más", decía Antonio Vega.

¿Las drogas fueron el final de Nacha Pop?

Antonio Vega en un concierto de Nacha Pop en 1988

Antonio Vega en un concierto de Nacha Pop en 1988

Fueron muchos los ingredientes que llevaron a la disolución de Nacha Pop, pero Nacho García Vega, miembro del grupo, reconoce en el largometraje que las adicciones fueron un problema: "En el 87, 88 fue cuando Carlos (Brooking) y yo nos dimos cuenta de que había muchas cosas malas dentro del grupo asociadas a eso. Habíamos tenido dos o tres muy malas experiencias en directo por el tema de las drogas."

Al dejar el grupo, Antonio Vega cayó, se encerró. Se obsesionó con crear, con componer. Decidió no dormir, era perder el tiempo. No se tumbaba en una cama, solo daba cabezadas siempre sentado en una silla. Su esposa explica que el deterioro era evidente.

Antonio Vega durante un concierto en Madrid

Antonio Vega durante un concierto en Madrid

Y el consumo seguía. Vega reconoció con el tiempo que se equivocó cuando las tomaba para ser el mejor músico y letrista: "Las drogas lejos de ser algo que te hace componer, que te hace descubrir, que te hace encontrar...No. Para nada. No es que necesites meterte eso para construir o componer. No, no es eso. Lo que necesitas es quitarte de encima un montón de cosas que no te están dejando componer, escribir o hacer cosas."

"La heroína es un lince. Es experta en recordarte: «No se te olvide que estoy aquí porque si no te voy a dar un toque que te vas a cagar»". Esos toques llegaron. Antonio Vega tuvo varios monos fuertes que le dejaron baldado. Uno de ellos estando encerrado en el calabozo de una comisaría durante tres días: "No se lo deseo a nadie, qué cosa más de locos, demencial", reconocía el cantante a su biógrafo.

Escoger entre Antonio Vega o sobrevivir

Teresa Lloret consiguió decir basta. Entendió un día que ni ella ni Antonio Vega iban a ser capaces de salir del mundo oscuro de la adicción juntos. Vivían un infierno: "De llegar a pensar, ya me queda un día menos con él."

"Creo que Antonio pensó que a «esta le ha dado la de siempre. Se irá un rato y luego volverá» pero no. Instinto de supervivencia. Conseguí salir del tema. Estaba muy quemadita, vi la posibilidad y salí. Él tomó otra opción. Seguir con sus historia, sus drogas, su kamikaczismo. Fueron 18 años de intensidad profunda. En la vida me podría despedir de Antonio. Nunca."

Tras Nacha Pop, Antonio Vega voló en solitario, pero rodeándose de una familia que le siguiera consintiendo. Formó una banda a base de admiradores que se convirtieron en más que amigos. Pero, de nuevo, las drogas terminaron dinamitando la convivencia. Nacho Béjar fue amigo, hermano. Pero su unión terminó de forma dramática. Béjar bajó un día del escenario, colgó la guitarra y nunca jamás volvieron a hablarse.

Marga, el último amor de Antonio Vega que también se rompió con la heroína

Después de superar la ruptura con Teresa Lloret, apareció en la vida de Antonio Vega Marga del Río. Trabajaba en la discográfica que tenía fichado al músico y fue la coautora de algunos de sus últimos temas.

Eran tal para cual. Brillantes. El arte fluía. Y las drogas formaban parte de su día a día. Ella terminó enganchándose como él.

Nacho Béjar el alma gemela del cantante en el escenario recuerda que en el momento en el que Antonio Vega empezó a fumar base la razón abandonó a la estrella pop: "Empieza a convertirse en una persona más terrible de lo que era. Empieza a hacer cosas aberrantes y demenciales." El dinero salía como entraba, desmontaba equipos carísimos de sonido y no los volvía a montar, rompía puertas, paredes.

