Enlaces accesibilidad
DOCUMENTAL

J Balvin relata sus orígenes en 'El niño de Medellín': "Hay que bajar al infierno para valorar el cielo"

  • El intérprete confesó que barajó la idea del suicidio tras padecer ansiedad durante mucho tiempo
  • "La depresión es un infierno porque es más fuerte que uno mismo. Nada tiene sentido"
  • Más noticias en PlayzTrends

Por
J Balvin durante el concierto en el estadio de Medellín

"Toda mi gente se mueve", y nunca mejor dicho. J Balvin no imaginaba que la estrofa de una de sus grandes canciones iba a terminar haciéndose realidad. En el día de su 36 cumpleaños, el colombiano lanza el documental The boy from Medellín. Un proyecto que muestra la convulsa realidad que vivió la sociedad colombiana durante los últimos meses de 2019. Una agitación política que marcó no solo el estreno en solitario del artista en el estadio de su ciudad natal, sino que muestra los días previos repletos de nervios, incertidumbre, críticas y la difícil gestión de unas emociones marcadas por lo que estaba ocurriendo en las calles.

"Busco el equilibrio para saber quién soy como persona"

La salud mental siempre ha sido una de las premisas para J Balvin. El intérprete decidió contar su experiencia después de ser ingresado en 2016. La situación parecía volverse insostenible, así que el documental refleja a la perfección esos tiempos de angustia donde el colombiano perdió el sentido de lo que estaba haciendo y en lo que se estaba convirtiendo. "Siempre intento superarme en todo lo que hago. Ahora busco un equilibrio para no olvidar lo que importa, que es saber quién soy como persona, no como artista: José".

Durante una charla con su equipo técnico, José Álvaro Osorio, nombre real de Balvin, confesó que en más de una ocasión se ha subido a un escenario estando en la peor forma física y mental posible. “En Puerto Rico yo estaba muy mal. El otro día yendo hacia el gimnasio me dio una sensación… Sentí algo que no está en el cuerpo. Todo afuera está bien, es el cerebro. Y este infierno es de verdad. A veces me pregunto por qué siento esta mierda. Solo enfocándome en el presente puedo engañar a la mente. Es necesario estar muy ocupado. Los artistas somos unos payasos encima del escenario, sonreímos y ya está. De ahí la letra de la canción “El cantante”: “Nadie pregunta si sufro o si lloro, si tengo una pena que llevo muy hondo”. Es mi canción preferida”.

Los orígenes de su carrera profesional también forman parte del documental. Durante los primeros minutos, The boy from Medellín ofrece imágenes de José con 13 años, donde a través de una voz en off narra las dificultades que tuvo que pasar durante su infancia y adolescencia: “Quería ser alguien importante, no quería volver a Colombia siendo un perdedor", explica cuando habla de su paso por EEUU. "Ahí fue la primera vez que sufrí depresión, me sentía sin esperanzas y sentí que quería morir. Alguien me recomendó pastillas para dormir y tomaba unas cinco cada noche. Estaba jodiendo mi cerebro. La depresión es un infierno, porque es más fuerte que uno mismo. Nada tiene sentido. Llegué a pensar en suicidarme. Recuerdo llamar a mi madre llorando diciendo: “¿por qué elegí este trabajo?”. Decidí regresar a Medellín, pero no iba a abandonar mis sueños”.

"La gente ve la gloria, pero no sabe la historia"

El hilo conductor del proyecto es el concierto que ofreció en su ciudad natal a finales de 2019, pero las protestas y crispación política y social de sus calles provocaron un profundo malestar en el intérprete. Sin saber muy bien cómo actuar,  J Balvin muestra el proceso que sufrió tanto él como todo su equipo ante una situación que parecía estar fuera de su alcance. “Cientos de miles de personas salieron a las calles enfadados con el presidente. Los activistas sociales han denunciado el sabotaje de Duque a los históricos acuerdos de paz del país”, se escucha pronunciar a una periodista. “Los manifestantes insisten en pedir mejoras económicas y sociales que no llegan. El Gobierno no nos toma en serio”, indica otro.

