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'Literal' y la neurodivergencia: entre el infradiagnóstico y el dictamen en redes sociales

  • Los casos de autismo o TDAH han crecido en los últimos años
  • Cada jueves, un nuevo episodio a las 15:00 horas en RTVE Play
Literal - Programa 17 - ¿Estamos banalizando la neurodivergencia?

Cada vez es más habitual escuchar a gente decir que es neurodivergente, que alguien es autista o que otra persona tiene TOC. Además, en redes sociales proliferan contenidos en los que las personas se autodiagnostican sin haber sido tratadas por un especialista. "¿Estamos banalizando la neurodivergencia?" es la pregunta de esta semana en Literal, el videopódcast de Emilio Doménech (Nanísimo), Alba Leiva (analista de El Orden Mundial) y Albanta San Román (actriz y escritora). En este episodio cuentan con la colaboración de Noemí Navarro (@noemimisma), influencer y persona autista, y Claudia Pradas, persona neurodivergente y psicóloga.

¿Qué es ser neurodivergente?

Antes de entrar en harina, es conveniente saber de qué se habla. La psicóloga Claudia Pradas define la neurodivergencia como el "conjunto de diferencias que poseen algunas personas respecto a lo que sería la neuronorma". Lo considerado como "normal" es un constructo que dicta cómo la gente debe sentirse o vivir, pero hay personas que no cumplen con esos estándares y eso les genera un sufrimiento. Se habla, entre otros, del TEA (trastorno del espectro autista), el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), el TLP (trastorno límite de la personalidad) o el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad).

Los diagnósticos, explica la analista Alba Leiva, no han dejado de crecer en los últimos años. En el caso del autismo, para la población entre 26 y 34 años han aumentado un 400%, según la revista médica estadounidense JAMA Network Open (en inglés), mientras que la Psychiatric Research and Clinical Practice apunta a que entre 2020 y 2023 se diagnosticaron un 15% más de casos de TDAH (en inglés).

Alba Leiva, a la izquierda, y Claudia Pradas, a la derecha, en el último episodio de 'Literal'.

Alba Leiva, a la izquierda, y Claudia Pradas, a la derecha, en el último episodio de 'Literal'. Literal (RTVE Play)

Lo que ocurrió con Noemí Navarro fue peculiar. "La primera persona autista que conocí fue a mi hijo", recuerda. La influencer explica que la idea que ella tenía sobre el autismo salía de los libros y las películas, pero aquello no encajaba con su hijo. Fue al hablar con Sara Codina (@mujeryautista) cuando se sintió identificada. "Resoné muchísimo con ella", cuenta. Al final se hizo las pruebas y el resultado confirmó el diagnóstico.

Pradas, por su parte, sufrió acoso escolar, pasó por psicólogos, psiquiatras e ingresos hasta que descubrió lo que le ocurría: con 19 años se enteró de que era una persona con trastorno de la personalidad límite. "Me cayó como un jarro de agua fría", rememora. "Lo que más me pesó es que esto era 'crónico'", resalta, aunque con el tiempo, las herramientas adecuadas y la terapia comprendió que el sufrimiento que ella sentía no era "perenne".

El melón del (auto)diagnóstico

"El diagnóstico no lo regalan", recalca Claudia Pradas. Se trata, de hecho, de un proceso largo. Lo corrobora Noemí Navarro, que incide en que el autismo en hombres y mujeres se muestra de forma distinta. Según los datos del Ministerio de Educación, recogidos por la Confederación Autismo España, la brecha de género también existe en este contexto: un 81,1% de los estudiantes con autismo son niños frente a un 18,9% son niñas. Asegura Pradas que el infradiagnóstico es "muy bestia" por estar asociado culturalmente a hombres; a ellas "se las reprime antes" cuando no cumplen con ciertos comportamientos. Es entonces cuando adoptan el masking o "enmascaramiento", lo que deriva en ansiedad y depresión.

Noemí Navarro, a la izquierda, y Albanta San Román, a la derecha, conversan en 'Literal'.

Noemí Navarro, a la izquierda, y Albanta San Román, a la derecha, conversan en 'Literal'. Literal (RTVE Play)

También entra en juego el contraste entre el infradiagnóstico y el sobrediagnóstico. Esa diferencia surge cuando hay personas que hablan de su "trastorno" sin haber sido diagnosticados de forma apropiada. "Una anécdota no es un diagnóstico. Una anécdota no es un síntoma", afirma la psicóloga Claudia Pradas. La falta de información es, además, una barrera para saber a qué se enfrenta una persona. "Yo misma impulsé el contenido", cuenta Noemí Navarro. Su plataforma, Madretea, pone en comunicación a familias y mujeres con autismo con profesionales y centros ubicados en toda España. "Madretea es el lugar que a mí me hubiera gustado tener", comenta emocionada.

¿Está bien que haya cada vez más contenidos que "diagnostiquen"? La psicóloga Claudia Pradas rompe una lanza a favor del autodiagnóstico, y pone como ejemplo a sus propios pacientes. En esos casos, como apunta Nanísimo, han seguido "la ruta indicada" porque se han dejado guiar por un especialista. Los que sí son peligrosos son los vídeos generados para obtener visitas. "Lo que quieres no es informar a la gente sobre los rasgos de una persona con TDAH. Lo que quieres es que la gente vea tu vídeo", recalca Pradas. La analista de El Orden Mundial Alba Leiva va más allá y habla de una "mercantilización a través del contenido de las preocupaciones de la gente".

Hay avances, pero faltan recursos

La tipificación y el estudio de la neurodivergencia es relativamente reciente, expone Alba Leiva. Comenzó en el siglo XX, aunque existen registros más antiguos de lo que en la actualidad definiríamos como autismo o TDAH. Ahora se empieza a entender y a diagnosticar mejor; hasta hace unos años el autismo, por ejemplo, estaba incluido en el marco de la esquizofrenia. El manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, más conocido como DSM, es el documento de referencia en esta materia.

A pesar de todo, sigue habiendo mucho estigma. La psicóloga Claudia Pradas lo ve en consulta con una primera fase de negación entre sus pacientes. La escritora Albanta San Román verbaliza una pregunta que muchos en la mesa se hacían: ¿Los trastornos son de nacimiento? La responde la misma Pradas, que explica que en el caso del autismo sí. No obstante, algunos estudios apuntan a que el trastorno límite de la personalidad se desarrollaría en las primeras etapas del neurodesarrollo, es decir, en la infancia.

Invitados y colaboradores de 'Literal' hablan sobre la banalización de la neurodivergencia.

Invitados y colaboradores de 'Literal' hablan sobre la banalización de la neurodivergencia. Literal (RTVE Play)

Pese a los avances, hacen falta más recursos en educación y en sanidad. "El autismo es caro", reconoce Navarro. La cuantía excede los 500 euros al mes cuando se quiere contar con un terapeuta, un logopeda, terapias especiales, etc. Pradas cifra en otros 500 euros si una persona quiere obtener una evaluación y alguna sesión de acompañamiento. El infradiagnóstico, por tanto, también es una realidad cuando hay una barrera económica que impide un análisis adecuado.