Marga y él tocaron fondo y juntos decidieron ingresar para desintoxicarse. Sobrecoge el testimonio de la madre de Marga en el documental cuando lee la carta que le envió su hija contando que iban a luchar por salir de aquello. Y asombra que el psiquiatra que trató a la joven coincidiera con el autodiagnóstico que se hizo Teresa, su primera esposa: "La adicción era Antonio Vega".

Antonio Vega en los años 90

Antonio Vega en los años 90 cropper

Béjar, explica que ver a Marga así fue el colmo. Y el fin de su amistad y admiración: "Yo ya estaba muy quemado, ya hablaba muy mal de Antonio. Un día me encontré a Marga en El Penta y la vi muy deteriorada. Vi la expresión de la heroína en su cara. Y le di un toque muy importante. Y eso fue lo que me alejó de Antonio. Bajé del escenario y no volví a hablar nunca con él. Yo tenía un problema tóxico y tenía que salvar mi vida. No tuve el valor de decírselo a él. Silencio y agua, dejarla correr. "

No podemos suicidarnos porque eso es lo peor que puede hacer alguien

La advertencia de Nacho debió de hacer efecto. Lograron desintoxicarse. Y cuando estaban bien, en una buena época, llegó la tragedia. Marga del Río murió de una encefalitis bacteriana y aquel golpe hundió a Antonio Vega. Solo la música le rescató.

Antonio Vega se arrepintió de que las drogas dominaran su vida

Béjar tenía solo 16 años cuando conoció a su ídolo que le regaló entrar en su banda. Comparte, de aquellos años, una frase que le quedó marcada. Cuando le preguntó a Antonio Vega que por qué estaba siempre tan apagado si estaba triunfando, le contestó: "¿Sabes qué pasa, Nacho? Que a veces el mundo se me queda pequeño. Con lo grande que es este planeta, se me queda pequeño."

Reacciona, aunque solo sea por los demás, aunque ni siquiera sea por ti

En las cintas grabadas por su biógrafo se le escucha: "No concibo una existencia mediocre, una existencia a medias. O sea, existimos porque tenemos una misión muy clara que es la de ejercer la vida. La de ser vectores de la vida. No podemos suicidarnos porque eso es lo peor que puede hacer alguien. Porque tu misión es llevar la vida contigo."

Teresa sigue hablando con admiración de su exmarido: "Cuando estaba desintoxicado componía igual de bien. Seguía en su mundo. Te podía hacer un tema tenebroso y estar feliz y desenganchado".

Pero Antonio Vega siempre quiso vivirlo todo, darlo todo: "¿Por qué no situarme ahí arriba? ¿Por qué tengo que imponer límites a mi vida? Si un día me voy a morir. ¿Por qué no puedo vivir esta vida en el máximo constante? Cuando vives en ese estado emocional tan intenso y tan al límite, ¡joder! ¡qué relativo es todo."

Su hermano Carlos Vega se muestra rotundo al recordar: "Es imposible sacar a nadie de un sitio de donde quiere estar. Cuando él pidió ayuda se le dio y cuando no, cada uno a su manera, intentaba estar ahí."

Cuando estaba hundido y consciente de que la droga lo tenía dominado, echaba de menos La Pedriza. Subir al Yelmo. Volver a su juventud, sentía nostalgia del chaval que fue: "Soy muy puñetero conmigo mismo. Te diría que incluso muy hijo de puta. Me he mirado muchas veces al espejo, me he insultado, me he llamado de todo y me he dicho: «te partiría la cara si no me tuviera que partir yo antes la mano». Me he mirado al espejo y me he dicho: «¿A ti qué te pasa? ¿A qué viene todo esto? ¿Qué sentido tiene? ¿Acaso crees que vas a vivir más tiempo? ¿Que vas a vivir otra vida? La gente te está pidiendo más. La gente te está pidiendo, cuanto menos, que sigas ahí. Reacciona, aunque solo sea por los demás, aunque ni siquiera sea por ti»."