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Cumbre del clima 2023

La cumbre de Dubái culmina con un acuerdo "histórico" para dejar atrás los combustibles fósiles

  • Es la primera vez en la historia de las cumbres del clima que el texto hace referencia a los hidrocarburos
  • Para la UE es el "principio del fin de la era fósil"; los ecologistas ven avances pero critican que incluya "falsas soluciones"

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La COP28 cierra un acuerdo histórico que abre el camino para dejar atrás los combustibles fósiles

El acuerdo final de la cumbre del clima de Dubái llama a los países a transitar hacia el fin de los combustibles fósiles. Es la primera vez en los más de 30 años de estas conferencias en la que se incluye una mención explícita a los hidrocarburos, el principal culpable de la crisis climática. Es un "logro histórico", ha defendido el presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, entre una gran ovación en pie durante el plenario en el que se ha aprobado, por consenso de prácticamente todas las naciones del mundo, este texto.

Tras dos semanas de cumbre y una última larga noche de negociación, el acuerdo se ha aprobado este miércoles antes de lo previsto, en los primeros minutos del plenario final. Se trata del balance global del Acuerdo de París, un documento que traza la senda a seguir en acción climática en que queda de década. En este periodo crítico para limitar el calentamiento global, era fundamental saber cómo de ambicioso era el texto, especialmente en cuanto a los combustibles fósiles.

El fin de estos -petróleo, gas y carbón- se había convertido desde el principio de la cumbre en el asunto central de la misma y el principal motivo de fricción entre los negociadores. Finalmente, no se pide su "eliminación progresiva" ("phase-out", en inglés), como reclamaban la UE y un centenar de países, además de las organizaciones ecologistas, pero sí un concepto similar, "transition away from", una transición hacia el abandono de estas energías.

Además de esta mención a los combustibles fósiles, en el mismo artículo de este texto de 21 páginas se plantean otra serie de opciones de reducción de emisiones, una especie de "carta" de la que cada país puede elegir qué aplicar. Y entre estas opciones, aparecen la energía nuclear, las cuestionadas tecnologías de captura de carbono. Para los ecologistas, este es uno de los puntos más cuestionables del acuerdo, ya que abre la puerta a aumentar las inversiones en "falsas soluciones" que no han demostrado su efectividad para reducir las emisiones y las ponen "al mismo nivel" que la eólica o la solar, cuya eficacia sí que está demostrada.

"El principio del fin de la era fósil"

Al Jaber, ministro de Industria de Emiratos Árabes Unidos y también director de la petrolera estatal ADNOC, no podía ocultar su alegría en su primer discurso tras aprobar el texto. Su país se había marcado la organización de esta cumbre como un reto diplomático de primer nivel y llevaban insistiendo semanas en que sería una cumbre ambiciosa y exitosa. Ha celebrado un "cambio de paradigma que tiene el potencial de redefinir nuestras economías" y cree que "pasará la prueba del tiempo". Se ha dirigido a los presentes para decirles: "Las futuras generaciones no sabrán vuestro nombre, pero os deberán su gratitud".

Uno de los actores que más satisfechos salen con el resultado de la cumbre es Europa. La ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, voz de la UE en estas negociaciones, ha considerado en su intervención en el plenario que el texto es un "paso adelante muy importante" tras tres décadas de cumbres en las que nunca había aparecido una mención a los combustibles fósiles. Aunque ha considerado que hay que "hacer más", ha señalado que se manda un "mensaje claro y fuerte" no solo sobre los hidrocarburos, sino también en materia de justicia climática. "Entramos en una nueva fase" en una década crítica, ha asegurado, visiblemente emocionada.

"La humanidad finalmente ha logrado lo que tenía que haber hecho hace tiempo", ha señalado por su parte el comisario de Acción Climática de la UE, Wopke Hoekstra, el otro representante de los Veintisiete -que negocian aquí como un solo país-. También ha reivindicado que se trata también de una "decisión histórica" que marca "el principio del fin de los combustibles fósiles".