"¿Cómo podemos hacer para revertir la situación?", se pregunta a sí mismo: “La situación actual con las protestas complica mucho las cosas. Me pone muy nervioso. Tengo que tener mucho cuidado con lo que digo. No quiero hablar de política porque no es lo mío. Quiero dedicarme a dar luz al mundo. Cuanto más das, más recibes. La gente ve la gloria, pero no sabe la historia. Muchos de los que nos están atacando seguramente lo estén pasando muy mal, pero no es mi culpa. Nuestra labor es entretener.  La vida tiene muchos altibajos y retos. Todo eso puede afectarnos mucho. Cuando tienes ansiedad o depresión, te sientes fuera de tu cuerpo como si la realidad no existiera. Los temores crecen, pero igual que llega, hay que saber que se acaba. Y pensar en que vamos a salir más fuertes”.

"La tensión entre José y J Balvin hizo que aumentara mi depresión"

Uno de las mayores luchas que ha venido desempeñando desde hace años es la que giraba en torno a su personalidad. A quién se parecía más: ¿a José de Medellín o a J Balvin, la estrella internacional? “Para mí, el éxito siempre trajo un gran sentido de la responsabilidad. Sobre todo al representar a Medellín en el resto del mundo. Durante años fue la ciudad de Pablo Escobar, una ciudad caracterizada por cocaína y narcos. Mi sueño era cambiar eso. Cuando empecé a crecer en la industria, mucha gente me dijo que debía cantar en inglés para ser una estrella mundial. Pero para mí era importante ser fiel a mi gente y cantar en español. ¿Y sabéis qué? Todo ha salido bien”.

La tensión entre José y J Balvin hizo que aumentaran mi ansiedad, mis dolores y mi depresión. Bajé al infierno siendo muy joven porque quería ser otra persona con joyas, chicas y coches. Estaba perdido y me olvidé de José. Había tenido ataques de pánico y ansiedad y había veces en las que solo quería comer y dormir. Llegué a pesar 125 kilos. Estaba desesperado. Tenía mucho dolor y mi instinto fue compartir lo que me pasaba, así que empecé a ser sincero y a hablar de mi depresión. Me sirvió de ayuda y como una terapia. Hubo gente que se me acercó en alguna ocasión para decirme: “Gracias por contarlo”. En los momentos más duros, intento conectar conmigo mismo. No miro hacia fuera, sino hacia dentro. Gracias a la meditación no tomo drogas ni alcohol. La meditación me ha salvado la vida, sin duda. Intento superarme cada día, pero eso requiere tiempo”, continuaba explicando.

"No fue suerte, fue sacrificio y trabajo duro"

Los siete días previos al concierto culminan con la celebración del evento. Las protestas se mantienen en las calles, pero J Balvin lucha por que el show continúe y se viva de la forma más pacífica posible. “Hace cinco meses planeamos dar este concierto. Lo que no sabíamos era que se daría la situación actual con manifestaciones y violencia. Es una locura. Creía saber qué artista iba a ser, pero en estos momentos no sé qué hacer, porque no conozco la realidad de lo que sucede en mi país. La gente no es tonta. Saben quién es auténtico y quién no. Pero a veces pienso: ¿por qué me critican con tanta dureza? A veces lo único que quiero es ser invisible. Pero luego pienso: ¿cómo me sentiría si no recibiera el amor de la gente? Hay que bajar al infierno para valorar el cielo. En Medellín lo sabemos, empecé desde cero. Y no fue la suerte, fue le sacrificio y el trabajo duro”.

Sobre el escenario, José Álvaro Osorio, que no J Balvin, alzó la voz para reclamar medidas que paliaran la violencia a la que estaba siendo sometida la sociedad colombiana: “Hablo en nombre de la juventud. Le pido al Gobierno que por favor, los escuche. Que si están marchando es porque algo no anda bien. El presidente debe escuchar a la juventud, porque algo necesita. Necesitamos apoyo con la educación, necesitan apoyo por la salud. Estamos cansados de la violencia. Este es un país de amor, tolerancia y paz. Por favor, tengo la responsabilidad de que cuando yo tenga mis hijos, tengan un futuro mejor. Un minuto de silencio”, concluía ante el aplauso de los espectadores.

"Cuando el show se acaba soy un humano cualquiera. Así me siento, solo soy José". Con estas palabras concluye un documental que ronda la hora y media de duración, pero que ha sido capaz de abarcar varios años en la carrera profesional de J Balvin.