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'Olivia y el terremoto invisible': Irene Iborra explica los desahucios a los niños en la Seminci

  • La película adapta la novela La película de la vida, de Maite Carranza
  • Cuenta con la participación de RTVE y se estrenará en cines el 21 de noviembre
Una niña con gafas rojas y rastas, vestida con un jersey a rayas, sostiene un teléfono móvil negro con ambas manos, mostrando el pulgar hacia arriba.
Fotograma de 'Olivia y el terremoto invisible'
JESÚS JIMÉNEZ (Valladolid)

La Seminci de Valladolid ha acogido el estreno de Olivia y el terremoto invisible, de la directora Irene Iborra Rizo. Un film que adapta la novela La película de la vida (Barco de Vapor, 2017), de Maite Carranza, para explicar, de una forma muy original y casi poética, los desahucios a los más pequeños. Fue premiada en el Festival de Annecy, es la primera película rodada por una mujer en stop motion, cuenta con la participación de RTVE y llegará a los cines el 21 de noviembre.

La película nos cuenta la historia de Olivia, su hermano pequeño Tim y su madre Ingrid, que son expulsados de casa y tienen que empezar de cero en otro barrio. Para proteger a su hermano, Olivia le cuenta que están rodando una película y que todo lo que viven no es real. Afortunadamente, encontrarán una nueva y pintoresca familia con la que vivirán emocionantes aventuras

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“Lo que me llamó la atención de la novela –nos comenta Irene-, es que trataba un tema muy complejo y oscuro, con mucha delicadeza y luminosidad. Era una historia preciosa y muy sólida, que, de alguna manera, se mantendría actual durante el tiempo que se necesita para rodar una película stop motion. Y eso me permitiría seguir enamorada de la historia durante el largo proceso”.

Para Irene ha sido fundamental contar con Mayte a la hora de adaptar la historia: “Sí, porque el alma de la historia es suya. Y así ha podido cuidar el espíritu de la historia, mientras colaboraba conmigo para hacerla más audiovisual. Gracias a eso hemos contado algunas cosas desde un punto de vista más fantástico, sobre todo las que transcurren en la mente de la protagonista. Éramos tres guionistas, junto con Julia Prats, y cada una de una franja de edad, lo que nos ha permitido contar la historia desde diferentes puntos de vista”.

Cuatro niños en una cocina en reformas, alrededor de una mesa con libros y cuadernos; uno usa una tablet, otro lee, uno está sorprendido y otro escribe.  Detalles cotidianos presentes.

Fotograma de 'Olivia y el terremoto invisible'

¿Cómo se puede explicar un desahucio a un niño?

Pero… ¿Cómo se puede explicar un desahucio a un niño? “Teníamos que mirar esa situación tan dura desde fuera, para intentar encontrar algo positivo –nos cuenta Irene-. Y por eso contamos la historia desde el punto de vista de los niños, desde esa facilidad e inocencia que tienen para fantasear. Gracias a esa imaginación encuentran cosas positivas donde los adultos solo vemos oscuridad”.

Y es que la película tiene un mensaje positivo y esperanzador. “Si, ese es el mensaje de la película, que ya estaba en la novela de Maite, el de ofrecer esperanza a los niños. Aunque primero queríamos desestigmatizar la pobreza infantil para poder hablar sobre ella. Porque si ocultas los problemas nunca los solucionarás. Es fundamental sacarlos a la luz para poder hablarnos y resolverlos”.

“Y al final –concluye Irene-, encontramos un punto de humor en esas situaciones, aunque sea con extrañeza. Pero siempre hay una puerta de escape a la situación en la que nos podemos reír. Incluso entra la luz y entra el aire. Para nosotras era fundamental que fuera una película esperanzadora y los niños protagonistas encuentran la esperanza en esa comunidad, en una nueva familia que forman y gracias a la que transforman las cosas. Si la película logra que, de alguna manera, recuperemos la fe en la humanidad, nos damos por satisfechas”.

Cuatro niños interactúan en un patio: uno con chaqueta amarilla, una niña en rosa en un banco, un pelirrojo con balón y una niña con gafas y chaqueta morada.  Ambiente de juego.

