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Las sombras de una Navidad convertida en un "campo de minas" para los adictos al alcohol y drogas

  • Varios adictos relatan lo complicada que es la Navidad por la normalización del alcohol y los excesos permitidos
  • Expertos en adicciones explican el riesgo de recaída por un incremento de la melancolía, la soledad o la euforia
La Navidad, un "campo de minas" para los adictos al alcohol y drogas
Un dolescente tomando una bebida alcohólica GETTY/KatarzynaBialasiewicz

José (nombre ficticio) lleva tres años sobrio y la Navidad es un "campo de minas" para él. Lejos de vivirla con alegría, afirma que le gustaría acostarse el día 24 de diciembre y levantarse el 7 de enero. Siente mucha nostalgia por los familiares perdidos y pena por "mil situaciones vividas" y todo ello le lleva a lo que define como "demonios que aparecen en la cabeza y en el cuerpo" y le hacen pensar en una sola cosa: beber y beber.

Desde hace años no acude a comidas y cenas con amigos y solo va a alguna celebración con su familia "más por obligación que por ganas". Salir de la rutina en Navidad es "mortal" para su proceso de recuperación y salida de una adicción que él cree será "de por vida".

Adolfo Vázquez tiene 65 años y actualmente es el secretario general de la Junta de Alcohólicos Anónimos de España. Pone su experiencia como adicto al servicio de otros "que dan el paso de salir del infierno y recuperar su libertad". Su vida estuvo presa del alcohol desde los 25 hasta los 40 años.

Cuenta, en una entrevista con RTVE Noticias, que para un alcohólico "todos los días son malos", pero en Navidad se complica la situación y mucho porque los hábitos cambian. "Yo quería estar solo, quería beber y en las comidas y cenas familiares tenía miedo de que me vieran perder el control", asegura. "Me llenaba de ira y rabia por no poder hacer lo único que quería en ese momento", lamenta.

España es el segundo país de la UE con mayor frecuencia de consumo de alcohol, según la "Monografía sobre alcohol 2024. Consumo y consecuencias" del Ministerio de Sanidad, que aportó datos reveladores: el 76,4% de los ciudadanos bebió alguna vez en los últimos meses y casi un 10% lo hizo a diario. El alcohol mata a 14.000 personas cada año en nuestro país.

"Un trago te puede llevar a la locura, a la muerte o a la cárcel"

Los cambios de rutina en alimentación y horas de sueño, más tiempo libre, el aumento de factores de riesgo, la consecución de comidas, cenas y celebraciones, los cambios emocionales y la invitación permanente al consumo y al exceso forman un coctel de emociones y comportamientos que ponen a prueba al adicto y le someten a un estrés importante en Navidad.

José y Adolfo coinciden en que las ingestas de alcohol eran de tal calibre que perdían el control de lo que hacían. "Yo he perdido el conocimiento varias veces en la calle, he estado durante días ilocalizable para mi familia y al despertar me he dado cuenta de que me había gastado el dinero de todo el mes", afirma José.

Adolfo explica así lo que genera el alcohol en un adicto, tras años escuchando experiencias en las reuniones de Alcohólicos Anónimos: "Un solo trago te puede llevar a la locura, a la muerte o a la cárcel porque detrás del primero vienen más". De ahí, los peligros en esta época del año.

Critican la normalización absoluta en nuestra sociedad del consumo del alcohol y una permisividad social que en estas fechas alcanza su cota más alta. "Incluso hay personas que, sabiendo que eres alcohólico, te dicen 'vamos a brindar, que no pasa nada'", critica Adolfo. En Navidad la oda al exceso en casi todo se convierte en norma.

Objetivo en Navidad: evitar la recaída

Cristina Vidal es educadora social en Proyecto Hombre. Desarrolla su labor en un centro de Cataluña y confirma lo "complicadas" que son estas fiestas para los adictos: "En Navidad aumentan los sentimientos de melancolía, pena, euforia y se conecta más, en algunos casos, con la soledad. El manejo de las emociones es un reto para ellos", afirma, para contar cómo trabajan en el centro para analizar los riesgos caso a caso y preparar este periodo del año con el adicto y su familia con un único objetivo: evitar la recaída.

