Del teléfono fijo a Instagram, del villancico a Mariah Carey: así ha cambiado la Navidad
- Las fiestas navideñas apelan a la misma idea de reunión y afecto, pero los ritmos y formas de expresarla han evolucionado
- "Estamos dando nuevos sentidos a la celebración, cuando antes era absolutamente religioso", explican desde la sociología
"Hola soy Edu, ¡feliz Navidad!". Quienes ya no se encuentren en la flor de la vida reconocerán al instante esta cantinela, perteneciente a un anuncio televisivo de Airtel que se emitió en 1997. En él aparecía un simpático niño, en un sofá, llamando a todos y cada uno de los contactos de la agenda familiar para felicitarles las fiestas. Junto a él, su padre leía el periódico y le miraba despreocupado, sin temblar de miedo ante la factura que se avecinaba, porque la extinta compañía telefónica regalaba las llamadas de los tres primeros meses si te dabas de alta con ella.
Casi treinta años después, esta postal del pasado funciona como un buen punto de partida para analizar cómo han cambiado las Navidades en España. De las llamadas desde el teléfono fijo o el primer móvil de tamaño de ladrillo se ha pasado a los mensajes instantáneos de WhatsApp, los audios interminables y los vídeos cortos reproducidos en plataformas como Instagram o TikTok. De los christmas impresos, seleccionados y escritos cuidadosamente, a las felicitaciones digitales que llegan en masa de manera instantánea. De una celebración más doméstica y contenida a unas fiestas cada vez más iluminadas, visibles y compartidas en redes.
"El anuncio en el que aparecía Edu es el reflejo de uno de los cambios más importantes que ha experimentado la Navidad, que es cómo interactuamos con la gente, y sobre todo con la gente que no vemos habitualmente, pues hemos pasado de esa llamada, que en algunos casos era la única conversación del año con determinadas personas, a estar hiperconectados con un montón de gente, tanto por teléfono y WhatsApp como por redes sociales, y se ha despersonalizado en parte la felicitación", valora para RTVE Noticias Carlos Hernández, sociólogo y consultor de la empresa Dosabrazos. "La Navidad ya no es ese lugar de reencuentro debido, entre otras cosas, a que estamos absolutamente hiperconectados", reflexiona.
La Navidad también ha cambiado y se ha adaptado a los nuevos tiempos. GETTY IMAGES
Los tiempos han cambiado y la Navidad también. Son unas fiestas que siguen apelando a la misma idea de reunión y afecto, pero los gestos, los ritmos y las formas de expresarla se han transformado profundamente, al compás de la tecnología, del consumo y de una sociedad que ya no se comunica ni celebra como en tiempos de Edu. Estos son algunos de los cambios más importantes que se han producido en las últimas décadas:
La forma de comunicarse
Durante mucho tiempo, felicitar la Navidad implicaba escoger tarjetas o christmas, escribir a mano y echarlos en el buzón, a veces con semanas de antelación. Era un gesto más lento, pero también más personal. Una costumbre que convivía en los hogares españoles con las llamadas telefónicas: largas conversaciones, a veces con la familia reunida alrededor del auricular.
En las décadas de 1990 y 2000 irrumpieron los teléfonos móviles y los SMS, que también marcaron un hito en la comunicación navideña: mensajes breves, muy básicos si se comparan con los actuales, pero que permitían felicitar a muchas personas en poco tiempo. Sin embargo, presentaban un inconveniente importante: cada mensaje solía tener un coste individual y estaba limitado a 160 caracteres. A lo que había que añadir la fragilidad del propio sistema... ¿Quién no recuerda cómo las redes móviles se colapsaban en Nochevieja porque millones de personas intentaban enviar SMS al mismo tiempo, superando la capacidad de las operadoras?
Los SMS fueron después sustituidos por la barra libre de mensajería que ofrece WhatsApp y otras aplicaciones similares. En la actualidad, los mensajes instantáneos y las redes sociales han llevado las posibilidades comunicativas al extremo: audios, vídeos, memes y felicitaciones que llegan a decenas o cientos de contactos en un abrir y cerrar de ojos; al mismo tiempo que las videollamadas permiten conectar con seres queridos y amigos que se encuentran lejos.
Cada SMS solía tener un coste individual y estaba limitado a 160 caracteres. GETTY IMAGES
Las redes sociales
En este sentido, merecen un capítulo aparte las redes sociales, cuya irrupción ha transformado la manera de vivir y compartir la Navidad. Hoy, muchas personas no celebran solo para su entorno más cercano, sino que también lo hacen pensando en cómo se verá la experiencia en una fotografía o un vídeo: la mesa, la decoración, los regalos, el viaje... Aunque las redes amplifican la sensación de estar conectados, también pueden generar presión por mostrar una versión idealizada de la celebración, desplazando la experiencia más íntima.
El sociólogo Carlos Hernández lo ilustra así: "Mis Navidades tienen que ser las más bonitas y me compro el jersey navideño para la foto que voy a sacar en redes con mi familia, todos con el mismo jersey o con el mismo pijama navideño... Ha llegado un momento en el que ya no consumimos para nuestro propio hedonismo, sino que lo hacemos para alimentar nuestro ego por lo que nos venga de redes".