Por su parte, el enviado especial de Estados Unidos, John Kerry, ha valorado el acuerdo como "una razón para el optimismo" en un mundo en conflicto. Ha resaltado que es la primera vez que se pide avanzar hacia el fin de los combustibles fósiles, y aunque ha reconocido que a muchos les hubiera gustado "un lenguaje más claro" en este sentido, el texto final es un "compromiso".

La eliminación de los combustibles fósiles, el tema central de la COP28: "Se va a marcar qué rumbo seguir los próximos años"

Había mucha atención también a lo que decía Arabia Saudí, el país que más claramente se había opuesto a que el texto pidiera el fin de los combustibles fósiles. Su portavoz en el plenario ha considerado un "gran éxito" la cumbre de Dubái y ha insistido en la visión mantenida en todas las negociaciones: plantear "enfoques distintos para resolver las emisiones", "reducir las emisiones independientemente de la fuente" -es decir, sin insistir en los combustibles fósiles- y "usar todas las tecnologías para ello", como la polémica captura de carbono.

Pide reducir las emisiones en un 43% hasta 2030

El texto final plantea un calendario de reducción de emisiones con cifras concretas y fechas, tal y como reclamaba la Unión Europea. Las emisiones globales deberán reducirse un "43% para 2030 y un 60% para 2035 respecto a los niveles de 2019", reza el texto.

En el siguiente párrafo, el 28, centro de la polémica, va más allá del contenido del último borrador, presentado, el lunes, y que había presentado una gran polémica. "Llama" a las partes a contribuir a una reducción de emisiones "profunda, rápida y sostenida", aplicando el Acuerdo de París, aunque reconoce "diferentes circunstancias nacionales, sendas y aproximaciones".

Aquí es donde se incluye la petición de "llevar a cabo una transición encaminada a abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos", de una manera "justa, ordenada y equitativa" y "acelerando la acción en esta década crítica". En el borrador anterior, solo se pedía la "reducción" de su uso, y el lenguaje que instaba a los negociadores era más débil.

Los ecologistas aprecian las mejoras pero lo ven "insuficiente"

Entre los ecologistas hay opiniones divididas. Para Javier Andaluz, observador de Ecologistas en Acción en Dubái, y veterano de estas cumbres, "el texto es algo mejor" que el último borrador, pero en su organización se muestran "decepcionados", ya que "falla enormemente en reconocer la necesidad de poner fin a los combustibles fósiles de una forma rápida, justa y definitiva". Se avanza "por primera vez" en mencionar los hidrocarburos, pero "estamos muy lejos de reconocer los tiempos" en los que deben eliminarse.

También considera "preocupante" la inclusión de "falsas soluciones" como la nuclear o la captura y almacenamiento de carbono, tecnologías "sucias, caras y peligrosas". Se abre la puerta a utilizar el gas como "energía de transición", algo que también critica el portavoz de Ecologistas en Acción. Andaluz valora positivamente las menciones a los informes del IPCC o a la necesidad de reducir un 43% las emisiones de aquí a 2030, pero en general solo ven "tímidos avances".

Greenpeace, por su parte, ha celebrado que este texto "pone fin a la era del carbón, gas y petróleo" y hace además "un llamamiento a aumentar masivamente las energías renovables y la eficiencia energética en esta década", la señal que la industria de los combustibles fósiles ha estado "temiendo", ha señalado Kaisa Kosonen, jefa de la delegación de Greenpeace en la COP28.

Sin embargo, lamenta que "esta señal está mezclada con muchas otras señales peligrosas", en referencia a estas tecnologías de la captura de carbono y la nuclear, y tampoco "cuenta con medios suficientes" para ayudar en la transición energética en el sur global.

Otros analistas en la cumbre, como Linda Kalcher, directora ejecutiva del think tank europeo Strategic Perspectives, coincide en que el texto "es una clara mejora" para cumplir con el mensaje que lanza la ciencia y "manda una señal sobre el declive futuro de los combustibles fósiles", pero cree que "la carta es larga y no todas las opciones sobre la mesa tienen sentido económico". La mayoría de observadores coinciden, como señala Kalcher, en que "esto no ha acabado", y el resultado de Dubái supondrá una renovada lucha para cumplir con lo prometido y elevar aún más la ambición más allá de esta cumbre.