Llama a hacer una reflexión social sobre la normalización del consumo de alcohol: "Tenemos una tarea pendiente como sociedad. Se trata de una sustancia legal y muy económica con una percepción social de que no es muy grave y precisamente es la sustancia principal por la que la gente demanda ayuda".

"Los que no beben llegan a tener que justificarse de por qué no beben. Se puede llegar a preguntar a una mujer si no bebe porque está embarazada", afirma, en una entrevista en RTVE Noticias, en la que aboga por poner más el foco en estas fiestas "en la música, el baile, los juegos" y menos en los consumos: "El ocio sin consumir es posible".

El perfil de Proyecto Hombre: varón de unos 40 años y con problemas de adicción a cocaína o alcohol

Un dato que deja poca duda de la magnitud del problema es que el alcohol, las drogas y los psicofármacos están presentes en más del 48% de los conductores muertos en accidentes de tráfico en 2024. Motivo por el que la DGT intensifica durante estas fechas los controles de sustancias al volante.

El peligro del 'todo permitido' en Nochevieja

El perfil del adicto que acude a Proyecto Hombre es el de un hombre con una media de edad de 40 años que consume alcohol y cocaína. Vidal explica que en el patrón de consumo suele haber más de una sustancia y que es habitual en el adicto tener problemas de salud mental. También que, a pesar de ese perfil de edad, atienden desde adolescentes a personas de 70 años.

La Navidad, además, no solo puede ser un momento de riesgo de recaída para un adicto, sino un momento de iniciación peligroso. Igual que se normaliza la borrachera en Nochevieja, se puede llegar a tener tolerancia absoluta en muchos ambientes de ocio de la primera raya de cocaína en una noche especial.

"Así, en la Nochevieja todo se normaliza: el que no bebe, bebe un poco; el que bebe un poco, bebe más; y el que no consume drogas, pues esa noche lo hace", lamenta Vidal.

La "romantización" de la Lotería de Navidad

Los riesgos en Navidad se extienden a todas las adicciones y la ludopatía no es una menor. "Los estímulos que provocan estas fechas son constantes", afirma a RTVE Noticias el director técnico de la Federación Española de Jugadoras de Azar Rehabilitados (FEJAR), Juan Lamas, que alerta de lo peligroso de la "romantización" de la Lotería de Navidad: "Los ludópatas pueden vivir un calvario viendo un número en cada esquina".

Jugar a la Lotería en Navidad se vincula socialmente a la 'ilusión de compartir'— con cierta presión social, incluso, para comprar—, pero para los adictos jugar un décimo puede llevar después a echar una moneda a una máquina tragaperras o entrar a una casa de apuestas, lo que supone una clara recaída en la ludopatía. Lamas explica que en muchos casos "el adicto, al tiempo que juega, bebe o al revés".

Los expertos coinciden en que ante la cantidad de estímulos navideños el adicto busca cierta soledad y eso entraña peligros.

Consejos para evitar recaídas en las adiciones

Desde Proyecto Hombre lanzan consejos para los adictos en Navidad:

-Protección: evitar situaciones de consumo, no tener alcohol a casa, evitar bares o entornos conflictivos, no quedarnos solos y rodearnos de personas que nos respeten.

-Escucha: pararnos, conectar con cómo nos sentimos y saber cómo estamos, antes de reaccionar automáticamente.

-Identificación y actuación: preguntarnos qué necesitamos realmente en cada momento.

-Pedir ayuda: compartir aquello que nos pasa cuando no lo vemos claro, comunicar que pensamos y el que nos pasa, para dejarnos acompañar.

¿Cómo pueden las familias y el entorno dar apoyo sin generar presión ni incomodidad?

Las familias tienen un papel esencial. El apoyo pasa para respetar límites, evitar presiones, no normalizar el consumo en los brindis y evitar comentarios que minimicen el riesgo.

También es clave validar como se siente la persona, no ponerla a prueba y evitar situaciones de riesgo innecesarias.

Además, es muy útil ofrecer alternativas de ocio saludable, compartir tiempo de calidad y estar disponibles para escuchar sin juzgar.