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Teresa Rabal y las canciones que marcaron a una generación

  • Hija de Francisco Rabal y Asunción Balaguer: lleva el talento en las venas y fue la reina del entretenimiento infantil
  • Logró junto a su marido un enorme éxito y ha conocido la cara dura de la vida enfrentándose al cáncer y la muerte
  • Vuelve a ver el documental sobre los Rabal Balaguer de 'Lazos de Sangre'. Descubre más en Corazón y tendencias

Por
Teresa Rabal

Con unos padres con gran talento como Franciso Rabal y Asunción Balaguer era practicamente imposible que su hija, Teresa Rabal, no heredase alguna de sus capacidades. Con tan solo 9 años debutaba en una película de Luis Buñuel y demostraba sus dotes artísticas, así lo hemos visto en el documental que le han dedicado en Lazos de sangre a la familia Rabal Balaguer.

Joven y con talento

Si en 1961 debutaba en Viridiana con Buñuel, en 1967 se incorporaba a la compañía de teatro de Luis Larrañaga y María Luisa Merlo. Allí participó en varias obras y a eso le siguieron algunas películas, quince para ser exactos. Su carrera artística parecía despegar con fuerza y no es de extrañar con un predecesor como su padre, el apellido hablara por sí solo. Sin embargo, Teresa lo dejó todo de lado por algo que le gustaba aún más: Luis Eduardo Rodrigo.

El amor los convirtió en el mejor equipo

Teresa conoció al compositor argentino y dice que fue un flechazo, "todo surgió rápidamente". La química entre ellos era evidente. Él le enseñó a cantar y durante tres años compartieron la pasión por su trabajo y un hogar. Después de eso fue inevitable, no querían esperar más para hacer oficial lo que para ellos ya era real. En 1977 se casaron bajo las condiciones de Francisco Rabal, en una ceremonia religiosa en la ermita de la Cuesta de Gos (Águilas). Acabó convirtiéndose en una boda popular con los invitados de Paco de los pueblos vecinos, algo que Teresa recuerda con mucha nostalgia.

Teresa Rabal y Eduardo Rodrigo, un equipo en lo profesional y en lo personal

Su hermano Benito Rabal, dice que "no ha habido un equipo mejor, lo hacían todo juntos, se entendían muy bien". No había egos, ni competitividad, iban en la misma dirección. Quizás ahí radicaba el secreto de su amor.

El Circo de Teresa Rabal

Teresa y Eduardo completaron su felicidad con dos hijos: María y Luis. ¡Y no nos extraña! Teresa Rabal estaba hecha para conquistar a los niños con su energía, su sentido del humor y, sobre todo, sus canciones. ¿Quién no ha bailado alguna vez Veo, veo o Me pongo de pie? Con 24 discos publicados y más de un millón y medio de copias vendidas en los años 80, conquistaron a todo un país y crearon el Circo de Teresa Rabal, idea de Eduardo.

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Eduardo creaba las historias y Teresa les daba forma, un tándem perfecto que duró muchísimos años en lo profesional y toda la vida en lo personal.

Once años después de inaugurar el circo, Teresa estaba agotaba y deseaba dejarlo. Ella misma nos cuenta que, por suerte, en ese momento le ofrecieron trabajar en un programa diario y pudo dejar el circo sin remordimientos.

El Circo de Teresa Rabal y el éxito de las canciones infantiles

Pionera en los talent show

Unos años después en 1995, Teresa crea los Premios Veo, veo y se convierte en la pionera de los concursos de talento en televisión. En aquel certamen pudimos descubrir por primera vez artistas tan valiosos como Blas Cantó, nuestro representante este año en Eurovisión, quien dice de ella que "es una persona muy cercana" y que se implicaba mucho con los niños y las becas de los ganadores.

Siempre con su eterna sonrisa, Teresa se comprometió con todos los proyectos que comenzó: la felicidad y el talento de los niños estaban entre sus prioridades, y aún seguía haciéndoles sonreír.

Unos años muy difíciles

Sin embargo, su sonrisa se apagó el día que su marido y eterno compañero, Eduardo, falleció por un cáncer. Estuvo enfermo durante cuatro y, caprichos del destino, ella tuvo que lidiar con un cáncer de mama que hoy tiene superado. Pero aquello le sirvió para hacerse más fuerte ante la adversidad. Salió adelante, superó su enfermedad y apoyó a su marido hasta el final. Tras su muerte, vendió su casa para poner al día asuntos económicos, nada de estar arruinada, y se trasladó a la casa de sus padres para vivir con su madre, Asunción Balaguer.

De nuevo, Teresa tuvo que sacar fuerzas de su interior para afrontar los últimos años de vida de su madre, que ya empezaba a tener problemas de salud. Moriría finalmente en noviembre de 2019 dejándola en una pena profunda.

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