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La batalla por el fin de los combustibles fósiles cobra protagonismo en la cumbre del clima de Belém

  • Una coalición de países empuja por establecer un calendario para dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón
  • Pretenden seguir el impulso que dio la cumbre de Dubái, en la que se mencionaron por primera vez los hidrocarburos
Activistas indígenas y ecologistas protestan contra los combustibles fósiles en la COP30 en Brasil
Activistas indígenas y ecologistas protestan contra los combustibles fósiles en la COP30 en Brasil REUTERS/Adriano Machado

Aunque la quema de combustibles fósiles es el principal responsable del cambio climático, fueron necesarios 28 años y 28 cumbres del clima para que se mencionaran por primera vez en un texto final de uno de estos encuentros de la ONU. Fue, paradójicamente, en la cumbre de Dubái -en Emiratos Árabes Unidos, un petroestado-, cuando los países del mundo se comprometieron por primera vez a acometer una "transición para dejar atrás los combustibles fósiles".

No se esperaba que en la cumbre que tiene lugar ahora en Brasil, la COP30, tuviera un peso importante esta cuestión, que no figura en la agenda oficial. Sin embargo, el presidente brasileño y anfitrión del encuentro, Luiz Inácio Lula da Silva, sorprendió el lunes, el primer día del encuentro, al reclamar "una hoja de ruta para que la humanidad supere, de forma justa y planificada, su dependencia de los combustibles fósiles".

El propio Brasil es un país con intereses cruzados: aunque es una potencia en la lucha contra la deforestación y en la defensa del Amazonas desde que volvió al poder Lula -la organización de la cumbre en plena selva es toda una declaración de intenciones-, sigue extrayendo petróleo y planificando nuevas exploraciones. De hecho, solo unos días antes del inicio de la COP30 el Gobierno de Lula autorizó una polémica explotación petrolífera en la región amazónica.

Una coalición para poner fechas y números al fin de la era fósil

En todo caso, el llamamiento del presidente brasileño ha motivado que la cuestión del fin del petróleo, el gas y el carbón vuelva al centro del debate. Una coalición de decenas de países, entre ellos Francia, Alemania, Colombia o Kenia, están presionando en las negociaciones para que el resultado final incluya esta "hoja de ruta". Según la delegación francesa, creen que ya 50 o 60 países -sobre todo europeos, africanos, latinoamericanos y pequeños Estados insulares- apoyan su reclamación, pero consideran que podrían conseguir el apoyo de un centenar, relataba un negociador francés a la agencia AFP.

En las cumbres del clima es necesario un amplio consenso para sacar adelante acuerdos, por lo que esperan que una mayoría de los 194 países participantes apoyen la decisión para así presionar a la Presidencia de la cumbre, que recae en el país anfitrión, y que este asunto se incluya en las negociaciones. El objetivo sería comenzar a tratar ahora la transición más allá de los combustibles fósiles para que en la cumbre del año que viene -que se celebrará o bien en Australia o bien en Turquía- sea un tema central de la agenda.

La idea de poner fechas y números concretos a esta transición no gusta a todos, como suele ocurrir en estas cumbres. El grupo árabe, en el que están presentes algunos de los mayores productores de gas y petróleo del mundo, como Arabia Saudí, se muestra escéptico, así como Rusia, otro país dependiente del gas.

"No tiene sentido invertir en los modelos ineficientes del siglo XX"

Pero la coalición ya ha encontrado un aliado importante: la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, una de las voces más influyentes de la cumbre. "No tiene sentido invertir en los modelos contaminantes e ineficientes del siglo XX", afirmó Silva el martes en un evento paralelo en la COP. "Tenemos retos, pero debemos esforzarnos por lograr una transición justa y planificada que nos permita abandonar la dependencia de los combustibles fósiles".

Desde que se firmó el Acuerdo de París en 2015 para limitar el calentamiento global, se han invertido 8,7 billones de dólares en la extracción de petróleo y gas, lo que supone un "importante obstáculo" para lograr reducir las emisiones, según ha calculado la organización Zero Carbon Analytics en un informe publicado este mes. En cambio, la industria fósil tan solo ha invertido 113.000 millones en energías renovables. Por cada dólar invertido en fuentes limpias, se han gastado 46 en el suministro de petróleo y gas.

El asunto no solo se dirime en las salas de negociación. Este viernes un grupo de activistas indígenas han bloqueado el acceso principal al recinto de la cumbre para, precisamente, pedir que se protejan a sus comunidades de los intereses de la industria petrolera y gasista, entre otros motivos. Mientras, un informe publicado también este viernes alerta de que el lobby de la industria fósil vuelve a estar muy presente en la cumbre: con más de 1.600 participantes representando a empresas contaminantes, si fueran un país sería la segunda mayor delegación solo por detrás de Brasil.

Una activista indígena bloquea el acceso al recinto de la COP, este viernes en Belém

Una activista indígena bloquea el acceso al recinto de la COP, este viernes en Belém Pablo PORCIUNCULA / AFP

Colombia, primer país en proteger la Amazonia de la extracción de hidrocarburos

Algunos de los países más activos en la lucha contra los combustibles fósiles ya están presionando con medidas concretas en su territorio. Es el caso de Colombia, un país productor de petróleo y que precisamente lucha para transformar su economía sin depender de las energías contaminantes. El jueves se convirtió en el primer país de la región en declarar la Amazonía como "zona libre de gran minería e hidrocarburos".

Bogotá protege así el 42% de su territorio -lo que representa a su vez el 7% de la selva amazónica- y limita la extracción de petróleo y gas en él. Pero no quiere que la acción se limite a sus fronteras. Colombia, el segundo país con mayor biodiversidad del mundo, ha llamado a los Estados del entorno a unirse a la "Alianza Amazónica por la Vida". "La Amazonia no conoce fronteras y cuidarla requiere de que todos avancemos juntos", ha señalado la ministra de Ambiente, Irene Vélez Torres.