Fotograma de 'Olivia y el terremoto invisible'

Una nueva familia de todas las partes del mundo

Esa nueva familia que encuentran Olivia y Tim está formada por inmigrantes de todas partes del mundo: “Todos hemos sido inmigrantes alguna vez, aunque sea pequeña escala -asegura Irene-. Simplemente con cambiarte de barrio te conviertes en un extraño. Queríamos conectar con esa sensación de que todos hemos sido extranjeros en alguna ocasión, porque así empatizaremos más con los demás”.

“Creo que la película solo refleja la realidad que vivimos en Barcelona –añade la directora-, esa mezcla de gente que se ayuda. La Barcelona que enseñamos en la película no es la turística, sino la de los barrios, sonde da igual de donde vengas, porque la gente se agrupa para luchar juntos por el bienestar de la comunidad”.

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En cuanto a los referentes de la película, Irene menciona La vida de calabacín (Claude Barras, 2016). “Hasta que no di con esa película no estaba segura de poder contar la historia. Pero cuando la junté con la novela de Maite encontré lo que buscaba. Me miré al espejo y me pregunté si quería estar varios años peleando por la película. Pensé que sí y aquí estamos”.

En cuanto a lo de ser la primera directora española de una película de stop motion, Irene nos comenta: Es una sensación curiosa, porque por un lado estás orgullosa y piensas que quizá has abierto camino para que más mujeres den ese paso, hasta que el género de un director o directora deje de ser noticia. Pero, por otro lado, piensas: “¿Tanto ha costado que el dinero confíe en una mujer para este tipo de películas?”

Niña con jersey rojo y mochila, gafas redondas rojas y pelo negro lacio hasta el cuello. Fondo desenfocado con tonos cálidos.

Fotograma de 'Olivia y el terremoto invisible'

“El poder de la imaginación”

El poder de la imaginación es otro de los temas fundamentales de la película. “La madre es actriz y utiliza la imaginación para protegerlos contándoles historias para que se olviden de que los han cortado la luz o los van a echar de casa. Y luego Olivia recoge el testigo contando a su hermano que están rodando una película y que lo que viven no es real. Esa mezcla de imaginación y autoficción es lo que los da un poco de distancia para coger aire y poder jugar y divertirse”.

En un momento de la película, la madre, superada por la situación, entrará en depresión y Olivia se tendrá que encargar de su hermano. “Las madres se rompen como cualquier ser humano. Para mí era importante mostrar ese momento en el que no puede más y físicamente se derrumba. Los niños no se paran a juzgar a la madre, sino que siguen haciendo cosas. Pero era fundamental para nosotras mostrar que no somos Wonder Woman, que somos seres humanos y que no podemos con todo. Sí, somos imperfectas”.

Rodaje de 'Olivia y el terremoto invisible'

Destaca la forma de dirigirse a los niños con ese lenguaje actual de los móviles. “A mí me cuesta muchísimo estar conectada al teléfono –nos confiesa-. Me cuesta ver a tantos niños y adultos con el cuello doblado hacia abajo. Pero me di cuenta que era importante introducir este elemento en la película, porque ya forma parte de nuestro lenguaje. Pero lo que he intentado es que hagan un uso, digamos, fílmico del teléfono. Es decir, el teléfono solo aparece cuando Olivia va a filmar su película, lo usa como una cámara para filmar y para narrar”.

La película se llevó el Premio de la Fundación Gan en el Festival de Cine de Animación de Annecy. “Es muy bonito ver como tanta gente de distintos países conecta con la película. En algunos sitios conecta más con la problemática de la madre, de la familia monoparental y esa caída al vacío. Pero con lo que más conectan es con esa necesidad y esperanza de que todos juntos podemos superar cualquier situación. Y que cuando caigas siempre habrá alguien que te recogerá y que te ayudará a levantarte o que se tumbará contigo. A lo mejor no sabe cómo levantarte, pero se tumbará contigo y estará allí”.

“Creo que eso es algo que necesitamos mucho ahora mismo –concluye Irene-, esa fe en nosotros mismos y en los demás. Al menos yo la necesito. Creo que ese mensaje es lo que está llegando a los espectadores que ven la película por todo el mundo”.

Fotograma de 'Olivia y el terremoto invisible'