Un estudio revela que las marismas de Doñana pueden desaparecer antes de 2086 por el descenso de las lluvias
- Así lo señala una investigación de la Universidad de Sevilla, basada en imágenes del satélite Sentinel-2
- Entre las medidas propuestas para paliar este retroceso, están el cierre de acuíferos y evitar la extracción ilegal de agua
Un estudio de la Universidad de Sevilla que monitorea los recursos hídricos ha revelado que las marismas de Doñana podrían desaparecer de aquí a 2086 debido al progresivo descenso de las precipitaciones sobre este entorno, que forma parte del Parque Nacional.
Según el estudio, dado a conocer este viernes, en lo que va de siglo, un 15% del volumen de agua en las marismas de Doñana se ha perdido, resultados que se han conseguido gracias a imágenes de satélites que han sido monitoreadas por un equipo investigador de la Universidad hispalense que ha desarrollado un algoritmo innovador basado en aprendizaje automático. Con este mecanismo, se permite detectar con alta precisión el agua superficial gracias a las imágenes del satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA).
El investigador que ha liderado este estudio es Emilio Ramírez Juidias, del departamento de ingeniería gráfica, y en el mismo han participado las estudiantes Clara Isabel González López y Paula Romero Beltrán, adscritas al programa de altas capacidades intelectuales.
Ramírez Juidias ha detallado que la pérdida del volumen de las marismas en estos años de siglo XXI es "síntoma evidente" del descenso pluviométrico que ha experimentado esta zona durante este periodo de tiempo, más que del incremento de la temperatura ambiente. Además, es destacable que el grueso de ese descenso del volumen de las marismas se ha dado con mayor intensidad en los últimos 15 años, desde 2010. "Como conclusión importante, se puede llegar a que alrededor de 2086 como opción neutral, las marismas podrían haber desaparecido", ha aventurado.
Esta es, no obstante, una opción menos pesimista que otras que también analiza este estudio, y que ponen plazos de hasta 45 años en función de la evolución de las condiciones de temperatura y precipitaciones que se registren, si bien otro de los posibles escenarios eleva la vida de las marismas hasta en 175 años.
Cierre de acuíferos y evitar extracciones ilegales
Entre las medidas que el ingeniero ha presentado para intentar paliar este retroceso de las marismas de Doñana, y que pueden llevarse a cualquier otro ecosistema de similares características, están el cierre de acuíferos y evitar la extracción ilegal del agua que albergan. Pero también, ha añadido, la restauración de zonas húmedas degradadas o la adaptación al cambio climático mediante una "planificación hidrológica integrada" que contemple una "conexión entre los acuíferos y el plan hidrológico".
La tecnología utilizada en este estudio, refrenda la Universidad, no solo permite identificar zonas afectadas por la sequía, o el descenso del nivel freático, sino que también facilita la toma de decisiones para la conservación de ecosistemas.
Al mismo tiempo, se trata de un enfoque escalable y automatizado, por lo que el algoritmo utilizado se puede llevar a esos otros entornos que tengan unas características similares lo que podría contribuir a una gestión hídrica más eficiente y sostenible, y ello demuestra, a juicio del equipo investigador, la importancia de fomentar el talento joven en proyectos científicos de alto impacto.