Juguetes con IA generativa: una realidad que trae innovación y riesgos
- La industria ya ofrece dispositivos que conversan, reconocen la voz y personalizan experiencias
- Expertos recomiendan a las familias que revisen las políticas de privacidad para evitar riesgos
El juego infantil es el espacio donde los niños experimentan, inventan reglas y construyen su visión del mundo. Juegan para divertirse, aprender o desarrollar capacidades. A lo largo de los años, la tecnología ha transformado el sector del juguete, pero la llegada de la inteligencia artificial generativa supone un cambio de paradigma. Se trata de muñecos o de peluches que conversan con los niños a través de la IA. Es un gran cambio que ya están viviendo en China o en EE. UU. y que llegará a Europa también. De hecho, algunos de estos juguetes ya están disponibles a través del comercio electrónico. Y esto es solo el comienzo porque algunas de las principales jugueteras ya han firmado acuerdos de colaboración con Open AI para desarrollar estos productos. Además, el comité de la Feria Internacional del Juguete de Núremberg, subraya que entre sus tendencias con IA para 2026 están los juguetes "de compañía" o mascotas robot con reconocimiento facial.
A partir de ahora, hay que estar muy atentos si pensamos en comprar un "muñeco" que tenga esta tecnología, ya que el juego se podrá personalizar a partir de las emociones, la voz o el reconocimiento facial del menor. Pero los expertos alertan: "Nuestro deber es garantizar que su impacto sea humano, seguro y ético, porque la inteligencia artificial no es ningún juguete", afirma Luis Martín, director de Soluciones de IA en Llorente y Cuenca (LLYC) y padre de niños en edad de juego. Este experto, también advierte de que "la identidad emocional de un niño no puede convertirse en un activo comercial".
“"La identidad emocional de un niño no puede convertirse en un activo comercial"“
¿Qué deben tener en cuenta las familias?
Estos juguetes inteligentes requieren responsabilidad por parte de la industria, de los educadores y de las familias. Los padres y madres deben tener muy presentes varias claves antes de comprar, configurar y usar un juguete, según indica José Julio Fernández, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela. Las familias tienen que elegir fabricantes fiables con políticas de privacidad claras, no todos los países aplican las mismas normativas de ciberseguridad. También deberían configurar el dispositivo con el máximo nivel de protección (desactivando micrófono, cámara o conexión constante cuando no sea necesario) y tienen que supervisar su uso diario para evitar que el juguete recoja información sensible o que sea hackeado.
¿Qué riesgos hay en los juguetes con IA generativa?
La neuroeducadora y directora de la consultora Marinva, Esther Hierro, dice que "cuando esta tecnología toma el control, el juego se vuelve pasivo". El desarrollo cognitivo del menor puede estancarse, si el juguete inteligente es el que "siempre tiene la respuesta". Y añade: "El niño ya no necesita inventar, negociar o resolver conflictos".
Los expertos coinciden en que los juguetes con IA generativa pueden provocar en el menor una dependencia emocional. Si el juguete se presenta como un "amigo", puede desplazar las relaciones reales, sobre todo, en edades tempranas. "La amistad real incluye límites, desacuerdo y negociación. Si el niño sustituye relaciones humanas por vínculos simulados, empobrecemos su desarrollo emocional y social", explica la neuroeducadora.
“"Si el niño sustituye relaciones humanas por vínculos simulados, empobrecemos su desarrollo emocional y social"“
Además, si el juguete adapta su comportamiento al niño, "se pueden reforzar patrones no deseados o dinámicas poco saludables", puntualiza el experto, Luis Martín.
El lado positivo de los juguetes inteligentes
Pero no todo es negativo. Estos juguetes "pueden ampliar la imaginación y adaptarse al ritmo de cada niño. También pueden favorecer la inclusión si están bien diseñados", según Esther Hierro. Martín coincide en esta reflexión: "Uno de los casos en los que sí considero que puede ser especialmente interesante y recomendable su uso es con los niños con necesidades especiales. La IA permitiría adaptar juegos para niños con dificultades del habla, TEA, motricidad reducida o barreras sensoriales. Su uso supervisado podría tener efectos beneficiosos".
¿Cómo está la legislación?
En términos de ciberseguridad, la Unión Europea trabaja en la actualización de la Directiva 2009/48/CE, sobre la seguridad de los juguetes, "sobre todo a causa del crecimiento de las ventas online", según afirma el catedrático de Derecho Constitucional, José Julio Fernández, quien explica que "el futuro reglamento sobre juguetes se añadiría a esta normativa y la complementaría".
El sector de juguetes con IA generativa crece muy rápido. Se espera un aumento anual del 11,3%, pasando de un valor de 7.690 millones de dólares en 2024 a una estimación de 25.000 millones en 2035. Australia, China y Estados Unidos son los países que lideran el sector de los juguetes inteligentes, siendo Alemania el país que encabeza el ranking en Europa. Son datos del Informe de Investigación de Mercado de Juguetes Inteligentes con IA.
“Se espera un aumento anual del 11,3%, pasando de un valor de 7.690 millones de dólares en 2024 a una estimación de 25.000 millones en 2035.“
La Unión Europea ya cuenta con un marco jurídico sobre inteligencia artificial que recoge cuatro niveles de riesgo: de uso general o mínimo, riesgo limitado, riesgo alto y riesgo considerado "inaceptable" y, por tanto, que debe prohibirse. El experto en Derecho Constitucional explica que la función del juguete determinará el nivel de riesgo, según la normativa europea. Por ejemplo, indica que si un juguete con IA es capaz de conversar y personalizar respuestas, sin recoger datos sensibles, puede situarse en un "riesgo limitado" y estará sujeto, como mínimo, a obligaciones de transparencia y a cumplir la normativa de protección de datos. En cambio, si el juguete inteligente tiene un sistema de reconocimiento facial o biométrico, puede entrar en el nivel de alto riesgo. En el caso más extremo, como en el de productos que puedan manipular a menores para que compren o que les genere adicción, entraría en el nivel más alto de riesgo y, por tanto, debería estar prohibido.
En conclusión, los juguetes con IA abren nuevas posibilidades, pero también exigen más criterio y vigilancia. Su impacto dependerá de que familias, industria y reguladores asuman su responsabilidad y prioricen siempre la seguridad y el desarrollo psicosocial del menor. Porque la IA puede ser una herramienta útil, pero no es un juego.
*Paula del Campo, Sandra Martínez-Mediero y Juan María Murillo, alumnos del Máster de Formación Permanente en Periodismo e Inteligencia Artificial del Instituto RTVE, impartido por la Universidad de Santiago y la Universidad Politécnica de Cataluña. Ana Bravo y Xavier Obach, coordinadores de RTVE Noticias, han supervisado la elaboración completa de este texto.