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El prompt, la forma de comunicarse con la inteligencia artificial: no es magia, es lenguaje

  • Los expertos advierten de que la IA puede dar respuestas erróneas, incompletas y desactualizadas
  • Una buena orden puede hacer que la IA dé respuestas más precisas, lo que aumenta "la cantidad y calidad del trabajo"
Prompt, la forma de comunicarnos con la Inteligencia Artificial
Paula del Campo*, Sandra Martínez-Mediero* y Juan María Murillo*/ RTVE Noticias

Pedir un deseo, pero no a una lámpara mágica, sino a una inteligencia artificial, es lo que se hace con un prompt: dar una instrucción o pregunta a plataformas como ChatGPT, Copilot o Gemini. El truco está en cómo se formula, porque de la claridad de ese deseo depende la magia del resultado.

Así lo explica Eduardo Cibrián, profesor ayudante doctor del Departamento de Informática de la Universidad Carlos III de Madrid: "Para entender mejor qué es un prompt podemos imaginar que la inteligencia artificial es como el genio de la lámpara que tiene un conocimiento extremadamente grande, pero que necesita que se le pidan los deseos de forma muy clara".

La inteligencia artificial es como el genio de la lámpara que tiene un conocimiento extremadamente grande, pero que necesita que se le pidan los deseos de forma muy clara

El truco está en que "no es solo lo que se pregunta, sino cómo se pregunta", porque la inteligencia artificial no piensa como un ser humano, carece de conciencia, emociones y no tiene intención. Lo que hace es detectar una gran cantidad de datos para extraerlos, analizarlos y responder a una petición.

¿Qué es el prompt?

Un prompt es la instrucción o pregunta que se le da a una inteligencia artificial para obtener una respuesta, ya sea en forma de texto, imagen, audio o incluso un código de programación. Para David Lahoz Martín, CEO de Naurus, "cuanto más claros seamos, mejor nos entenderá". El también consultor para la implementación de la IA en empresas lo ejemplifica: "Si le decimos a ChatGPT: escribe un email, nos dará algo genérico. Pero si le decimos: escribe un email formal para pedir una reunión con mi jefe la semana que viene, la respuesta será mucho más útil".

La palabra prompt proviene del inglés y significa "indicación" o "sugerencia". Su raíz etimológica está en el latín promptus, que significa "listo" o "preparado".

En informática, este término se lleva utilizando desde hace décadas para referirse a las órdenes que el usuario le da al ordenador. Hoy en día, ha adquirido un nuevo protagonismo, usando el lenguaje natural para "hablar a las máquinas".

Cómo "pedir un deseo" a la IA

Aunque cualquier persona puede escribir un prompt, no todos son igual de eficaces. Igual que un deseo mal formulado puede confundir al genio, una instrucción ambigua puede hacer que la inteligencia artificial no entienda lo que se pregunta. La diferencia está en la claridad del mensaje, la precisión con la que se pide y el contexto que se le ofrece. Cuanto más concreta es la solicitud, más ajustada será la respuesta.

Prompts como "hazme un viaje barato por el mundo", "hazme una guía completa con todos los países del mundo y los precios actuales" o simplemente "planifica una vuelta al mundo" son malos ejemplos para "hablar" con la IA. La razón es que carecen de contexto y de objetivos concretos al no definir pautas más precisas sobre el precio, la duración del viaje o el destino. No es lo mismo pedir unas vacaciones de 1.000 euros que de 10.000, un viaje de una semana que de un mes, o un destino nacional o internacional.

Para ser más precisos, se necesita un prompt bien estructurado. Según las guías oficiales de OpenAI, sería:

Otra posible estructura, según indica Eduardo Cibrián, es la CETO (Contexto, Experto, Tarea y Salida) o la que explica David Lahoz, en la que el prompt debe tener como elementos básicos el contexto (quiénes somos o qué situación tenemos), tarea clara (qué queremos que haga), formato (lista, párrafo, tabla…) y tono (formal, cercano, técnico…).

Redactar un buen prompt, o pedir un buen deseo, es esencial, pero no garantiza por sí solo una respuesta perfecta. El genio, en este caso la inteligencia artificial, solo puede ofrecer lo que conoce. Su "magia" depende también de la información con la que fue entrenado: si su "lámpara" guarda datos incompletos o desactualizados, el resultado puede ser limitado o impreciso.

Como sostiene José María Álvarez, catedrático del Departamento de Informática de la Universidad Carlos III de Madrid, "un modelo entrenado con datos desactualizados no conocerá información reciente y se fomentarán los problemas de alucinaciones", es decir, datos inventados.

Aprender a manejar los prompts: la nueva alfabetización digital

Tener la IA en la palma de la mano también implica saber usarla bien. Esto marcará la diferencia. Según manifiesta Álvarez, "quienes dominan el manejo de prompts pueden ser más eficientes en el desarrollo de sus tareas, reduciendo el tiempo para resolverlas y aumentando la cantidad y calidad de trabajo que pueden abordar… aprender a manejar los prompts forma parte de la nueva alfabetización digital".

Pero no basta con saber preguntar: saber repreguntar es clave. La conversación con el "genio digital" mejora cuando se formulan segundas preguntas que aclaran, corrigen o afinan la respuesta. La IA recuerda, aprende y se adapta, y esa interacción continua permite obtener resultados cada vez más precisos y útiles.

El criterio y revisión de las personas debe estar siempre presente

En cualquier caso, es crucial ser consciente de que la IA comete errores, inventa datos, reproduce sesgos y puede dar información desactualizada. El criterio y revisión de las personas debe estar siempre presente.

La IA es una herramienta poderosa, como el genio de la lámpara, pero el pensamiento crítico es insustituible.

Tu turno

Con toda la información de esta noticia, te proponemos un test para poner a prueba tu toque de genio con inteligencia artificial. ChatGPT, Copilot o Gemini no leen la mente, ni hacen magia, pero si sabes cómo hablarles con un prompt pueden sorprenderte.

*Paula del Campo, Sandra Martínez-Mediero y Juan María Murillo, alumnos del Máster de Formación Permanente en Periodismo e Inteligencia Artificial del Instituto RTVE, impartido por la Universidad de Santiago y la Universidad Politécnica de Cataluña. Ana Bravo y Xavier Obach, coordinadores de RTVE Noticias, han supervisado la elaboración completa de este texto.