El 'lobby' de los combustibles fósiles llena la COP30: "No se puede resolver un problema dando poder a quienes lo causan"
- En la cumbre de Brasil hay más de 1.600 representantes de la industria fósil, uno de cada 25 participantes
- Este año por primera vez cada asistente tiene que explicar sus vínculos con las empresas contaminantes
Año tras año, los representantes de la industria de los combustibles fósiles llegan a las cumbres del clima de la ONU para tratar de influir en su resultado. En la COP30, que se celebra estos días en Belém, Brasil, hay más de 1.600 'lobistas' de empresas de petróleo, gas y carbón, según un análisis de la organización Kick Big Polluters Out, "Echad a los grandes contaminantes", en inglés.
Suponen uno de cada 25 participantes, la mayor proporción en 30 años de historia de las cumbres -aunque no el mayor número absoluto, en ese aspecto el récord lo siguen ostentando los más de 2.400 'lobistas' de la cumbre de Dubái de 2023-. Si fueran una delegación, serían la segunda más grande, solo por detrás de la anfitriona Brasil, y superan a los delegados de los diez países más vulnerables al cambio climático juntos.
Los activistas suelen establecer una comparación para denunciar esta situación: es como si los representantes de la industria del tabaco estuvieran presentes en los congresos médicos. "Es de sentido común que no se puede resolver un problema dando poder a quienes lo causaron", ha señalado Jax Bonbon, miembro de Kick Big Polluters Out.
"Sin embargo, tres décadas y 30 COP después, más de 1.500 miembros de grupos de presión de los combustibles fósiles deambulan por las negociaciones sobre el clima como si estuvieran en su casa. Es indignante ver cómo su influencia se acentúa año tras año, burlándose del proceso y de las comunidades que sufren sus consecuencias", ha criticado.
Bonbon es de Filipinas, uno de los países más afectados por el cambio climático. Estos días se ha podido ver su zarpazo directo con el paso de varios tifones que han dejado decenas de muertos y millones de afectados. Los primeros estudios muestran la relación directa entre los combustibles fósiles, principales responsables de la crisis climática, y el aumento de fenómenos extremos como estos.
Más transparencia por primera vez en las cumbres
Tras la crítica constante de las organizaciones ecologistas en los últimos años, la ONU, organizadora de estas cumbres, decidió por primera vez aplicar reglas de transparencia más estrictas. Desde este año los participantes no estatales deben revelar públicamente quién financia directamente su participación en la cumbre y confirmar públicamente por escrito que sus objetivos individuales están en plena consonancia con el Acuerdo de París.
No se prohíbe su asistencia, pero si un participante tiene relación con los combustibles fósiles su nombre se verá reflejado en un documento público, lo cual es un avance fundamental, celebran desde Kick Big Polluters Out.
Aun así, piden ir más allá: hasta ahora, los representantes que acuden bajo el ala de un Estado se libran de justificar quién les financia. Esta organización calcula que hay casi 600 'lobistas' que acuden con acreditación de países concretos, en especial occidentales. Francia, por ejemplo, incluye en su comitiva a 22 delegados que representan a esta industria, entre ellos el CEO de TotalEnergies, Patrick Pouyanné; Japón a 33 y Noruega a 17, de los que varios son ejecutivos de su poderosa empresa de petróleo y gas Equinor, siempre según esta asociación.
Representantes de Iberdrola o Moeve
Kick Big Polluters Out califica como 'lobistas' a representantes de empresas españolas como Iberdrola (ocho delegados; Moeve, la antigua Cepsa (tres); o Telefónica y el Banco Santander (uno cada uno). Muchos de ellos acuden a Brasil como parte de la delegación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), otros con la patronal energética (Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, Aelec) o como invitados por el Gobierno brasileño, entre otros.
Hace dos años, en la cumbre de Dubái, los países se comprometieron por primera vez a dejar atrás los combustibles fósiles. Ahora, en Brasil, se espera que los negociadores empiecen a aterrizar este compromiso y marcar qué ruta hay que seguir para hacerlo posible.
Un estudio publicado el miércoles mostró que, a pesar de los anuncios, las emisiones de petróleo, gas y carbón volvieron a aumentar en 2025, un 1,1% respecto al año anterior, lejos aún de llegar al pico necesario para empezar a disminuir y mantener al planeta en el límite de seguridad.