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Los psiquiatras discrepan sobre el "grado de conciencia" del presunto yihadista de Algeciras por su trastorno mental

  • El acusado se ha negado a declarar en el juicio por el asesinato del sacristán de la iglesia de La Palma
  • En su declaración ante el instructor, dijo que quería "cortar las cabezas" de los curas de las dos iglesias
Yassine Kanjaa, el presunto yihadista que asesinó al sacristán Diego Valencia en una iglesia de Algeciras
Yassine Kanjaa, el presunto yihadista que asesinó al sacristán Diego Valencia en una iglesia de Algeciras. EFE/ Zipi / POOL
SILVIA QUÍLEZ

Los peritos psiquiatras que analizaron la conducta del presunto yihadista de Algeciras que asesinó al sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma han coincidido en asegurar este martes en el juicio que se desarrolla en la Audiencia Nacional que en el momento del ataque tenía un trastorno delirante causado por una psicosis esquizofrénica, pero han discrepado sobre el "grado de conciencia" que tenía y hasta qué punto influyó en la radicalización.

El acusado se ha negado a declarar, pero el tribunal ha reproducido el testimonio que dio ante el juez instructor en la que aseguraba que era el "mensajero de Alá" y que quería "cortar las cabezas" de los curas de las dos iglesias en las que entró: primero en la de San Isidro, cuyo sacerdote resultó herido de gravedad, y después en la de la Palma donde se encontraba el sacristán Diego Valencia.

A los psiquiatras que lo examinaron tras su detención les dijo que "no se arrepentía y volvería a hacerlo", una actitud compatible con un trastorno delirante causado por la psicosis esquizofrénica que consideran que padece, pero no se han puesto de acuerdo sobre si la enfermedad mental estaba "contaminada" por una ideología radical que le animaba a hacerlo.

El acusado sufre una "esquizofrenia paranoide"

En opinión de algunos psiquiatras, el delirio que padecía Kanjaa era "tan fuerte" que pudo hacerle perder "sus capacidades volitivas e intelectivas" y eso provocó que no se arrepintiera. De hecho, creen que la esquizofrenia que padece pudo hacerle "vulnerable" a la "radicalización".

Una de las psiquiatras que ha declarado este martes ante el juez ha explicado que dos meses de que se produjeran los hechos hubo un "cambio de personalidad, de comportamiento", con algunas tendencias de "cierta impulsividad" y que la "búsqueda en el Corán" pudo hacerla para "dar sentido" a la "vivencia interna" que estaba teniendo. La radicalización "sería congruente y formaría parte de ese proceso delirante que se estaba gestando".

Otros psiquiatras han negado en su testimonio ante el juez que tuviera un delirio, al considerar que "paralelamente a su proceso delirante se estaba dando lugar un proceso de fanatización" yihadista con "un grado de conciencia y voluntariedad".

Tras la intervención de los peritos, Kanjaa se ha negado a contestar por el ataque que protagonizó el 25 de enero de 2023 Algeciras, que se saldó con la muerte del sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma Diego Valencia y varios heridos.

Asegura que quería "matar" a los "enemigos del Islam"

"No quiero declarar", se ha limitado a decir este miércoles el acusado cuando el presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, le ha invitado a responder en el juicio. Sin embargo, el tribunal ha accedido a la petición de acusaciones para visionar la declaración de Kanjaa en la fase de instrucción, días después de los hechos, en la que reconoció el ataque y dijo que había cogido el machete porque quería "matar" a los "enemigos del Islam".

En su testimonio ante el juez instructor, en el que contó con la asistencia de un traductor, dijo que había entrado primero en la iglesia de San Isidro porque quien estaba allí "se relaciona con Satán" y él es "enemigo de Satán". A la sacristana de esta iglesia dice que le preguntó "si Satán les va a ayudar para ir al paraíso, si les ayuda económicamente", si les venía bien "esta relación con Satán".

Y al ser preguntado por el lugar donde guardaba el machete ha dicho que lo tenía en el falso techo de la vivienda donde residía para "protegerse" porque "sabía que lo iba a necesitar", que lo encontró en esa misma casa y que alguien que "habría pasado por esa casa de okupas la habría dejado antes".

Sobre el hecho de que los agentes encontraran su móvil apagado en la vivienda, ha dicho que lo dejó allí porque tenía la pantalla rota y que lo apagó antes del ataque porque "no tenía sentido tenerlo encendido".

La Fiscalía reclama que sea condenado a 50 años de cárcel por presuntos delitos de asesinato terrorista, asesinato terrorista en grado de tentativa y lesiones terroristas, a la vez que considera que concurre la atenuante de anomalía o alteración psíquica.

En su escrito de acusación sostiene que Kanjaa experimentó en los meses anteriores al ataque "un proceso de radicalización, asumiendo las tesis más rigoristas del islam, que defienden la incompatibilidad de esta religión con los principios y valores de otras religiones".