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La Matemática del Espejo

María Marte: La chef 2 estrellas Michelin que antes sobrevivía con 20 euros fregando platos

  • La chef reconocida a nivel mundial antes sobrevivía de las propinas que ganaba fregando platos
  • María Marte ha confesado que lo más duro de su historia fue tener que dejar a sus hijos
  • ¿Qué hace ahora María Marte? ¿Por qué dejó el Club Allard?

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María Marte, de fregar platos a chef de alta cocina: así es su historia
María Marte, de fregar platos a chef de alta cocina: así es su historia

La historia de la chef María Marte es tan sorprendente, que incluso hay quien la ha querido llevar a la pantalla. En el mundo de la cocina empezó desde abajo, fregando platos, pero no dejó de luchar hasta alcanzar las estrellas. Así lo ha contado en La Matemática del Espejo, donde la que entró por la puerta de atrás del Club Allard, considerado un templo gastronómico, salió por la puerta grande y consolidando 2 estrellas Michelin, aunque lo más duro fue tener que dejar a sus hijos: “Fregar platos era un trabajo digno para ganarme la vida y mantener a mis hijos”.

María Marte es una cocinera dominicana con dos estrellas michelín

María Marte, de friegaplatos a chef de alta cocina, ¿cómo?

La historia de María Marte comienza en su lugar de origen, Jarabacoa, un municipio de la República Dominicana. Allí, desde muy pequeña cocinaba para sus 8 hermanos: “Me subía en dos bloques y cocinaba, si se le puede llamar cocinar a eso. Hervía arroz blanco con habichuelas”. Por aquellos años, Marte siempre iba de la mano de su padre y su madre al lugar donde trabajaba como cocinero y pastelera: “El ‘Rincón Montañés’ es parte de mi niñez, o sea, yo ahí, como yo iba detrás de mi papá, el dueño un día me dijo: “Negrita te quieres ganar algo”. Entonces me dijo que si quería fregar los cubos de los helados.”

Con el paso del tiempo, la vida de María se fue complicando, necesitaba dinero para que sus hijos tuvieran la mejor educación durante su infancia, así que aprovechó que su hijo mayor estaba en Madrid, para buscarse la vida en la capital, aunque lo más sacrificado fue dejar a sus mellizos de 3 años en República Dominicana: “Julio fue el destino que a mí me trajo aquí. Porque era mi hijo más grande, vivía aquí, y fue el que tuvo la oportunidad de salir y dejar Jarabacoa primero. Yo dejo dos, vengo donde uno, entonces pienso que esos dos fueron lo más sacrificado, y no lo pienso, lo es, es así. Me perdí todo”.

Cuando llegó a España tuvo que compaginar el fregar platos con limpiar en una peluquería para vivir

Cuando llegó a España tuvo que buscarse la vida para poder mantenerse a ella y en especial a los que había dejado atrás, así que, a la que ahora es una chef reconocida en todo el mundo, no se le cayeron los anillos por fregar las cocinas de uno de los templos gastronómicos de Madrid, el famoso Club Allard: “Cuando entré por primera vez en esa cocina, yo no era María Marte, a mí me decían Meri, que es el apodo que mi madre me puso. Entonces, cuando yo llegué, entré por la puerta de atrás, obviamente, venía a fregar, y por horas. Y nada, ¿quién era yo para entrar por delante? Pero, era muy bonito, porque yo había llegado a una cocina y era donde yo quería estar. Que fuera fregando platos era otra cosa, me gustaba fregar también”.

Sin embargo, el dinero de friegaplatos no daba para mucho, así que, para poder sobrevivir, María lo compaginaba: “También trabajaba en una peluquería por horas. Limpiando”.

¿Cuándo le llegó a María la oportunidad? Lo cierto es que no fue por sí sola, y es que ella nunca dejó de lucharla: “Yo pedí la oportunidad para poder entrar a una cocina donde yo no sabía nada”. Pasó un tiempo largo hasta que la dominicana pudo dejar de fregar platos, incluso, cuando empezó a hacer sus primeros pinitos como chef, tenía que compaginarlo con el estropajo y el jabón: “Cuando pasé a la cocina, esa oportunidad que me dieron, fue con las condiciones de que no podía dejar de fregar platos. Tuve que seguir aprendiendo a cocinar mientras fregaba platos”.

Sacó un postre a los comensales sin que la directora lo supiera: “Me dijeron que había sido lo mejor de la noche”

Al tiempo, María se lanzó a preparar recetas que nada tenían que envidiar a cualquier restaurante de alta cocina. Su primera creación de ese calibre fue “La flor de hibiscus con pisco sour y crumble de pistacho”: “Cuando saqué este plato llevaba tiempo estudiando, mirando como iba a ser, hasta que me salió como yo pensé que a la gente le iba a gustar. Yo tenía algo muy bueno, si no me gustaba a mí yo no lo sacaba”.

Esa no fue solo su primera creación, sino que además la sirvió como un “prepostre” en el Club Allard a 45 comensales. Hasta ahí todo normal, lo que salió de lo común, es que lo presentó sin que la directora del Restaurante lo supiera: “Me dijo: “has sacado un postre y no me he enterado”. Pero, yo estaba segura de lo que estaba sacando, ahí todavía no creían en mí, pero yo sí estaba segura de que esto iba a ser bueno y me dice: “Pues yo quiero probarla”. Y cuando la prueba, me dice que era algo extraordinario, entonces cuando yo bajo y pregunto a la gente, lo normal, siempre con miedo, porque yo tenía mucho miedo todavía, es cuando la gente me dice: “Creo que lo mejor de la noche ha sido esto”.

Así llegó a las estrellas (Michelin)

A partir de ahí, poco a poco María se convierte en la mano derecha del gran chef Diego Guerrero, llega la primera estrella Michelin en 2007, luego la segunda en 2011, y de repente el chef dice que se va, ¿cómo toma el testigo María? La verdad es que al principio le entró miedo: “Cuando entendí y reflexioné después de un par de horas que yo era la chef, que ya no era la jefa de cocina, entonces el cuento sí empezó a cambiar. En Michelin es más difícil mantenerlas que conseguirlas, pero fui la única cocinera con dos estrellas Michelin, todavía lo sigo siendo no hay otra más, pero lo más importante es que me pasó lo que a nadie le había pasado en ciento y pico años que tiene la guía Michelin”.

Lo cierto es que María no ha parado de subir, y según ella “no piensa parar”: “La vida se trata de esto. Para subir tienes que bajar, lo importante es saber hacía dónde vas. Y no te puedes olvidar de dónde vienes”.

María Marte, Premio Nacional de Gastronomía

¿Qué hace ahora María Marte?

Siguiendo su apodo de ‘Cocinera Feliz’, María en 2018 decidió volver a República Dominicana con los suyos para seguir escribiendo su historia. Lo dejó todo para ponerse en busca de la receta de la auténtica felicidad y poder desarrollar su gran proyecto de vida rodeada de su gente: “Siempre soñé con tener un terreno que fuera grande, mínimo 10 hectáreas, para construir ese proyecto, quiero tener mi restaurante, a mi manera, y quiero tener mi pequeña escuela. Eso hoy en día ya es una realidad, porque ya lo estoy haciendo”