Villancicos
La música tampoco escapa a este proceso de transformación. Primero fue la zambomba, la pandereta e incluso la botella de anís. Luego, el casete, el CD y el DVD se convirtieron en los protagonistas de la reproducción de música navideña para toda la familia. Hoy basta con hacer una lista personalizada en Spotify, en la que los tradicionales villancicos muchas veces están presentes, pero han perdido peso.
La reproducción de música navideña en streaming es cada vez es más popular, y en ella hay una reina absoluta que gobierna con puño de hierro: Mariah Carey, con All I want for Christmas is you, que todos los años es con mucha diferencia el tema navideño más escuchado en Spotify, tanto en España como en el resto del mundo. Last Christmas, de Wham! sería el segundo gran clásico navideño moderno, aunque lejos del primero.
"Estamos en el proceso de reconversión, porque normalmente los ritos no desaparecen, sino que se reconvierten... ¿Qué sentido tiene ya cantar villancicos sobre el Niño Dios? El villancico también está cambiando, y ahora habla de celebración, de Navidad, de Christmas… Pero ya hemos sacado a Dios o al Niño Jesús", explica el sociólogo Carlos Hernández.
"El motivo de fondo es la secularización. Cambia el sentido de la Navidad, y al final celebramos una fiesta que es de unión, de reunión de familia, de alegría… Pero que ya no se hace en torno a un sentimiento profundo de que ha nacido el Dios que nos ha cambiado la vida", agrega. "Estamos dando nuevos sentidos a la celebración de la Navidad, cuando antes el sentido era absolutamente religioso".
Las Ramblas de Barcelona, iluminadas durante las fiestas navideñas. GETTY IMAGES
Películas navideñas
En este aspecto se ha cambiado poco con el paso de los años: las Navidades siguen siendo una época propicia para disfrutar de una buena película familiar, especialmente a la hora de la sobremesa. De entre ellas, hay títulos que se han convertido en verdaderos clásicos de estas fechas, aunque si hay uno que puede considerarse como la Navidad hecha película, ese es ¡Qué bello es vivir! (1946), de Frank Capra. Mención especial merecen las diferentes adaptaciones del relato de Dickens Cuento de Navidad, entre las que destaca Los fantasmas atacan al jefe (1988), de Richard Donner.
Hay otros filmes unidos de manera indefectible a las fiestas más familiares del año, como Gremlins, Solo en casa o, sorprendentemente, La jungla de cristal, cuyo sangriento argumento está muy alejado de esas temáticas melosas de jersey estampado frente a una chimenea en un idílico pueblo nevado de Vermont. Dentro del cine español más clásico, destacan Plácido y La gran familia.
Lo que sí que ha cambiado es la forma de ver estas películas. Se ha pasado de un consumo marcado por el cine, el videoclub o la televisión en horarios concretos, a un acceso inmediato y prácticamente ilimitado gracias a las plataformas de streaming. Una transformación que se percibe especialmente en estas fechas, cuando pueden encontrarse decenas de títulos de temática navideña, listos para ser visionados.
Bruce Willis en 'La jungla de cristal' (1987) rtve
Comercio online
Desde mucho antes de que Edu saliera en los televisores españoles felicitando indiscriminadamente la Navidad por teléfono, la Navidad ya era la cita consumista del año por excelencia, una época en la que el impulso de comprar y regalar se convierte casi en un ritual tan asentado como las propias celebraciones. En los últimos años, ese carácter se ha visto reforzado por el auge del comercio online, que ha trasladado la experiencia navideña a la pantalla del móvil o del ordenador, y que han hecho que los Reyes Magos lleguen ahora en furgoneta de reparto. La comodidad y la inmediatez han consolidado a las plataformas digitales como protagonistas de la campaña navideña.
Unas fiestas cada vez más luminosas
Lo que también es innegable es que las Navidades son cada vez más luminosas, tanto en las calles, como en el interior de los hogares. Desde finales de los años noventa y, sobre todo, a partir de la primera década de los 2000, la popularización de las luces LED transformó de manera visible la decoración navideña. Frente a las antiguas bombillas incandescentes, más frágiles y consumidoras de energía, los LED ofrecen un gasto eléctrico muy reducido, una mayor durabilidad y una amplia variedad de colores y formatos. A medida que su producción se abarató, las luces dejaron de ser un elemento puntual —limitado al árbol o al belén— para extenderse por balcones, ventanas, fachadas y escaleras.
La popularización de las luces LED ha transformado la decoración navideña. GETTY IMAGES
Celebración, por encima de todo
La Navidad ha ido transformándose con el paso del tiempo, adaptándose a nuevas sensibilidades y formas de vivirla, pero sin perder su carácter entrañable, como un tiempo de alegría, de reencuentro, de disfrutar de los nuestros… "Si lo aprovechamos bien, sigue siendo un tiempo de reforzar los lazos familiares. Y no nos olvidemos que sigue habiendo muchísima gente católica para la que el carácter religioso sigue siendo importante", apunta el sociólogo Carlos Hernández, quien agrega que, además, al ser el final de año "también es un tiempo de evaluación de cómo ha ido el año y de marcarnos objetivos de cara al año nuevo".
"Como ritual, sigue teniendo ese momento de celebración colectiva, de cierre y apertura de ciclo, de juntarnos, de reconciliarnos", concluye este especialista.