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Mitos y leyendas sobre el uso del efectivo: ¿Cuánto debemos almacenar en casa?

  • Economía de bolsillo aconseja sobre el uso del efectivo y desmonta leyendas urbanas al respecto
  • María José Fernández, directora del Departamento de Efectivo del Banco de España, enseña cómo detectar billetes falsos
En la imagen, una hucha con forma de cerdo, de color blanco, está llena de monedas y billetes. Se observa un billete de 20 euros enrollado y otro parcialmente visible, junto con monedas de diferentes valores.

Cuando llegó la pandemia, una de las imágenes más repetidas —junto a los carros de la compra llenos de papel higiénico— fue la de las colas de gente en los cajeros automáticos y a las puertas de las sucursales bancarias para retirar dinero en efectivo; pero tiempo después, cuando vivimos el apagón del pasado mes de abril, uno de los problemas que se encontró la ciudadanía es que no tenía un euro en el bolsillo.

Pero, ¿Dónde está el término medio? María José Fernández, directora del Departamento de Efectivo del Banco de España, recuerda que no existe una “recomendación uniforme” al respecto. No obstante, algunos bancos centrales aconsejan tener una hucha de “alrededor de tres días de los pagos que pueda tener el ciudadano, sobre todo pensando en cuestiones básicas como medicamentos, alimentación, transporte…”.

Desmontando mitos y leyendas urbanas

En el colectivo popular existe una creencia de que el dinero tiene que estar siempre depositado en el banco a buen recaudo. Una creencia popular que no deja de ser falsa ya que “no hay un límite en cuanto a la cantidad de dinero que podamos tener en casa”, asegura Fernández quien recuerda —eso sí— la existencia de “un límite en cuanto a los pagos que podemos hacer en efectivo”.

Otra leyenda urbana que destruye en Economía de bolsillo es que el metálico vaya a desaparecer, al menos en el corto plazo. Los datos que a diario ven desde el Banco de España demuestran “que el efectivo se sigue utilizando en grandes volúmenes”. De cara a futuro, “la tendencia que vemos es que baja lentamente, pero sigue habiendo muchísima gente en nuestro país y en otros países del euro que confían en el efectivo.

Entre los motivos, es que el efectivo “es autónomo, no necesita de medios electrónicos” y, por tanto, da “seguridad y confianza en el emisor que está detrás, en el respaldo legal”.

El dinero se crea… ¡y se destruye!

Uno de los accidentes más comunes que puede ocurrir con los billetes en que acabe dentro de la lavadora, y aunque están hechos de un material prácticamente indestructible, siempre podemos haber acabado uno de ellos. Pero no todo está perdido, una visita al Banco de España puede ser la solución “siempre y cuando tengamos más del 50% de la superficie del billete o lo puedas demostrar aunque no llegue al 50%. Para ello, explica Fernández, en el Banco de España existe el Centro Nacional de Análisis “que va a verificar que se cumplen estos requisitos y que el billete, por supuesto, era legítimo”.

También puede ocurrir que el billete haya llegado al fin de su vida útil. Precisamente otra de las misiones del Banco de España es intentar que el papel moneda esté “en el mejor estado de uso para que el ciudadano, cuando reciba un billete, pueda verificar que es legítimo”. Y cuando ya no sea así lo destruyen en “trocitos muy muy, muy, pequeños, para que nadie tenga la tentación de hacer como en un puzle y reconstruir un billete”. Aún así, no es el fin de su camino ya que después se llevan a sitios en los que se puede recuperar la energía: “Se incineran con revalorización energética”.

"Toque, mire y gire": lema para detectar billetes falsos

Los Bancos Centrales no se relajan en la lucha contra la falsificación de moneda en una carrera donde los delincuentes les pisan los talones. Las medidas de seguridad aumentan en cada emisión de nuevas series de monedas —en nuestro caso, de euros—, pero los ciudadanos deben conocerlas y saber identificarlas.

El BCE examina con lupa los billetes falsos Jens Buettner (EFE)

La directora del Departamento de Efectivo del Banco de España, enseña que “con tres simples movimientos conseguimos verificar el billete”.

En primer lugar, tocar el papel dado que “la textura del papel del billete de euro es muy peculiar” y además tiene un sonido: “al moverlo veremos que suena como un sonido metálico”.

También “podemos mirar al trasluz el billete y veremos elementos de seguridad como la marca de agua a la que estamos muy acostumbrados, el hilo de seguridad, la ventana transparente con la princesa de Europa”.

Y, por último, “cuando giramos el billete también vemos ciertos elementos de seguridad que cambian de color”.